Atlantic quiere dar un salto histórico: conseguir la primera playa con el cartel internacional de Bandera Azules un premio que solo se otorga a destinos que cumplen con estándares de clase mundial en calidad del agua, seguridad, sustentabilidad y servicio.
Quiere conseguirlo basándose en algo que parecía impensable hace apenas unos años: Planificación costera integral que cambie la faz de la costa, atraiga turismo y mejore la vida de las comunidades.
Las obras hablan por sí solas. En Puerto Colombia, donde el mar y la historia se encuentran, se han invertido más de $23.000 millones en la transformación de Playa Miramar y Playa Pescadores. Ambos se han integrado en el Gran Malecón del Mar y ahora cuentan con paseos accesibles, zonas deportivas, iluminación moderna y espacios de restauración. El entorno previamente destruido es ahora un escaparate de revitalización urbana y un lugar de encuentro para miles de invitados.
Las playas de Puerto Colombia intervinieron en la nueva infraestructura urbana. Foto:Gobernación
Este proceso también fue crucial honrar el trabajo de más de 600 pescadores artesanales, que ahora operan en condiciones más seguras y mejor organizadas. Un cambio que no sólo mejorará su economía, sino también la calidad del turismo que ofrecen.
Salinas del Rey y Punta Astilleros se redescubren
Otro punto clave es Salinas del Rey en Juan de Acosta, considerado como uno de los mejores lugares del Caribe para practicar deportes acuáticos como kitesurf y windsurf. Las recientes inversiones han aumentado la seguridad en el mar y han llamado la atención sobre los atletas que vienen de todo el mundo por sus vientos constantes y olas perfectas.
En Piojó, Punta Astilleros Sigue un camino diferente: un modelo de ecoturismo controlado, liderado por la propia comunidad. Es un lugar tranquilo, destinado a personas que buscan naturaleza pura y poca intervención. Allí, la planificación apunta a proteger el paisaje, no a superpoblarlo.
A Salinas del Rey acuden deportistas de todos los rincones del mundo. Foto:Cortesía
Estos tres puntos hoy forman la base del plan del departamento para construir un sistema de playas diverso, pero con un mismo objetivo: orden, seguridad y sostenibilidad.
Las ambiciones del departamento son claras: esto una de las playas recibió el prestigioso certificado de Bandera Azul. Para lograrlo, debe cumplir 33 criterios internacionales, que incluyen monitoreo constante del agua, socorristas certificados, gestión adecuada de residuos, infraestructura en óptimas condiciones, accesibilidad garantizada y educación ecológica a los usuarios.
Esta no es una tarea fácil. Hoy en día sólo nueve playas en Colombia pueden presumir de este reconocimiento, entre ellas Playa Azul de La Boquilla en Cartagena, Playa Blanca en Santa Marta y Johnny Cay en San Andrés. Todos han logrado consolidar modelos turísticos sostenibles que los han posicionado como líderes nacionales e internacionales.
Un litoral que cambia y se diseña
Las inversiones y la reconstrucción del frente costero están reconfigurando la relación del departamento con el mar. Lo que alguna vez fueron franjas ruinosas ahora son espacios que indican un turismo responsable y una nueva identidad para la costa.
Recibir una Bandera Azul no sólo elevaría el perfil de un destino, sino que también fortalecería la economía local, aumentaría la confianza en la gestión costera y atraería a turistas que buscan una experiencia sostenible. Aparte de, Esto colocaría al Atlántico en el mapa mundial de playas certificadas.
El proyecto es ambicioso, pero el camino ya está allanado – notas eGobernador Eduardo Verano destacando aspectos como la renovación de infraestructuras, la protección del medio ambiente y un modelo de planificación que empieza a dar resultados. “Con estos avances, el departamento quiere demostrar que la belleza natural no es suficiente: también se necesita planificación, inversión y visión de futuro”, explica Verano.
El Atlántico quiere algo más que hermosas playas. Quieres playas de clase mundial. Y la Bandera Azul será prueba de ello.
Puede que te interese
Tengo una cura: el miedo a quedarme soltera Foto: