En el contexto de la ausencia de mayorías claras entre los votantes morados que deben elegir al sucesor de Francisco en el primer día del cónclave, en el Vaticano, emergió un humo inusual; no fue negro, sino rosa. Activistas católicos encendieron bengalas de color rosa cerca del Vaticano como una forma de exigir que las mujeres sean admitidas como sacerdotisas dentro de la iglesia.
No pueden continuar ignorando el 50 por ciento de la población católica y encerrarse en una habitación para discutir el futuro de la iglesia sin la mitad de ellos.
En un parque que ofrece vista a la majestuosa cúpula de San Pedro, donde los Cardenales se reúnen para el cónclave, los activistas realizaron una parodia del tradicional humo blanco que indica la elección del Papa, manifestando su deseo de que las mujeres también tengan la oportunidad de ser elegidas.
“No pueden continuar ignorando el 50 por ciento de la población católica”, enfatizó Miriam Duignan, representante de Wijngaards para la investigación católica. “Se encierran en una habitación para discutir el futuro de la iglesia sin incluir a la mitad de la población.”
Los activistas exigieron una mayor igualdad en la iglesia Foto:X: @Reporterosszone
“Cualquiera que sea elegido debe tener el valor para abordar de manera seria el tema de la inclusión de las mujeres, un asunto que hasta ahora no ha sido debatido, ni siquiera por el Papa Francisco”, se quejó Duignan.
“Las únicas mujeres que verán” los 133 votantes cardenales durante el cónclave “serán las monjas que se encargan de servir la comida y de limpiar las habitaciones” en Santa Marta, donde se alojan, recordó Miriam Duignan.
Las mujeres están ocupando un papel cada vez más prominente en la iglesia, especialmente durante el pontificado de Francisco, aunque todavía están excluidas del sacerdocio y solo los varones ocupan los puestos más altos de liderazgo.
El primer día de votación finalizó con humo negro: no se tomó ninguna decisión sobre el nuevo Papa. Foto:AFP
No obstante, siguen estando excluidas del sacerdocio, y los hombres siguen dominando los niveles más altos de liderazgo. Durante el pontificado de Bergoglio, aunque se realizó un esfuerzo por promover un papel más activo para las mujeres, se ha mantenido una postura contraria a la clericalización.
“Es cierto que Francisco ha promovido a algunas mujeres a puestos de responsabilidad, pero su estatus sigue siendo inferior al de los hombres”, observó Duignan. “Incluso el sacerdote más joven tiene un mayor estatus que la mujer más experimentada”, ejemplificó la activista.
Para Gabrielle Fidelin, representante de la Asociación Católica y Feminista Magdala, la desigualdad entre hombres y mujeres es un “pecado”.
Los cardenales están en proceso de elegir al nuevo pontífice. Foto:AFP
Los activistas claman contra la desigualdad que consideran un pecado
Los activistas recordaron que la iglesia, originalmente otorgó a las mujeres un papel igual dentro de su jerarquía antes de que se implementaran reformas durante la Edad Media.
“Mientras el mundo aguarda un humo blanco o negro”, explicó Kate McElwee, del Grupo de Campaña de la Conferencia de Presidentes de Mujeres.
Es cierto que Francisco promovió a algunas mujeres a roles de responsabilidad, pero su estatus sigue siendo más bajo que los hombres.
Según Miriam Duignan, solo uno de los 133 votantes se ha manifestado a favor de la inclusión de mujeres en el sacerdocio.
El cónclave inicia la elección del próximo Papa. Foto:
La activista se abstuvo de revelar la identidad del cardenal que se posicionó, por temor a ser excluido del cónclave.
La activista fue arrestada en 2011 tras intentar ingresar al Vaticano para entregar una petición en apoyo de un sacerdote que abogaba por su causa.
En un documento publicado en octubre del año pasado, la Iglesia Católica reconoció la falta de visibilidad de las mujeres en su estructura de gobierno.
Sin embargo, la institución se abstuvo de abordar la cuestión de permitir que las mujeres sean diáconos, lo que generó decepción entre los activistas que lamentan la marginación de las mujeres en un sistema considerado patriarcal, a pesar de su papel esencial en las parroquias de todo el mundo.