La victoria de Rusia en el Co-Kurst, respaldada por Corea del Norte, incita a Trump a revisar su plan para Ucrania y su alineación de facto con Moscú y Pyongyang en la lucha por Kiev.
29.04.2025. REVESTO DEL TERRITORIO Región rusa de Kursk. Las tropas ucranianas que fueron desplegadas en agosto pasado proporcionan un motivo adicional para que el presidente Vladimir Putin se sienta fortalecido en su país. Esta situación podría promover la idea de que Donald Trump está planeando detener la guerra, además, podría llevar a la eliminación del presidente ucraniano, Volodimir Zelenky, antes de las negociaciones formales.
Sin embargo, esta victoria de Rusia ha sido posible gracias a la implicación de las tropas de Corea del Norte, lo que implica que los países asiáticos y “comunistas” que operan en Europa colocan al presidente de los Estados Unidos en una situación compleja, dado que se encuentra alineado junto a aquellos que fueron catalogados como miembros del eje del mal durante su predecesor en la Casa Blanca, Joe Biden.
Este martes marca el final de los primeros 100 días de la presidencia de Trump. Una de las promesas reiteradas durante su campaña fue finalizar la guerra en Ucrania, y aunque no se ha cumplido, la situación es más caótica desde que asumió el cargo el 20 de enero. A medida que el conflicto continúa, se muestran sus dificultades frente a una crisis que involucra una variedad de actores no deseados.
Reconocimiento de la participación norcoreana en la guerra
Recientemente, Corea del Norte confirmó oficialmente que ha enviado tropas para luchar junto al ejército ruso y ha logrado una “victoria significativa” al expulsar a las últimas fuerzas ucranianas de la región.
La implicación de los soldados norcoreanos en las operaciones militares rusas no era un secreto, dado que las fuerzas ucranianas habían alertado sobre su presencia, corroborada por los servicios de inteligencia de Corea del Sur que midieron la llegada de aproximadamente 12,000 tropas norcoreanas para contrarrestar los ataques del ejército ucraniano en la región fronteriza. En marzo, Seúl reportó que se enviaron 3,000 soldados adicionales para reforzar las filas tras las elevadas bajas en combate.
El sábado pasado, Putin anunció que el ejército ruso completó la “liberación” de Kursk, un territorio donde las tropas ucranianas habían avanzado durante una ofensiva masiva el verano anterior, ganando aproximadamente 1.400 kilómetros cuadrados. Posteriormente, tras el reconocimiento norcoreano de su participación, Putin agregó: “Rindamos homenaje al heroísmo, a la alta formación y al orgullo de los soldados coreanos que, codo con codo con nuestros combatientes, defendieron nuestra patria como si fuera la suya”.
Este triunfo conjunto de Rusia y Corea del Norte envía un mensaje directo a Estados Unidos: mientras Occidente continúa apoyando a Ucrania con armas y recursos significativos, la internacionalización del conflicto tiene un componente asiático que podría influir en los intereses de Washington en la región del Pacífico, un área que ha adquirido importancia geopolítica en la agenda de la Casa Blanca.
De esta manera, Corea del Norte deja claro su alianza defensiva que, aunque todavía se ve lejos, se refleja en Europa, a la vez que desafía la presión estadounidense en Asia, particularmente frente a sus aliados en Corea del Sur y Japón.
EE. UU., ¿recuperará a Corea del Norte en el conflicto en Ucrania?
Este desarrollo implica que, con su estrategia en Ucrania, se favorece a Rusia y se potencialmente promueve la anexión por Moscú de los territorios conquistados, lo que podría llevar a Trump a alinearse no solo con Moscú, sino con Corea del Norte. Esta dinámica en la crisis es delicada para la Casa Blanca, recordando la simpatía que el expresidente mostró hacia el dictador Kim Jong-un.
Una cosa es que Trump, con su enfoque pragmático, incline el equilibrio de la guerra ucraniana a favor de Rusia, un competidor militar. Sin embargo, es otra muy distinta amenazar con regresar a las aventuras en Corea del Norte que realizó durante su mandato entre 2017 y 2021, donde se reunió tres veces con su líder.
En ese sentido, el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió un comunicado expresando su preocupación por esa participación directa norcoreana en la guerra en Ucrania. La diplomacia estadounidense exigió el cese del despliegue militar de Corea del Norte en Rusia y rechazó “todo apoyo” que Moscú pudiera ofrecer a Pyongyang, evidenciando así el respaldo que existe entre Rusia y Corea del Norte.
