El escándalo de corrupción en Ucrania, que involucra a figuras del entorno presidencial y que está lejos de terminar porque no se puede descartar que haya más involucrados en las miles de horas de grabaciones de audio grabadas por la Oficina para la lucha contra la corrupción, ha puesto al presidente de ese país, Volodymyr Zelensky, en una situación muy desagradable, ya que arrasó en las últimas elecciones, después de prometer que era un corrupto.
Cuando Rusia ataca la infraestructura energética de Ucrania antes de un invierno que traerá temperaturas gélidas, los compinches del presidente se enriquecen exigiendo sobornos ilegales a empresas que han recibido contratos públicos del consorcio Energoatom, que opera las instalaciones nucleares del país.
Lo que horroriza a la sociedad ucraniana no es tanto la cantidad que acabó en los bolsillos de los corruptos – 100 millones de dólares, al final, se gastan en pocas horas en los campos de batalla – sino el hecho vergonzoso de que un grupo de personas muy cercanas a Zelensky se beneficiaran de la tragedia, como toda guerra que causa muerte y destrucción, llevando dinero ilegal a Rusia, el jefe de otros países, conspiraciones, Timur Mindić, un íntimo de Zelensky, huyó de Ucrania unas horas antes de ser detenido.
Al negarse a destituir al jefe de la oficina presidencial, Andrije Jermak, y al secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Rustem Umerov, dos de las figuras más influyentes del primer círculo presidencial cuyos nombres aparecen en las cintas grabadas, como pedía la minoría de la bancada mayoritaria del Parlamento, Zelenski se ha puesto entre una espada, si no podrá mantenerse en pie, y no puede mantenerse en pie. base; Si los abandona, como parece, no podrá quitarse el estigma de que protegió a los presuntos corruptos, a menos que se demuestre que él mismo participó en algún dudoso esquema como jefe de Estado.
El escándalo, en cualquier caso, tiene como principal consecuencia el fin de la carrera política de Zelensky, que seguirá gobernando mientras tenga mayoría en el parlamento y mientras dure la guerra, pero ya no podrá presentarse a la reelección cuando se celebren las elecciones: a diferencia de lo que ocurre en muchos países del espacio post-soviético, en Ucrania la corrupción sigue prevaleciendo.