El centroderechista Rodrigo Paz fue elegido presidente de Bolivia el domingo al derrotar en segunda vuelta al expresidente derechista Jorge ‘Tuto’ Quiroga, según el recuento oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia con más del 97% de los números escrutados.
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Paz ganó la segunda vuelta con el 54,57% de los votosfrente al 45,43% del expresidente conservador Quiroga, según datos del Sistema preliminar de transmisión de resultados (Sirepre) ofrecidos esta noche por el TSE.
Los votos válidos alcanzan el 94,56%, los votos blancos alcanzan el 0,75% y los votos nulos alcanzan el 4,69%, según información preliminar que no es el conteo oficial, aunque el presidente interino del TSE, Óscar Hasenteufel, indicó que estos resultados muestran “una tendencia” que “parece irreversible”.
Según Hassenteufel, el nivel de participación ciudadana en la segunda vuelta estuvo entre el 85 y el 89%, cifra que se confirmará “una vez finalizado el recuento oficial”. El vocal valoró que la Sirepre, “que ya dio muy buenos resultados en la primera vuelta” celebrada el 17 de agosto, “también hoy ha cumplido eficazmente su función”. Confirmó que la jornada de votación transcurrió “tranquila”, transcurrió “sin mayores incidentes” y permitió que todos los ciudadanos ejercieran su derecho al voto.
Paz y Quiroga fueron los dos candidatos más votados en las elecciones generales de agostodonde también se renovó el parlamento nacional para el próximo mandato de cinco años, aunque nadie obtuvo porcentajes suficientes para ser declarado ganador en la primera vuelta. Por eso este domingo los bolivianos regresaron a las urnas para votar por primera vez en su historia a su presidente y vicepresidente en una segunda vuelta, mecanismo establecido en la constitución vigente desde 2009.
Paz es candidato por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) junto al expolicía Edman Lara y Quiroga representa a la Alianza Libre junto al empresario tecnológico Juan Pablo Velasco. El ganador prestará juramento como nuevo presidente del país el 8 de noviembre.lo que también significará el fin de los 20 años de gobiernos de izquierda contra el socialismo.
