Más allá de los goles destacados, las emocionantes lágrimas y la inquebrantable pasión que siente por la camiseta santafesina, Hugo Rodallega esconde un talento que hasta ahora había pasado desapercibido para muchos: la música. Durante una reciente entrevista íntima, el delantero sorprendió a todos al confesar que, de no haber sido futbolista profesional, habría dedicado su vida al canto y a la música.
“Me gusta mucho cantar. Creo que hubiera intentado ser cantante de salsa o bolero”. Esta revelación, hecha entre risas, puso de manifiesto una faceta poco conocida del goleador que, a sus 39 años, sigue demostrándose como una pieza clave en la competitiva Liga BetPlay. No solo es un ícono en el campo de juego, sino que también muestra una inclinación hacia el arte de la música.
La pasión de Rodallega por la música no es un descubrimiento reciente. Varios de sus compañeros de equipo han mencionado en diferentes tertulias que él es el responsable de animar el ambiente en los camerinos. Suele cantar, improvisar y no tiene reparos en atreverse a interpretar clásicos de Héctor Lavoe o Gilberto Santa Rosa. “Tiene buena voz y swing”, aseguran aquellos que están más cerca del entorno del equipo cardenalicio. Es evidente que su habilidad para amenizar los momentos previos a los partidos contribuye en gran medida a la unión del grupo y al ambiente de camaradería que reina en el equipo.
Por otro lado, las redes sociales han hecho que su pasión por la música esté al alcance de todos. Existen numerosos clips antiguos donde se puede ver a Rodallega interpretando baladas románticas durante su paso por los campeonatos de Brasil y Türkiye. Esta conexión con el ritmo caribeño refleja sus raíces humildes y alegres, un trasfondo que lo llevó desde Tuluá hacia el reconocimiento mundial en el ámbito futbolístico.
El delantero santafesino ha declarado en múltiples ocasiones que el fútbol y la música comparten rasgos comunes: la emoción, la entrega y la pasión son pilares fundamentales en ambas disciplinas. En una ocasión, bromeó al manifestar: “En la cancha también se canta, sólo que con los pies”. Esta curiosa comparación resalta su amor por ambas formas de arte, creando un puente entre el deporte y la música que pocos pueden entender.
A medida que se acerca el momento de su posible retiro, no sería extraño imaginarlo un día con un micrófono en mano, quizás interpretando un conmovedor bolero mientras revuelve en sus recuerdos, recordando los goles que han marcado su trayectoria y lo han hecho eterno en la memoria de los aficionados.
Estos aspectos de su vida nos muestran que Hugo Rodallega no es solo un virtuoso del balón, sino también un apasionado de la música que, sin duda, podría prosperar en este campo si decidiera algún día dar el salto.
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