Durante el mes de abril, las lluvias comenzaron a afectar gravemente la infraestructura de gran parte de la ciudad, sirviendo como un recordatorio alarmante de la necesidad de una mayor conciencia y atención sobre la gestión de las consecuencias que traen consigo las precipitaciones.
Este fenómeno climático simboliza un llamado a la acción para reflexionar sobre las medidas ambientales que se han implementado anteriormente y que ahora deben ser reconsideradas a la luz de los actuales desafíos provocados por el cambio climático.
En torno a este tema, existen numerosos mitos y creencias que han tratado de explicar por qué algunos sectores son más propensos a inundaciones que otros: “El sur es un cielo roto, el este era un gran pantano, una gran parte de la Avenida Sixta era un barranco, y varios canales del río Cali fueron revertidos”.
Óscar Ramírez Benjumea, un experto en el tema y director del área ambiental de la CVC, sostiene que, aunque algunos de estos mitos pueden tener un trasfondo real, también forman parte de momentos históricos que son cruciales para entender la situación actual.
En los primeros días de abril, las lluvias fueron más intensas Foto:Santiago Saldarriaga /
“Es un hecho que, especialmente en el sur, la lluvia es más frecuente que en el norte. Esto se puede explicar por la humedad y la influencia de las barreras orográficas, como las montañas. Asimismo, existe un mito sobre las islas térmicas ubicadas en el centro de la ciudad, que generan condiciones únicas que las hacen propensas a recibir más lluvia. En dirección a Jamundí, este fenómeno se relaciona con problemas geológicos y características del suelo, que provocan tormentas acumuladas que afectan el sur del departamento, incluso llegando al norte del Cauca”, explicó el especialista de la CVC.
Sobre la zona oriental, Ramírez comentó que el distrito de Aguablanca era conocido por ser un humedal: “Este sector, que en el pasado era un humedal extenso que acumulaba mucha humedad, se ha visto transformado por la intervención del canal oriental y el tratamiento de aguas residuales.”
Respecto a la inundación en la Avenida Sixta, a su paso por Chipichape, atribuyó gran parte del problema a la depresión del terreno, aunque no descartó que algunas áreas de este sector enfrentan problemas de desagüe.
En el caso de las lluvias, la movilidad es uno de los grandes afectados. Foto:Juan Pablo Rueda /
Otros distritos que históricamente han sufrido inundaciones son El Guabal y San Judas, donde el nivel del agua ha sido considerablemente alto. “La inundación en San Judas y Guabal se resolvió con la construcción del canal sur. El canal sur, que pasa por Santa Elena y luego a través del vertedero hacia Navarro, aliviaron bastante el problema”, añadió.
El sector occidental y parte del norte del valle del capital del Cauca han sido trastocados debido al cambio de los cauces de algunos ríos y corrientes. Aunque en su momento estas modificaciones ofrecieron soluciones temporales, actualmente se han convertido en complicaciones serias debido al cambio climático.
Esta situación es observada por el director de la Corporación Vallecaucana, quien menciona como ejemplo el origen del nombre del distrito de La Isla, ubicado en el norte de la ciudad. “En esa área, el río Cali fue desviado, lo que causó que antes fluyera a través de la quinta carrera y más tarde se orientara hacia 26 Isla”, comentó Ramírez, quien también recordó la popular calle Del Burro, donde actualmente se ubica el museo de Tertulia y el canal correspondiente.
El Ministerio de Movilidad implementó guardias para regular el tráfico en las áreas afectadas. Foto:Juan Pablo Rueda /
Ramírez aclaró que varios ríos fueron redirigidos para permitir un flujo más directo, en contraste con los antiguos recorridos curvos que abarcaban amplias áreas. Sin embargo, considera que esta intervención ha traído consigo numerosas consecuencias, como inundaciones y daños en el sedimento. “Al enderezar los ríos, se intensifican las consecuencias, lo que ha llevado a la necesidad de una mayor intervención en la ingeniería fluvial”, concluyó.
La falta de una adecuada planificación en la expansión urbana también ha jugado un papel crucial en esta dinámica problemática que enfrenta la naturaleza en la ciudad.
“La intervención de áreas como el canal de los 80, Cuenquita sobre Nápoles y Alto Napol, todo lo que fue urbanizado, no se comporta de la misma manera que el agua caída en un bosque o un prado. El agua no se infiltra adecuadamente en estas áreas asfaltadas, lo que provoca que fluya con mucha más fuerza y termine colapsando zonas como la 80 en Pasoancho”, indicó Ramírez.
Este análisis lo lleva a afirmar que el clima en Valle del Cauca ya no sigue un patrón estacional como antes: “Históricamente, solíamos tener dos temporadas de lluvia y dos de sequías. Anteriormente, experimentábamos fenómenos como La Niña cada diez años… Esto refleja un cambio climático evidente, con lluvias más intensas y un panorama que deberá considerar un enfoque ingenieril completamente renovado.”
María Alexandra Paczeco, Secretaria de Gestión de Riesgos de Cali, ha sido protagonista de diversas crisis ambientales en la ciudad y ha analizado este fenómeno.
Para el sur, centro y este, la preocupación por las inundaciones es palpable. Foto:Santiago Saldarriaga /
Desde su perspectiva, la irregularidad en la lluvia para la ciudad se explica: “La distribución de las lluvias no es uniforme, y esto se debe a múltiples factores: la topografía (efecto orográfico) y las fronteras montañosas que rodean la región.”
“Cuando los vientos húmedos del Océano Pacífico chocan con estas montañas, el aire se eleva, se enfría, y provoca precipitaciones en forma de lluvia. De esta manera, las áreas localizadas al oeste (como las comunas 1, 18, y sectores rurales como Pichindé o Elvira) generalmente reciben un índice de precipitaciones más alto que las regiones costeras”, explica Paczeco.
En cuanto a la tipología de las tierras y su relación con la lluvia, es un factor que no determina la localización de la lluvia pero impacta en cómo se comporta el agua una vez cae al suelo.
“Los suelos de aluminio o compactos, que son comunes en áreas de pendiente, tienen una baja permeabilidad, es decir, el agua no se infiltra fácilmente. Esto provoca un incremento en el arrastre superficial y afecta especialmente los movimientos de masa en las pendientes,” dijo.
Actualmente, las áreas más perjudicadas en general corresponden a la zona occidental de la ciudad, especialmente en las comunas 2, 18 y 20. Estas regiones son altamente vulnerables a los procesos de remoción de masa, debido a la combinación de factores geodinámicos y efectos humanos.
“La topografía de estas áreas presenta pendientes marcadas que favorecen la acumulación de agua. Lo que se suma a un sistema hídricos inadecuado que no permite un correcto drenaje, aumentando así la saturación del suelo y ocasionando inestabilidad en las laderas”, enfatizó.
Colombia en 5 minutos: una mujer muere y su hijo desaparece. Foto:
El presidente Gustavo Petro fue invitado al programa Juanpis González, 'El Boletín Gomelo', donde tuvo…
Cien días después de la llegada de Donald Trump a la presidencia, correspondiente a sus…
Sure! Here’s a revised version of your content with over 400 words while maintaining the…
El reciente acuerdo entre Washington y Kiev, destinado a la explotación de los minerales ucranianos,…
En un trágico desarrollo en la Franja de Gaza, al menos 29 palestinos han perdido…
En un momento de alegría, mientras el sol comenzaba a ocultarse, la colombiana Diana Echeverry…