Tal como había prometido su entrenador Abel Ferreira, Palmeiras experimentó un significativo momento de gloria este jueves al conseguir una “noche mágica” en su camino hacia la final de la Copa Libertadores. El equipo brasileño logró una impresionante victoria de 4-0 sobre la Liga de Quito, superando así la dura derrota de 3-0 que había sufrido en la semana anterior en la cancha ecuatoriana. Este revés, convertido en un mal recuerdo, fue borrado de un plumazo en el Allianz Parque de Sao Paulo, consolidando la posición de los equipos brasileños en el torneo.
El milagro registrado en este icónico estadio garantiza que la hegemonía de los clubes brasileños en la Libertadores continuará. Con este triunfo, Palmeiras se une a Flamengo para disputar la final programada para el 29 de noviembre en Lima, marcando un emocionante capítulo en la historia del fútbol sudamericano.
El centrocampista Raphael Veiga selló la contundente goleada al convertir un penalti en el minuto 82, tras una falta cometida por Allan. El paraguayo Ramón Sosa había marcado primero en el minuto 20, seguido por un gol de Bruno Fuchs en el tiempo añadido de la primera mitad y otro gol de Veiga en el minuto 68, para erradicar cualquier duda sobre el resultado final.
Los clubes brasileños han dominado la escena en las últimas ediciones de la Libertadores. Flamengo lo hizo en los años 2019 y 2022, mientras que Palmeiras se coronó en 2020 y 2021, y se suman Fluminense, en 2023, y Botafogo, en 2024.
– Ansiedad, pero mucha emoción –
El once titular que presentó Ferreira, un entrenador portugués que había solicitado fe y optimismo antes del encuentro, fue una clara declaración de intenciones. El estratega decidió sacrificar a un defensor para reforzar el mediocampo, colocando a Andreas Pereira en el eje y posicionando a Allan y Sosa en las bandas, mientras mantenía la habitual dupla de ataque conformada por el argentino José Manuel López y Vitor Roque.
Desde el pitido inicial, Palmeiras mostró su firmeza. Sin embargo, la ansiedad era palpable. A pesar de que el Verdão presionaba constantemente en el área del portero de la Liga de Quito, Alexander Domínguez, esta presión no se traducía en situaciones de verdadero peligro, y los jugadores parecían ansiosos.
De hecho, la primera oportunidad clara de gol fue generada por el equipo visitante a los 20 minutos con un cabezazo de Lisandro Alzugaray, que fue bloqueado habilidosamente por el portero Carlos Miguel. Este susto sirvió como un recordatorio para Palmeiras, que respondió con ímpetu. Un centro de Allan desde la banda izquierda encontró a Sosa, quien con un potente cabezazo logró abrir el marcador.
Esa primera anotación desató una fuerte ofensiva por parte de los paulistas. Sin embargo, tanto el Flaco López como Vitor Roque, a pesar de su dinamismo, parecían precipitarse al llegar al área rival, lo que provocó más ansiedad en el equipo.
Las estadísticas hablaban por sí solas: al llegar al final de la primera mitad, Palmeiras había realizado 18 disparos al arco, de los cuales solo dos habían hecho contacto con la portería de Domínguez. Finalmente, el anhelado 2-0 llegó en el tiempo de descuento de la primera parte, cuando Bruno Fuchs fue el primero en reaccionar a un balón suelto en el área tras un cabezazo de Víctor Roque, marcando así el segundo gol y aumentando la presión sobre el rival.
– Veiga, decisivo –
La emoción en las gradas estaba a flor de piel. Solo faltaba un gol para forzar la tanda de penales. Tras el descanso, Palmeiras continuó acosando a la Liga de Quito. Justo cuando los ecuatorianos parecían encontrar su ritmo, la entrada de Veiga desde el banquillo se convirtió en el punto de inflexión que necesitaba el equipo.
Con solo unos segundos en el campo, Veiga lanzó un potente disparo que Domínguez tuvo que desviar con valentía. Esa ocasión fue el preludio del tercer gol de la noche. Veiga fue el encargado de iniciar la jugada con un balón largo dirigido a Vitor Roque, quien, tras resistir en el área, esperó la entrada del centrocampista, permitiéndole rematar con efectividad a la red.
Con la Liga de Quito desmoronándose, una brillante jugada individual de Allan terminó en un penalti cometido por Carlos Gruezo. Vitor Roque, demostrando gran generosidad, cedió el tiro desde los doce pasos a Veiga, quien, con esa acción, celebró su papel esencial en la victoria y selló una noche memorable para el Palmeiras.
El triunfador de la final, que se jugará en el próximo mes en Lima, tendrá el honor de convertirse en el primer club brasileño en alcanzar su cuarta título en la historia de la Copa Libertadores.
eldeportivo.com.co/ AFP
 
                                                                 
                                     
  
                    
  
                                        
  
                                        
  
                                       