Deir a Balah. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró este sábado que Israel “no tiene otra opción” más que continuar su lucha en Gaza, enfatizando que no se pondrá fin a la guerra hasta que se logre la seguridad y estabilidad del territorio israelí y se asegure que Hamas deje de representar una amenaza. Su declaración resalta la postura firme del gobierno israelí en un conflicto ya prolongado y desgastante que ha dejado muchas secuelas, tanto humanas como materiales.
Además, Netanyahu reafirmó su compromiso de impedir que Irán obtenga armamento nuclear, una cuestión que ha sido de suma importancia en su política exterior y de seguridad. Esta afirmación refleja la tensión continua en la región y las preocupaciones de Israel respecto a las ambiciones nucleares de Irán, que son consideradas una amenaza existencial para el país y forjan parte de su visión de seguridad nacional.
La presión sobre Netanyahu ha aumentado, no solo por parte de las familias de los rehenes y sus simpatizantes, sino también de soldados israelíes, tanto en servicio activo como retirados. Muchos de ellos están cuestionando la estrategia y la prolongación del conflicto, lo que ha llevado a un debate interno sobre la gestión de la guerra y el costo de seguir adelante. El primer ministro mencionó que Hamas había rechazado recientemente la última oferta de Israel, que incluía la liberación de la mitad de los rehenes a cambio de un alto al fuego duradero, reflejando la complejidad de las negociaciones en un contexto de hostilidades y preocupaciones humanitarias.
En un contexto dramático, se reportaron más de 90 muertes en Gaza en apenas 48 horas durante los recientes ataques aéreos israelíes, según informaciones proporcionadas por el Ministerio de Salud de la región. Las fuerzas israelíes han intensificado sus operaciones con el objetivo de presionar a Hamas para liberar a los rehenes y desarmarse, lo que ha desatado un alarmante número de bajas, incluidas mujeres y menores. Este contexto ha generado mayores preocupaciones sobre la situación humanitaria en la región.
Durante la noche, al menos 15 personas perdieron la vida, y se reportó la muerte de al menos 11 personas en la ciudad sureña de Jan Yunis, incluyendo algunas en un campamento que acoge a cientos de miles de personas desplazadas. La comunidad internacional ha estado observando de cerca la evolución de estos hechos, dado que Israel ha declarado ciertas áreas como zonas humanitarias, lo que plantea cuestiones sobre el respeto a los derechos humanos en medio de la guerra.
Netanyahu afirma que Hamas rechazó la propuesta de liberar rehenes
En su intervención, el Primer Ministro dejó claro que el movimiento de resistencia islámica, Hamas, había rechazado la propuesta que Israel había ofrecido, que hubiese implicado la liberación de rehenes. Este rechazo indica la falta de voluntad para llegar a un consenso que ponga fin a la violencia, y Netanyahu afirmó que Hamas condiciona su aceptación a términos que no son viables ni aceptables para Israel. “Si nosotros ahora capitulamos antes de dictar a Hamas, todos los logros significativos obtenidos por las acciones de nuestros soldados y nuestros sacrificios heroicos serían en vano”, sostuvo el primer ministro.
Detalles de su declaración reflejan un profundo sentido de responsabilidad y determinación. Netanyahu incluso se adentró en la historia al recordar los horrores del Holocausto, afirmando que no podría permitir que se repitiera un acto de genocidio y que su misión es asegurar el bienestar y la seguridad del pueblo israelí.
Frente a estas tensiones, Netanyahu también fue tajante al descartar que se pueda llegar a un acuerdo de rendición por parte de Hamas que permitiera la liberación de todos los rehenes. Según su perspectiva, la comunidad internacional no aceptaría permitir que Israel continuara con operaciones militares de tal magnitud después de un pacto. Esta es una afirmación que refleja su visión sobre las complejidades de las relaciones internacionales y la dinámica de poder regional.
El primer ministro también mencionó la ineficacia de las demandas de Hamas, argumentando que esas condiciones no eran nuevas y que Hamas las había reitertado sin una real voluntad de cambio. “Sé que podemos recuperar a los rehenes sin someternos. Así he operado hasta ahora, y la misión aún no ha terminado”, declaró.
Con respecto a Irán, Netanyahu se mostró firme en su compromiso de evitar que el país persa obtenga una bomba atómica, criticando a aquellos que han cuestionado la falta de ataques a las instalaciones nucleares iraníes. Reiteró su tenacidad respecto al tema, principalmente considerando que acciones concretas han evitado que Irán tenga un arma nuclear durante la última década. Su postura refleja la alta tensión en este tema, que sigue afectando la política de seguridad de Israel.
“Detendré a Irán de obtener armes nucleares. No retrocederé ni un milímetro”, reafirmó Netanyahu, mientras se enfrenta a un mar de críticas de aquellos que perciben que sus políticas no están logrando los objetivos esperados. En este contexto, se resalta lo delicado de la negociación tanto dentro como fuera de Israel mientras se buscan soluciones en medio de una crisis humanitaria.’