Durante las primeras semanas de mayo, Barranquilla ha sufrido un golpe de calor más intenso que en años recientes. La situación ha alcanzado niveles preocupantes, ya que en días recientes se reportó una temperatura de 52 grados Celsius a la sombra, con una sensación térmica que superó los 40 grados. Este fenómeno extremo ha generado una creciente inquietud entre los ciudadanos y las autoridades de salud pública.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha confirmado que esta ola de calor no solo afecta a la capital del Atlántico, sino que también repercute en otras ciudades caribeñas, como Cartagena, Santa Marta, Valledupar y Montería, donde se anticipan temperaturas que superarán los 40 °C. Las causas de este fenómeno se atribuyen a varios factores, incluyendo la alta humedad, la baja velocidad del viento, la intensa radiación solar, y los efectos acumulativos del cambio climático, especialmente debido al impacto residual del fenómeno de El Niño.
Vivimos días insoportables. Trabajo en la venta de frutas en la calle, y el calor me tiene mareado todo el día. A veces siento que no puedo respirar bien.
María Mercedes PaccoVendedora ambulante en el centro de Barranquilla
Al igual que ella, muchos ciudadanos aseguran que las condiciones actuales han transformado sus vidas diarias, afectando su método de trabajo, actividades escolares y recreativas.
Explicación de expertos
Los especialistas piden a los ciudadanos mantenerse hidratados. Foto:Vanexa Romero /
Los meteorólogos han explicado que estos eventos, considerados como accidentes cerebrovasculares térmicos, corresponden a períodos prolongados de temperaturas anormalmente altas, que pueden extenderse durante varios días y son particularmente peligrosos cuando se combinan con altos niveles de humedad.
El cuerpo humano tiene dificultades para regular la temperatura en estas condiciones. Las personas más vulnerables, como los ancianos, los niños y aquellos con enfermedades crónicas, enfrentan un riesgo mayor de deshidratación, golpes de calor y complicaciones cardiovasculares.
Sandra LondoñoEpidemióloga
En Barranquilla, la situación se complica por las características de su planificación urbana. La ciudad presenta condiciones que los expertos denominan “islas de calor urbano”, lo que significa que las zonas altamente urbanizadas, donde predominan el concreto, el asfalto y la escasa vegetación, generan acumulación térmica. Estas islas absorben el calor durante el día y lo liberan de manera lenta por la noche, lo que impide una disminución significativa de la temperatura, aun en las primeras horas de la mañana.
“No es fácil en mi apartamento. Son las dos de la mañana y el calor es tan fuerte como al mediodía. No puedo dormir y mis hijos están sudando todo el tiempo.” dice Edilma Ruiz, madre de tres hijos en el distrito de La Sierrita. La historia de Edilma ilustra una de las consecuencias más invisibles pero serias de esta ola de calor: el impacto en el descanso, el estado de ánimo y la salud mental de los ciudadanos.
Recomendación
Mantenerse hidratado es una de las recomendaciones de las autoridades de salud. Foto:Archivo de
Ante este panorama, el Ministerio de Salud ha elaborado una serie de recomendaciones preventivas para evitar complicaciones de salud. Entre las recomendaciones están:
- Mantenerse bien hidratado
- Evitar actividades al aire libre entre las 10:00 y las 16:00
- Usar ropa ligera y de colores claros
- Aplicar protector solar adecuadamente
- Buscar espacios con sombra o buena ventilación.
Además, se ha llevado a cabo una charla especial dirigida a cuidadores de menores y personas mayores para garantizar su protección contra los efectos del calor extremo.
Asimismo, Ideam sugiere que los ciudadanos adopten un comportamiento responsable tanto en el hogar como en el entorno urbano, tales como:
- Plantar árboles
- Reducir el uso de materiales que absorben calor.
- Minimizar la utilización de vehículos en las horas más calurosas para reducir la emisión de calor antropogénico.
Aunque algunos barranquilleros han tratado de adaptarse a la situación a través de ventiladores y cambios en sus rutinas diarias, muchos expresan que las condiciones han llegado a ser insostenibles. “El calor es abrumador. Ni los ventiladores son suficientes y no todos tienen aire acondicionado,” señala Andrés Bolaño, conductor de transporte público. Quien asegura haber visto a pasajeros desmayarse durante sus trayectos.
Con un pronóstico que no muestra signos de alivio inminente, la ciudad se prepara para más días con calor extremo. Las autoridades recalcan la prevención como una herramienta clave, mientras que los ciudadanos esperan en vano los vientos característicos de la región que puedan devolverlos a una situación que muchos describen como asfixiante.
El accidente cerebrovascular térmico en Barranquilla no es meramente un problema ambiental; este constituye un llamado urgente a reflexionar sobre la manera en que las ciudades enfrentan los desafíos relacionados con el cambio climático en la vida cotidiana.