La expansión de la energía solar en Colombia comienza a reflejar sus primeros impactos económicos directos en los territorios. Enel Colombia anunció transferencias del sector eléctrico por USD 2.695 millones a los municipios de Ponedera (Atlántico) y El Paso (Cesar) para energía generada en 2024 y el primer semestre de 2025 en los parques fotovoltaicos de Guayepo I y II, La Loma y El Paso.
Las transferencias, reguladas por la Ley 143 de 1994 y actualizadas por la Ley 1955 de 2019, son un mecanismo mediante el cual las empresas productoras de energía Donan parte de sus ingresos a los municipios en los que operancomo compensación por el uso de los recursos naturales y el impacto de su infraestructura. Estos fondos deberían invertirse en proyectos de infraestructura, saneamiento básico, agua potable y servicios públicos básicos.
Según la empresa, Ponedera recibió por primera vez transferencias por USD 1.408 millones, gracias a la producción de energía de los parques fotovoltaicos Guayepo I y II, considerado el más grande del Caribe colombiano y uno de los proyectos fotovoltaicos más ambiciosos de América Latina.
Mientras tanto, El municipio de El Paso en Cesar recibió $1,287 millones para operar los parques El Paso y La Loma, activos clave en la estrategia de diversificación energética del país.
Parque del Sol en El Paso Foto:Colombia
“Estas transferencias confirman que las energías renovables no sólo aseguran la sostenibilidad ambiental, sino que también generan valor económico directo para las regiones”, dijo un portavoz de Enel Colombia, enfatizando que la empresa se fortalece como un aliado estratégico de los gobiernos locales en el financiamiento de proyectos de desarrollo.
Los fondos se invertirán en proyectos locales.
Se incluyen los recursos de estas transferencias. fuentes de financiación para proyectos públicos, privado o mixto, e incluso puede servir como base para atraer cooperación internacional.
De acuerdo con el régimen jurídico aplicable, los municipios podrán destinar fondos a instalaciones con impacto territorial, tales como acueductos rurales, plantas de tratamiento de aguas residuales, mejora de carreteras, redes eléctricas, centros educativos o iniciativas de sostenibilidad medioambiental.
El caso de Ponedera es emblemático: apenas un año después del lanzamiento de Guayepo I y II, el municipio se convirtió en receptor de transferencias del sector eléctrico gracias a la energía generada a partir de fuentes no convencionales (FNCER).
En las calles de Ponedera todavía hay alcantarillas desbordadas. Foto:Cortesía de Heiner Valle
Con una capacidad instalada de más de 380 megavatios (MW), el proyecto genera energía suficiente para casi 500.000 hogares colombianos, al tiempo que contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono en más de 400.000 toneladas anuales.
Transformación energética con consecuencias económicas
El modelo de transferencia representa un nuevo eje de la economía energética para los departamentos del Caribe, que tradicionalmente se ha basado en la generación térmica e hidroeléctrica.
Con esta primera distribución de recursos, la región comienza a demostrar los beneficios de una transición energética justa, en la que el desarrollo de energías limpias también se traduce en ingresos tangibles para los municipios anfitriones.
Actualmente, Enel Colombia opera más de 600 MW de capacidad fotovoltaica instalada en el país.presente en Cesar, Atlántico, Bolívar, Córdoba y Tolima, consolidando su posición de liderazgo en el segmento de generación limpia.
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