El Vaticano se encuentra en plena efervescencia a medida que se aproxima El cónclave que iniciará el miércoles 7 de mayo en la histórica Capilla de Sixtina. Este evento crucial será un encuentro en el que los miembros del Colegio Cardenalicio, aquellos con la potestad de ser elegidos, se congregarán para seleccionar al nuevo sucesor del sumo pontífice.
El símbolo que confirmará el consenso entre los Cardenales será el humo blanco que emane de la chimenea, un momento que todos esperan con ansia.
En el cónclave anterior, en 2013, el cardenal italiano, Angelo Scola, arzobispo de Milán, era considerado el principal candidato. Sin embargo, Scola entró en el cónclave como un posible papable y salió como un cardenal. En ese momento, se eligió a un arzobispo relativamente desconocido de Buenos Aires que optó por el nombre de Francisco.
Capilla Sixtina antes del inicio del Cónclave.Foto:AFP
Unos días después de definir quién será el nuevo Papa, las publicaciones italianas apuntan a un favorito claro: El cardenal Pietro Parolin, actual Secretario de Estado y número dos de Francisco, figura como uno de los candidatos más destacados en la votación. Sin embargo, muchos se preguntan si podría terminar siendo el Papa y dejar atrás su estatus de cardenal.
Este dilema se torna crítico, ya que, además de demostrar lealtad al alto pontífice, Parolin también posee debilidades que se extipecan más allá de la presión reinante en las reuniones previas al cónclave. Se sienten voces que claman por un papa italiano tras 47 años de expectativa, siendo el último Juan Pablo I, conocido como el Papa de los 33 días en 1978, seguido por un polaco, Juan Pablo II (1978-2005), un alemán, Benedicto XVI (2005-2013) y finalmente un argentino.
Juan Pablo en el día siguiente a su elección.Foto:Noticias del Vaticano
Centrándonos en las fortalezas de Parolin, es innegable que se trata de un diplomático excepcional, conocido por su carácter amable, moderado y calificado. Muchos creen que su llegada podría apaciguar los ánimos tras un período de turbulencia que ha caracterizado las dinámicas internas.
Todos los analistas concuerdan en que el Cardenal de origen veneciano ingresará al cónclave con una posición privilegiada junto a un sólido respaldo de votos. A sus 70 años, se presenta con un estilo curial muy distinto al de su predecesor, y es el candidato más reconocido en un colegio cardenalicio cuya diversidad es notable (representando a 71 países), lo cual demuestra que no siempre se mantienen las mismas preferencias.
Durante su mandato, Parolin ha viajado extensamente, lo que lo ha convertido en una figura familiar entre los Cardenales. No es habitual que los cardenales en funciones sean vistos con frecuencia, lo que aumenta su visibilidad entre sus colegas.
Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin.Foto:Efusión
Por otro lado, siguiendo las normas de la Constitución Apostólica Dominici Gregis, el rol de liderazgo durante el cónclave recaerá en el Cardenal Parolin, quien también cuenta con la categoría de cardenal-obispo. Tanto el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, como su vice, el argentino Leonardo Sandri, están fuera del cónclave debido a su avanzada edad. De esta manera, se coloca a Parolin como un candidato de continuidad, al haber sido el número dos de Francisco, aunque muchos cuestionan esta interpretación.
Secreto a voces
Entre las debilidades de Parolin se encuentra su falta de experiencia pastoral; únicamente pasó un par de años en una congregación. Además, tal como sucedió con Scola en 2013, no cuenta con el respaldo de los 19 cardenales italianos que participarán en la votación. Esta situación es compleja, ya que no forman un bloque homogéneo y están divididos entre sí. Parolin también debe enfrentarse a otros dos posibles candidatos, considerados “potenciales papables”: el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, alineado con Jorge Bergoglio, y el patriarca latino en Jerusalén, Pier Battista Pizzaballa, especialmente promovido por un ala conservadora dentro del cónclave.
La fragmentación entre los italianos es un asunto que los medios de comunicación italianos apenas esbozan, pero es un secreto a voces. A pesar de que Francisco nombró a Parolin como su número dos en agosto de 2013, y lo llevó a Roma desde su puesto como Nuncio en Venezuela, muchos saben que su relación se ha deteriorado con el paso de los años.
