Manejar el Canal de Panamá no es una tarea sencilla en la actualidad. Desde antes de diciembre, cuando el entonces presidente electo Donald Trump comenzó a hablar sobre “recuperar el canal” para los Estados Unidos, las autoridades del canal y del país se han enfrentado a una severa crisis de sequía. Esta crisis, que comenzó en 2022 y se extenderá hasta 2024, ha ralentizado notablemente el tráfico marítimo, causando un aumento en los precios y llevando a las compañías navieras a buscar rutas alternativas para el transporte de mercancías.
Desde el año 2019, Ricaurte Vásquez Morales, el economista panameño, ha estado al frente de la Autoridad del Canal de Panamá, que supervisa la operación de esta vital vía interoceánica. En una conversación reciente con una publicación trimestral de Estados Unidos, antes de un acuerdo entre Panamá y el Gobierno de los Estados Unidos, Vásquez Morales comentó sobre los pronunciamientos de Trump relacionados con el canal, así como los esfuerzos realizados para expandir la infraestructura, incluyendo una posible nueva tubería de gas. Además, discutió las consecuencias a largo plazo que podrían ocurrir si se abren nuevas rutas marítimas.
Ricaurte Vásquez (izquierda) junto con el Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth. Foto:AFP
El canal ha estado en el centro de una tormenta desde diciembre, a raíz de las declaraciones de Trump. ¿Cómo han vivido los trabajadores del canal esta situación?
En general, hay un número considerable de personas que eligen no comentar sobre el tema, pero en las últimas semanas hemos escuchado a algunos que han expresado poderosos mensajes como: “Esto es nuestro. Hemos luchado por el canal y lo hemos gestionado muy bien”. La situación actual se percibe con desconfianza; hay confusión y un deseo de comprensión. A lo largo de la larga relación entre Panamá y Estados Unidos, ha habido momentos de tensión y reconciliación.
El gobierno panameño ha implementado varias medidas para abordar las preocupaciones de Estados Unidos sobre la gestión china de los puertos a ambos lados del canal. Sin embargo, el presidente Trump sigue insistiendo en que desea restaurar el canal. ¿Cuál es su posición sobre eso?
Primero, es crucial entender cuál es la definición del canal para él y cuál es nuestra interpretación. Cuando se habla de los puertos y otras instalaciones, estos no forman parte del Canal de Panamá.
En su concepto del canal, ¿existe influencia china en su administración?
Para nada. Ni china ni ninguna otra nación. El canal se gestiona de acuerdo a nuestra constitución panameña. Hemos establecido disposiciones para mantener el Canal de Panamá alejados de la política electoral. Actualmente nos encontramos en la tercera generación de mejoras con el objetivo de continuar siendo relevantes a nivel mundial, asegurando que tengamos suficiente agua para que el canal, dependiente de la lluvia, siga siendo confiable para el comercio global.
¿Le preocupa a la administración de Trump la presencia china cerca del canal, considerando que ciertos informes circulan entre las autoridades de defensa del gobierno estadounidense?
Es un hecho que hay una empresa china que opera los puertos de Balboa y Cristóbal. Sin embargo, afirmar que esta presencia puede ser utilizada con fines militares o para actividades de espionaje debe ser fundamentado con pruebas concretas. Es fundamental para nosotros establecer un diálogo abierto sobre estos asuntos, siempre que haya disposición por parte de ellos para escuchar.
En los años 70, antes de la firma del Tratado del Canal, había opiniones en Estados Unidos que sostenían que el canal sería más seguro en manos panameñas. No solo por los riesgos de interrupciones sociales, que se fueron evidenciando con la presencia estadounidense, sino también para asegurar que el canal fuese neutral en cualquier conflicto global. ¿Crees que el canal está más seguro ahora bajo la administración panameña?
Sin duda. Y es evidente que la realidad de los años 70 era muy diferente. No obstante, es importante recordar que este es un país pequeño que depende en gran medida del canal. Para Panamá y para los panameños, el canal es vital para el bienestar de la nación. Por razones evidentes, los panameños siempre protegerán el canal y evitarán todo tipo de conflictos. Además, desde que se transfirió el Canal de Panamá, no ha habido un único incidente en el que Panamá haya violado las condiciones legales y los tratados existentes con Estados Unidos.
Un barco de carga. Foto:AFP
Durante los últimos 20 años, Panamá ha llevado a cabo inversiones significativas en el canal. Años atrás, en 2004, recorrí el canal por primera vez, antes de su ampliación, y he sido testigo de su crecimiento. En vista de eso, hay alrededor de $8,000 millones destinados a proyectos de infraestructura y sostenibilidad planeados para la próxima década. ¿Cómo se utilizarán estos recursos para mejorar el canal?
Uno de los objetivos es la construcción de un nuevo depósito, lo que mejorará la confiabilidad general del canal. Es importante mencionar que somos un canal de agua dulce, y nunca antes habíamos experimentado sequías tan severas como las que vivimos hace dos años; debemos prepararnos para posibles fenómenos similares en el futuro. También estamos buscando incrementar nuestra capacidad de mover más productos. Hemos aprovechado nuestra ubicación geográfica durante 500 años, desde la conquista española hasta la fiebre del oro, el crudo de Alaska y hasta el presente. Observamos que Estados Unidos se ha convertido en uno de los mayores exportadores mundiales, y muchos de esos mercados son en la región transpacífica. Y ¿quién está en el medio? Para Estados Unidos, Panamá representa una oportunidad valiosa, ya que invierte lo necesario para garantizar que los activos comerciales lleguen a los mercados adecuadamente y al costo correcto.
¿Existen planes para una nueva línea de gas?
Además de la mejora en el tráfico marítimo, podemos utilizar nuestra geografía para mover cargas específicas. Hay instalaciones portuarias en Estados Unidos que actualmente no pueden recibir cargueros que transitan por el Canal de Panamá. Por lo tanto, en Estados Unidos, la infraestructura adecuada no está disponible. Panamá, con una población de 4 millones y una economía que depende en su mayoría del comercio internacional, se compromete a realizar las inversiones necesarias para asegurar que estos flujos comerciales se mantengan activos y se desarrollen de manera más eficiente.
Canal de Panamá. Foto:AFP
Con respecto a la seguridad del canal, el presidente de Mulino ha mencionado que hay margen para mejorías. ¿Qué inversiones se requieren para fortalecer dicha seguridad?
Existen varios retos, como la migración, el crimen organizado y el tráfico de drogas en algunas provincias. Todo esto no es positivo para la reputación comercial de nuestro país. Por lo tanto, estamos en disposición de abordar estos problemas en colaboración con Estados Unidos y otras entidades globales.
¿Has considerado las implicaciones de que el Ártico se convierta en una ruta marítima del norte más viable?
No somos un monopolio, ni de cerca. Entendemos que hay competencia, y estamos al tanto de los acontecimientos en el Ártico y de las preocupaciones que esto genera. Es una propuesta compleja, no solo desde el punto de vista ambiental y de sostenibilidad. Desde el ángulo político, muchos países pueden querer influir en lo que ocurre en el Ártico. En lugar de negociar cómo manejar el paso del norte con múltiples actores, es mucho más sencillo llegar a un entendimiento con el Canal de Panamá, que está bajo el control exclusivo de Panamá.
Brian Invierno
America’s Quarterly
Jefe de la preparación de los analistas trimestrales y experimentados de la política latinoamericana de Estados Unidos.