

La muerte no pidió permiso. Entró en el patio temprano en la mañana, rompiendo pérgolas y rutinas. Estaba oculto y brutal. Sorprendido El Dr. Roberto Vásquez Camargo, de 88 años, y su esposa Porphyria Isabel Escorcia Villalba, de 80 años, mientras dormían en su casa en el distrito de Altos de Riomar en el norte de Barranquilla.
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Al amanecer del viernes Sus teléfonos dejaron de llamar. Al anochecer, sus cuerpos yacían debajo de las hojas, en una escena que ningún pariente puede olvidar.
Era Nérstor EscorciaEl sobrino de la pareja que encontró los cuerpos. Después de notar, junto con otros parientes, se fue a casa para que los cónyuges no respondieran a las llamadas en las que participaron religiosamente cada mañana.
“Cuando llegué, todo estaba cerrado, el periódico todavía estaba en la entrada. Llamé a mi padre, que tiene las llaves, y entramos en el hijo de su educación”, dijo Escorcia Zonacero.com. Mientras sube al segundo piso, El horror los recibió.
El esposo del esposo estaba dedicado al trabajo social. Foto:Redes sociales
“La puerta de la habitación estaba cerrada. Cuando la abrimos, encontramos la escena: los cuerpos estaban en la cama, cubiertos con una sábana”, dijo con voz rota. La muerte pasó con violencia y sin compasión.
Las indicaciones indican robo. Cajones abiertos, documentos personales, como tarjetas de crédito faltantes y una entrada forzada por el patio. Los asesinos se infiltraron por la noche, sin notar a nadie y atacaron a sus víctimas sin despertarse. “Fue cuando dormían” Dijo Nérstor.
Un par dedicado al trabajo social
La pareja llevó una vida tranquila sin osteptación. Roberto, epidemiólogo y saludable, fue el capitán de la Marina y el jefe de la epidemiología del Ministerio de Salud del Atlántico. Porphyria fue enfermera y profesora universitaria durante más de tres décadas. Después de la jubilación, se dedicaron a la enseñanza y al trabajo social, especialmente en Programas de cuidado del VIH. A pesar de su edad, viajaron, dictando conferencias, ayudando.
“Eran personas muy caras, sin lujos. Hicieron que pocas visitaron a sus tres hijas en el extranjero. Apenas regresaron de su viaje familiar a Washington”, recuerda su sobrino. Lo dijo en la voz de aquellos que aún no asimilan que ya ha sucedido.
El Dr. Roberto Vásquez y su esposa Porphyria Escorcia fueron asesinados en su propia casa. Foto:Redes sociales
Después del descubrimiento, no había lugar para llorar. Cerraron la habitación y esperaron Policía Metropolitana de Barranquilla y Medicina Legal de Investigadores. “No queríamos contaminar las escenas”, dijo Nérstor con este tono desierto que obliga a la tragedia.
Los cuerpos fueron retirados por la noche. A la mañana siguiente hubo inspecciones técnicas. “Nos dijeron que los cuerpos nos darían el lunes”, agregó el sobrino, mientras toda la ciudad comenzó a hablar Un crimen que rompió la quietud del norte de Barranquilla.
Indignación y impresionante mezcla con dolor. “No tiene pies ni cabeza”, dice Nestor. “No es lo mismo perderlos debido a la vejez que verlos asesinados. Hay sentimientos que no se comparan”.
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“La herencia que mi tío nos dejó era ser más amigable con la gente, tener más tolerancia con nuestras comunidades”, dice Nestor.
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