El juez Alexandre de Moraes, relator del juicio golpista contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, decidió el viernes rechazar las últimas peticiones del líder de extrema derecha y confirma la condena de 27 años de prisión dictada en septiembre.
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Bolsonaro está a la espera de la decisión en arresto domiciliario preventivo. Foto:AFP
La defensa alegó “profundas injusticias” en el veredicto, que tiene al expresidente de extrema derecha de 70 años al borde de la cárcel.
Bolsonaro está a la espera de la decisión bajo arresto domiciliario preventivo y tiene prohibido dar declaraciones públicas o utilizar las redes sociales.
Ahora la defensa podría apelar más, pero esto podría ser rechazado sin pasar a votación.
Si esto sucede, la pena comenzaría a aplicarse y Bolsonaro podría terminar en prisión.
Por sus problemas de salud, el tribunal podrá permitirle cumplir su condena en su domiciliolo que ocurrió en mayo con el expresidente Fernando Collor de Mello (1990-1992), quien fue puesto bajo arresto domiciliario por una condena de ocho años por corrupción.
Bolsonaro sufre varias complicaciones de salud a consecuencia de una puñalada en el estómago que recibió en 2018 cuando era candidato presidencial. También le diagnosticaron recientemente cáncer de piel, aunque le extirparon las lesiones.
El juicio del mayor líder de la derecha brasileña continúa mientras Brasil y Estados Unidos reconstruyen su relación bilateral, tensa por este juicio en particular.
El presidente estadounidense, Donald Trump, impuso aranceles punitivos del 50% a los productos brasileños, argumentando que hay una “caza de brujas” contra su aliado Bolsonaro.
Después de semanas de negociaciones, se reunió con Lula a finales de octubre en Malasia para discutir los aranceles y esperaba “buenos negocios para ambos países”.
El bolsonarismo impulsó en el Congreso una ley de amnistía que beneficiaría al expresidente y a cientos de sus seguidores que participaron en el ataque a la sede de los poderes públicos en Brasilia el 8 de enero de 2023.
Sin embargo, la iniciativa quedó vaciada luego de grandes protestas en varias ciudades de Brasil.