La reciente derrota de Santa Fe en Manizales no solo resaltó un marcador adverso, sino que también evidenció una preocupante baja en el rendimiento de varios de sus jugadores. Entre los que más llamaron la atención de los aficionados se encuentra Ewil Murillo, un mediocampista que hasta hace poco parecía ser pieza clave en el esquema del equipo, logrando decisiones cruciales que llevaron a la eliminación de los millonarios en la anterior liga.
Sin embargo, antes del enfrentamiento contra Once Caldas, la situación de Murillo era alarmante; muy alejado de su mejor versión, los seguidores comenzaron a manifestar su descontento. Muchos lo describieron como un jugador “perdido” en el campo, sin una influencia significativa y cometiendo errores que, lamentablemente, terminaron costando espacios importantes al equipo. No se trata únicamente de las pérdidas de balón, sino una falta de cohesión y conexión que es vital en el medio campo.
Las redes sociales, sobre todo en X, ardieron con comentarios negativos tras el partido: “Ewil no ha sido bueno este semestre”, “lo peor del juego fue Ewil”, “ansioso e impreciso”, e incluso críticas más contundentes como “No había química en el medio” y “Ewil era solo una chispa de fútbol”. Este clamor generalizado ha llevado a una reflexión seria sobre su rol en el conjunto.
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Los hinchas son claros en su postura: sienten que Murillo ha pasado a ser un jugador más en la plantilla, y esto no ofrece respuestas efectivas cuando el equipo necesita un toque de creatividad y riesgo en sus jugadas. En un encuentro donde Santa Fe debía demostrar su jerarquía, su actuación estuvo marcada por la ansiedad, lo que resultó en un juego desdibujado, lleno de imprecisiones y falta de claridad en los pases.
Esta situación ha generado una creciente preocupación en el cuerpo técnico, que, en su búsqueda de soluciones para enfrentar a millonarios en el clásico de la capital, se da cuenta del riesgo que corren al tener en el medio campo un jugador que no parece estar en sintonía con el resto del elenco. Con un terreno de juego donde deben establecer su dominio, El león podría perder el control en el enfrentamiento más esperado por los aficionados de Bogotá.
Murillo, quien fue traído con la expectativa de dar un nuevo aliento a la zona de creación, ahora lleva la carga del peso de las críticas. Los aficionados han alzado sus voces, exigiendo un cambio de actitud y rendimiento; observan que el volante está muy lejos del nivel que se espera de él. Existe la sensación de que el clásico podría ser su última oportunidad para demostrar que todavía tiene lo que se necesita para portar la camiseta de Santa Fe con orgullo y propiedad.
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