Los cardenales se preparan en la Capilla Sixtina para jurar sobre la Biblia.Foto:AFP
Un obispo italiano, que prefirió permanecer en el anonimato, indicó que “aunque Francisco lo nombró como Secretario de Estado, se dio cuenta con el tiempo de que ya no confiaba en él; es algo que todos saben”. Este obispo expresó su inquietud de que, de ser elegido Parolin, eso sería algo extraordinario que le costaría creer. “Eso de que Parolin es el favorito porque es el hombre fuerte de Bergoglio es incorrecto”, añadió.
Examinar la realidad actual nos lleva a entender que en los últimos meses de vida de Francisco, él mismo hizo todo lo posible para que Parolin no fuera considerado su heredero ni su delfín. En febrero, poco antes de ser ingresado en el hospital Gemelli, tomó la decisión de extender el mandato de Giovanni Battista Re como decano del Colegio Cardenalicio, quien cuenta ya con 91 años y ha estado en el cargo por cinco años.
La atención se centra en el hecho de que ese cargo es crítico en la “oficina central vacante”, preferentemente, optó por confiar en alguien que al no poder ingresar al cónclave por su edad, pudiera ser neutral. Recordemos que, en 2005, durante el fallecimiento de Juan Pablo II, el papel del decano Joseph Ratzinger en la organización del funeral y misa le permitió consolidar su candidatura.
Si Francisco no hubiese renovado la función de Giovanni Battista los 12 cardenales-obispos encargados de elegir al nuevo pontífice lo habrían nominado a Pietro Parolin. Esto le habría otorgado una visibilidad importante y hubiera impulsado su candidatura. Además, Francisco no buscó darle a Pietro Parolin un papel destacado en las celebraciones de Semana Santa, donde él mismo se encontró en un estado de convalecencia.
Cardenales deben elegir al próximo Papa.Foto:AFP
Asimismo, muchos recuerdan que durante su última y complicada estadía en el hospital Gemelli, Parolin se mostró en soledad mientras estaba acompañado solo por el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra. “Parolin, en cambio, no estuvo presente,” comentó un obispo al respecto.
Es de esperarse que algunos cardenales italianos con tendencias diplomáticas estén interesados en que Parolin obtenga la papalidad para así mantener sus posiciones en la curia, a la vez que esperan centralizar todo en la Secretaría de Estado, un poder que Francisco no solo adquirió, sino que ha reformado en términos económicos, lo que algunos ven como un tropiezo. Se menciona que la responsabilidad detrás de ciertos escándalos financieros, como el de la inversión del cardenal Becciu en Londres, recae en Parolin, quien fue su superior y no pudo evitar la situación.
El plan parece orientarse a un retorno al esquema centralizado de la Secretaría de Estado, el mismo que caracterizó momentos anteriores antes de la llegada de Francisco, quien trató de romper con ese sistema.
Vaticano.Foto:Efusión
Noticias sobre el cónclave
En medio de este agitado ambiente, el director de la sala de prensa, Matteo Bruni, anunció a los periodistas que finalmente, 133 cardenales ingresarán al cónclave. Sin embargo, se reveló que dos de ellos no podrán participar debido a motivos de salud: Antonio Cañizares, emérito de Valencia, y John Njue, de Kenia. Por lo tanto, será necesario alcanzar 89 votos (dos tercios) para elegir al próximo Papa.
Además, se confirmó que el cónclave comenzará a las 16:30, cuando los 133 cardenales entren a la Capilla Sixtina para llevar a cabo la ceremonia ritual previa a la votación, tal como se estipula en el Ordo Rituum. Se espera que esa misma tarde se realice la primera votación, tras la invocación de un momento de oración en la Capilla Paolina. El Cardenal Re, mencionado anteriormente como decano del Colegio Cardenalicio, será el encargado de iniciar la “producción en masa del pontífice” en la Basílica de San Pedro.
Si se repite la tendencia observada en los últimos dos cónclaves, que se resolvieron en solo dos días, podríamos ver un nuevo Papa ya al día siguiente, el jueves 8 de mayo. Tendremos que esperar para ver qué decide finalmente la mayoría de los Cardenales.
GDA
La Nación