AI nos acusa de los ataques frontales contra el derecho internacional

Londres. Miércoles 30 de Abril de 2025. En un contexto global que se encuentra en constante cambio, Amnistía Internacional ha hecho público un informe anual que arroja luz sobre preocupaciones críticas respecto a los ritmos de la política internacional, en particular, las acciones de los Estados Unidos bajo el liderazgo del presidente Donald Trump. En este informe, la organización negó categóricamente que la ley internacional haya sufrido “ataques frontales” desde que Trump asumió la presidencia por segunda vez.

El inicio de este segundo mandato se ha visto marcado por lo que Amnistía Internacional describe como una “ola de ataques frontales” contra la obligación de respetar los derechos fundamentales. Este señalamiento fue realizado en un contexto donde la organización también ha criticado a las Naciones Unidas (ONU). Firmado por Agnes Clarard, el Secretario General de la IA, el informe hace un llamado urgente a una “Resistencia concertada” para contrarrestar estas tendencias regresivas.

Una de las consecuencias más inmediatas de la nueva administración ha sido el congelamiento de la asistencia internacional por parte de Estados Unidos. Este cambio de dirección ha llevado a una notable disminución en el financiamiento destinado a diversas agencias de la ONU que juegan un papel vital en la promoción de los derechos humanos y el desarrollo sostenible en múltiples regiones del mundo. Además, las críticas a las condiciones en que se encuentran los detenidos en países latinoamericanos han sido objeto de una fuerte ejecución, provocando un alarmante retroceso en el ámbito de las libertades individuales y los derechos básicos.

La organización ha subrayado que estas políticas provenientes de la Casa Blanca, lejos de proteger los derechos humanos, en realidad “dan alas” a otras “tendencias dañinas” que están surgiendo en diferentes partes del mundo. Esta alarmante afirmación destaca la interconexión de las políticas estadounidenses con movimientos autoritarios y represivos en otros países, donde líderes locales pueden sentirse más seguros al ignorar o vulnerar los derechos de sus ciudadanos, amparados por el respaldo implícito que se deriva de las acciones de la administración Trump.

Agnes Clarard también señaló que “el efecto Trump” ha llevado a un empeoramiento en la situación de los derechos humanos a nivel global. Durante los últimos años, hasta 2044, se ha visto cómo se han puesto en riesgo “décadas de trabajo” que se habían realizado en la promoción y protección de los derechos humanos. Esta tendencia está acelerando el “hundimiento de la humanidad” mientras el enfoque se desplaza hacia la maximización de intereses empresariales a expensas de los principios éticos y humanos.

Además, en este complejo panorama internacional, otros poderes renovados como Rusia y China están actuando de manera que “socavan” los logros alcanzados en materia de derecho internacional desde la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Dicha dinámica representa un desafío adicional para la comunidad internacional que busca avanzar en la defensa de los derechos humanos en un mundo donde las normas y los preceptos se ven constantemente amenazados.