El gobierno de Ucrania se unió a las condenas sobre la contribución de Corea del Norte al conflicto este martes, declarándose preocupado: “La participación de Corea del Norte en la agresión rusa en Ucrania pone en riesgo no solo la seguridad de Europa, sino también la de las regiones indopacíficas.” Así lo expresó el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano en su declaración.
No se trata únicamente de la movilización de miles de soldados. Según la inteligencia surcoreana, Corea del Norte también ha suministrado a Rusia proyectiles balísticos KN-23, y millones de proyectiles de artillería que cubren entre el 50 y el 70% de las necesidades de municiones rusas, así como obuses de 170 milímetros y lanzadores múltiples de 240 milímetros.
Norcoreanos y el día de la victoria
Las críticas sobre la participación militar de Corea del Norte en Ucrania pueden marcar un punto de inflexión en las celebraciones del día de la victoria, que se conmemora el 80 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Plaza Roja de Moscú. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, no descartó que Putin pudiera otorgar distinciones y recompensas a los militares norcoreanos que participaron en la “liberación” de Kursk. Peskov también fue evasivo al abordar el pedido del presidente de la Duma, Andrei Turchak, para enviar tropas norcoreanas a otros frentes en Ucrania.
Nuevas treguas de tres días
Precisamente, estas celebraciones del 9 de mayo, que Putin anunció el lunes, incluyen una nueva tregua de tres días, sin que esta sea bien recibida por las autoridades ucranianas.
El alto el fuego se espera que comience a medianoche del 7 al 8 de mayo y finalizar a las 00:00 del 10 al 11 de mayo. A menos que la presión de Estados Unidos fuerce al gobierno ucraniano a aceptar esta tregua, poco cambiará el estado actual del conflicto. El presidente Zelensky ya acusó al Kremlin de iniciar “otro intento de manipulación” al extender la guerra.
“Si Rusia realmente quiere la paz, el fuego debe cesar de inmediato. ¿Por qué esperar hasta el 8 de mayo?”, argumentó el Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sibih. Kiev exige un alto el fuego que dure al menos 30 días.
Esto no es la primera vez que Rusia declara treguas temporales, ya lo hizo en Navidad ortodoxa de 2023 y hace solo dos semanas con motivo de la celebración de la Pascua ortodoxa, fechas que fueron ignoradas por el Kremlin.
Tal actitud en los esfuerzos de negociación ha generado molestias en Trump, quien no observa que sus iniciativas para detener el conflicto estén avanzando, especialmente cuando estos pone a Estados Unidos en una posición cada vez más complicada y costosa, apuntando hacia asuntos internacionales más prioritarios como la crisis en el Medio Oriente y la hegemonía de China en el área del Pacífico.
Norcorea y la respuesta a Washington
Después de una reunión entre Trump y otros líderes mundiales el sábado en Roma, en el contexto del funeral del Papa Francisco, el presidente estadounidense, frustrado por la falta de progreso en Ucrania, ha vuelto a amenazar a Rusia con sanciones adicionales. Además, en un post en sus redes sociales, Trump acusó a Moscú de no querer concluir la guerra.
El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, exigió que Rusia “deje de disparar ya”, después de dialogar el domingo con el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergéi Lavrov. “Es hora de que se tomen en serio la tarea de facilitar el fin de esta guerra inútil”, fue el mensaje del portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, que respaldó este reclamo.
No obstante, en ocasiones previas, las advertencias de Trump hacia Rusia solo han llevado a Moscú a intensificar su postura, como se ha visto con la participación de Corea del Norte en el conflicto.
El apoyo de Corea del Norte se ha convertido en una de las estrategias más efectivas de Rusia en la crisis ucraniana. Esto no solo inquieta a los europeos y a los estadounidenses, sino que también realza su estrategia en Asia, acercándose aún más a un país como China, aliado de Corea del Norte.
La realidad es que las circunstancias no están favoreciendo a Trump como lo había imaginado. A medida que se cumplen los 100 días de su mandato, y a pesar de su enfoque hacia Rusia y su aparente cercanía, Trump se encuentra constantemente en una situación incómoda, debido a su dependencia del Kremlin.
Putin, demostrando mayor destreza que Trump en este juego de poder, ha ido asegurando mejores posiciones en condiciones de negociación, dispuesto a extender la guerra y a legitimar la anexión de territorios y a impulsar la desmilitarización de Ucrania, así como su renuncia a unirse a la OTAN, una agenda recordada por Lavrov en su reciente intervención.
Y para ello, Putin utiliza una jugada que complica aún más la situación en la Casa Blanca: el apoyo norcoreano refuerza las victorias rusas en Ucrania, fortalece la estrategia de Moscú en el este y aumenta la amenaza sobre Corea del Sur y Japón, haciendo de esta crisis un desafío sin precedentes para Occidente.