Antes de los drones y la entrega urgente, Nueva York tenía un sistema de mensajería real llamado Tirar del poste del tubo .
Se trataba de tubos subterráneos a través de los cuales las cápsulas se movían bajo presión de aire a una velocidad de más de 50 km/h.
Durante décadas, desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, se enviaron cartas, documentos oficiales y pequeños paquetes a través de esta red oculta.
Los trabajadores describieron cómo las cápsulas llegaban con un distintivo “PUMF” que sacudía los estantes del correo.
El sistema incluía más de 40 kilómetros de tuberías y conectaba las principales oficinas de Manhattan.
Aunque parecía una tecnología retrofuturista, era sumamente confiable: las cartas tardaban solo unos minutos en viajar entre puntos distantes de la ciudad.
Cuando el correo electrónico todavía era ciencia ficción, Nueva York ya tenía una especie de “Internet física” que funcionaba con pura presión de aire.

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