Se estima que la población mundial llegará a 8,200 millones de personas. Se estima que hay 5,500 millones de usuarios de Internet y 5,400 millones de usuarios de redes sociales.
A finales de la década de 1990, Umberto Eco se dedicó a estudiar la “revolución informática”, desde donde preguntó el significado y las consecuencias de la tecnología y sus implicaciones políticas.
Eco pensó que podría establecerse lo que podría establecerse “Arca multimedia” y que puede afectar los cambios sociales relevantes. La clave de ese esquema sería crear una biblioteca pública del centro de capacitación multimedia y informática, y todo esto fue supervisado por el Ayuntamiento de Bolonia, en cuya universidad era profesora.
El proyecto de vida como este fue que, si el conocimiento de esta tecnología fuera correcto, garantizaría al estado. Lo expuso de esta manera: “Si no dependemos del mercado libre para aprender a los niños para leer, ¿por qué lo haríamos para aprender la navegación en línea?”
Pidió similitudes que podrían establecerse entre la visión de Orwell y el riesgo de enfocarse en 1984. Años en línea. Lo que se ha propuesto fue crear una cierta garantía de la distribución horizontal del conocimiento digital que, de alguna manera, evita el control desde arriba. Por lo tanto, las condiciones que se caracterizan por el medio y las formas de uso ampliado y bajo el mando del conjunto de empresas con gran poder.
En la entrevista sobre este tema, 1997. Preguntaron a ECO si realmente pensaba que “la mecánica y las amas de casa entrarían en su arca multimedia planificada”. Él respondió que esto sería solo cuestión de tiempo. De cierta manera y en diferentes condiciones, pero que todavía la miraba, tenía razón. Ahora, el acceso a Internet y una multitud de medios, aplicaciones, programas y formas de consultoría generalizados están generalizados, mucho más allá de lo que Echo podría predecir a fines del siglo pasado.
Otro tema de importancia corresponde al formato. Actualmente, según la información W3Tech, la proporción de lugares de red cuyo contenido es del 50 por ciento; Se sigue en español y alemán, con 6 por ciento y japonés, con un 5 por ciento. Además, cinco sitios principales aconsejados a escala global: Google, con una estimación de 112 mil millones de consultas mensuales; YouTube, con 52 mil millones; Facebook, 11 mil; Wikipedia, 6,800 millones e Instagram, 6,500 millones. Esto indica que la apariencia de la “cultura en línea” no tiene una connotación geográfica, ya que en el momento en que pensaba que sucedería. La segunda característica significativa es, como lo indica la información sobre la plataforma estática alemana, que tres países con la mayoría de los usuarios en línea del mundo en 2025. Años: China, con mil 110 millones; India, 806; Estados Unidos, 322; México ocupa el octavo lugar con 110 millones de usuarios, es decir, el 83 por ciento de la población.
Este es un amplio marco en el que un conjunto de tecnologías que contienen inteligencia artificial (IA) se introdujeron en la fijación. Hay una discusión significativa sobre eso que enfrenta la alta pretensión de estos medios con críticas en términos de su alcance.
La posición provocativa a este respecto es lo que ofrece, en una entrevista con la lista británica de Financial Times, Emily Bender, profesora lingüística de la Universidad de Washington. Escéptico con respecto a los requisitos de la IA, califica los chatbots (programas de computadora diseñados para simular una llamada con interacción de usuario o voz o voz. Se utilizan para automatizar ciertas tareas con el procesamiento del lenguaje) plagio y extrusores sintéticos.
Altman, el jefe de OpenAi, ofrece sin recuperación, y al mismo tiempo, un progreso científico que tiene como objetivo crear menos que un nuevo capítulo en la civilización humana. La IA, lo más destacado, ya puede hacer un trabajo simple y pronto descubrirá nuevos conocimientos. Según lo que participa en la Organización TED del 7. Enero de este año, según el Pompozic y ciertamente una forma preocupante de que vivimos una transición histórica de transición en la que las personas dejarán de ser la entidad más inteligente del planeta. Agregó que dudaba de eso en unos años, y en casi cualquier tema, la conversación más interesante y empática que se puede tomar será con IA. Eso sería, entonces, necesario. ¡Qué panorama ofrecer!
Para el profesor Bender, esto es para vender una mentira, porque y no cumplirá con esas expectativas, y no nos matarán, como algunos nos advirtieron. Según sus palabras, los sistemas disponibles hoy en día carecen de algo que se puede llamar inteligencia y la forma son la automatización. Acaba de publicar, junto con el sociólogo, Alex Hanna, un libro de Deception AI.
El espectro de Orwell resulta cuando la pregunta es que la pregunta no es tener el poder de imponer su visión del mundo y que gracias a las grandes cantidades de dinero invertido, el pequeño clic está formando lo que está formado con grandes rayas de la sociedad.