El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo un anuncio significativo el pasado domingo al presentar Nuevas costumbres sobre las películas exhibidas en los Estados Unidos, pero producidas fuera del país. Este pronunciamiento llega tras sus preocupaciones sobre cómo Hollywood se encuentra “destruido” debido a un creciente movimiento de cineastas y estudios estadounidenses que optan por trabajar en el extranjero, buscando condiciones más favorables y costos de producción más bajos.
No es un secreto que la política comercial de Trump ha generado tensiones, especialmente con su decisión de imponer aranceles generalizados a numerosos países. Esta acción ha suscitado críticas tanto a nivel internacional como dentro de su propia nación, especialmente en un contexto de inestabilidad económica. La incertidumbre afecta a diversas industrias, incluyendo la del cine, creando un panorama tenso para los creativos y trabajadores del sector.
Trump – Duties Foto:Tiempo de archivo/collage
Instituir un deber del 100% para todas las películas que llegan a nuestro país y que son producidas en el extranjero”, declaró el presidente a través de su plataforma de redes sociales. Este tipo de medidas podrían ser vistas como un intento por proteger la industria cinematográfica nacional, aunque muchos cuestionan su eficacia y posible impacto económico.
Trump expresó que la llegada de películas extranjeras constituye un esfuerzo organizado por otros países que representa “una amenaza para la seguridad nacional.” Este comentario ha levantado preocupaciones sobre la censura y la limitación de las libertades creativas que pudieran surgir bajo tales políticas. El secretario de comercio, Howard Lutnick, también respaldó la iniciativa, enfatizando que el gobierno está comprometido con esta causa.
A través de esta declaración, Trump parece lanzar un nuevo ataque en su ofensiva comercial en curso contra diversas naciones, reflejando una postura más militante en la administración. Su objetivo principal parece ser China, quien a principios de abril anunció que “moderadamente” reduciría la cantidad de películas estadounidenses que se distribuyen en su territorio como respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos sobre sus productos, que alcanzan hasta el 145% en algunos casos. Las restricciones chinas mencionan un sistema de cuotas que limita el número de películas extranjeras proyectadas en sus cines, lo que podría perjudicar severamente a la industria cinematográfica en Hollywood.
Según declaraciones de Trump, la industria del cine de los Estados Unidos “está muriendo rápidamente.” Cita que otros países están ofreciendo incentivos atractivos que atraen a cineastas y estudios fuera de Estados Unidos, planteando un desafío directo a la posición de Hollywood en el mercado global. “Hollywood y muchas otras áreas de los Estados Unidos están destruidas”, añadió el mandatario, subrayando la urgencia de abordar esta situación.
La producción cinematográfica es un componente vital de la economía estadounidense, generando más de 2.3 millones de empleos y $ 279,000 millones en ingresos en 2022, según los últimos datos proporcionados por la asociación de películas. Sin embargo, tras los desafíos representados por los ataques a Hollywood y la pandemia de Covid-19, que obligó a muchos estadounidenses a consumir contenido en casa, la industria se encuentra en un camino arduo hacia la recuperación.
Datos de un informe de enero del servicio de Producciones Production indican que, aunque Estados Unidos sigue siendo un importante centro de producción cinematográfica, con costos de producción que alcanzan $ 4,500 millones, esta cifra ha disminuido un 26% en comparación con hace dos años. A pesar de esto, las encuestas entre los directores de estudio han revelado que los principales destinos preferidos para la producción en 2025 y 2026 se encuentran fuera de Estados Unidos, movidos por los beneficios fiscales atractivos que ciertos lugares ofrecen.
Los lugares más citados incluyen Toronto, Gran Bretaña, Vancouver, Europa Central y Australia, con California ocupando el sexto lugar en estas preferencias. Antes de asumir la presidencia en enero, Trump designó a varias celebridades de Hollywood, como Sylvester Stallone, Mel Gibson y Jon Voight, como “Embajadores especiales” para recuperar y revitalizar la industria del cine. Afirmó que su participación ayudaría a hacer la industria del entretenimiento “más fuerte que nunca,” dejando entrever su interés en restaurar el esplendor de Hollywood.
Es interesante notar que, a pesar de los intentos de atracción de figuras del cine hacia su causa, Trump y el Partido Republicano suelen recibir cierta oposición de la industria del entretenimiento, con personalidades como Taylor Swift y George Clooney apoyando a los demócratas, lo que refleja una dinámica compleja en el panorama político y creativo de hoy.
AFP
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