París. 7. Mayo de 2025. Un alarmante descubrimiento ha salido a la luz: el diez por ciento de la población mundial que cuenta con los mayores ingresos es responsable de aproximadamente dos tercios del calentamiento global desde 1990, de acuerdo a un estudio publicado el miércoles. Este análisis resalta de manera significativa la correlación entre la riqueza concentrada y los impactos climáticos devastadores que enfrentamos hoy.

Según el estudio, el comportamiento de consumo de las personas más acaudaladas, así como sus inversiones, incrementa considerablemente el riesgo de fenómenos extremos como olas de calor y sequías mortales. Esta investigación pone de manifiesto, de una forma cuantificable, cómo el lujo y el derroche de una pequeña fracción de la población tienen repercusiones graves en el clima global.

La autora principal, Sarah Schoengart, del Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH Zurich), hizo hincapié en la conexión directa entre la huella de carbono de las personas más ricas y las influencias climáticas que se observan en el mundo real, tal como se reporta en la AFP. Esto indica que las decisiones de consumo y las inversiones de este grupo privilegiado tienen un impacto desproporcionado en el medio ambiente.

El 10% más rico de las emisiones en China y EE. UU. representa casi la mitad de la contaminación global de carbono

En este contexto, es fundamental considerar que, en comparación con el promedio mundial, el porcentaje más acaudalado de la población está llevando a cabo acciones que están acelerando el cambio climático en la naturaleza. Este fenómeno es especialmente notable en naciones como China y Estados Unidos, donde el 10% más rico genera casi la mitad de toda la contaminación global de carbono.

Las actividades como la quema de combustibles fósiles y la deforestación han causado un aumento promedio de temperatura en la superficie terrestre de alrededor de +1.3 °C (grados Celsius) en las últimas tres décadas, lo que resalta la urgencia de abordar este problema. Schoengart y su equipo realizaron un análisis exhaustivo combinando datos económicos y simulaciones climáticas para monitorear las emisiones de diferentes estratos socioeconómicos, clasificándolos según sus ingresos.

Uno de los hallazgos más interesantes de la investigación es el papel oculto de las emisiones asociadas con las inversiones financieras, que a menudo se pasan por alto y que no son solo producto del estilo de vida y el consumo personal de los individuos. Este análisis incluye consideraciones sobre cómo las decisiones de inversión de los más ricos contribuyen al calentamiento global.

Las investigaciones preliminares sugieren que un impuesto sobre la propiedad relacionada con la riqueza es más justo que los impuestos generales aplicados a las emisiones de gases de efecto invernadero, que tienden a afectar más a los individuos con menores ingresos.

Se mantendrá en iniciativas para aumentar los impuestos sobre el súper rico

Las iniciativas recientes que buscan aumentar los impuestos sobre los ultra ricos han enfrentado numerosos obstáculos, especialmente desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Durante el pasado año, Brasil, en su papel como anfitrión del G20, propuso un impuesto del 2 por ciento sobre las propiedades netas de aquellas personas que poseen más de $1 mil millones en activos. Sin embargo, aunque los líderes del G20 acordaron implementar medidas para garantizar que las personas con una riqueza extrema sean efectivamente gravadas, hasta la fecha no ha habido un seguimiento concreto de estos acuerdos.

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