

Cuatro meses después del anuncio de la retirada de Estados Unidos, están surgiendo nuevos equilibrios en el seno de la UNESCO, con Porcelana convertirse en un actor relevante y con una presencia creciente de países del llamado “sur global”.
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La retirada de Estados Unidos entrará en vigor a finales de 2026. Foto:iStock
La retirada de Estados Unidos, al igual que la de Nicaragua, se hará efectiva a finales de 2026, Pero Washington ya abandonó el organismo de la ONU, como lo demostró su silla vacía durante una reunión clave reciente en la ciudad uzbeka de Samarcanda.
Su retractación, en la que acusó a la UNESCO de tener un sesgo antiisraelí y de promover “causas sociales y culturales divisorias”, no fue sorprendente. Donald Trump ya había sacado a su país de esa organización en 2018, antes de que Joe Biden la reincorporara en 2023.
Aunque la entonces directora general, la francesa Audrey Azoulay, intentó minimizar la dependencia de las contribuciones estadounidenses (que pasaron del 20% al 8% del presupuesto total), la salida priva a la organización de 75 millones de dólares.
Su sucesor confirmado en Samarcanda, el egipcio Khaked el Enany, ha hecho del presupuesto su “prioridad” y Prometió convencer a algunos países para que aumenten sus contribuciones y atraigan más fondos del sector privado.
“La retirada de Estados Unidos influyó en sus elecciones. Los Estados miembros tuvieron en cuenta su capacidad para movilizar nuevos recursos”, señaló un diplomático de una delegación africana.
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China, primer contribuyente a la UNESCO
Con 69 millones de dólares, China es ahora el mayor contribuyente a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con sede en París.
Beijing reforzó su presencia dentro de la organización. Foto:X: China Xinhua Noticias @XHNews ·
“China financia ahora partes enteras de los programas de la Unesco, como por ejemplo la revista insignia ‘El Correo de la Unesco'”, publicada en nueve idiomas, señala Chloé Maurel, especialista en la historia de la organización.
La UNESCO “es una agencia internacional que muchos Estados utilizan para ejercer su ‘poder blando'”, añade.
Desde la retirada de Estados Unidos en 2018, Beijing ha reforzado su presencia dentro de la organización.
“China intentó llenar el vacío dejado por Estados Unidos para cambiar los estándares internacionales a su favor (…) Ahora hay chinos en todos los departamentos de la UNESCO“, explica un miembro de una delegación europea.
En 2023, el entonces secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, justificó el regreso de su país como una forma de contrarrestar la influencia china en cuestiones como la inteligencia artificial (IA) y la educación.
Washington no participó en las discusiones relacionadas con un texto innovador de 2021 sobre el uso ético de la IA. En Samarcanda se adoptó otro, que establece salvaguardias para la neurotecnología.
Incluso esta ausencia dejando más espacio para Rusia y sus aliados, aunque Moscú sigue en desgracia desde su invasión de Ucrania en 2022 y volvió a fracasar este mes en su intento de ser elegido miembro del consejo ejecutivo.
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El Sur Global en la UNESCO
“La salida de Estados Unidos plantea muchas ambiciones en China y Rusia, pero también en el Sur Global, con líderes en América Latina, África y Asia. Las elecciones han demostrado que estos equilibrios están cambiando”, según el diplomático africano.
Más allá de El Enany, el primer director general árabe, el nuevo presidente de la conferencia general será de Bangladesh y su nuevo homólogo en el consejo ejecutivo será de Qatar.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, país que se retiró de la UNESCO. Foto:Imágenes falsas
Ante la retirada de Estados Unidos, algunos pesos pesados del “sur global”, como los países del Golfo, India o Brasil, podrían aumentar su contribución financiera y su influencia en la organización, estimaron algunos participantes en Samarcanda.
Por su parte, Washington corre el riesgo de quedar marginado bajo las designaciones de Patrimonio Mundialuna de las políticas estrella de la institución.
Un lugar es particularmente simbólico: la Reserva Natural de Okefenokee, cuya candidatura promueve Sonny Perdue, quien fue secretario de Agricultura durante el primer mandato de Trump.