Un sonido desconcertante resonó en la Plaza Central, interrumpiendo la tranquilidad de los residentes del Central Park del río, situado en el prestigioso barrio Ciudad del Río en Medellín. Este incidente ocurrido después de la medianoche alertó a los vecinos de las nueve torres de un conjunto residencial, quienes escucharon un fuerte estruendo que resonó como un golpe seco. Aquella perturbación resultó ser el momento en que un objeto, que había sido lanzado desde una altura considerable, cayó a plomo sobre el suelo, dejando una escena gravemente impactante.
Especulaciones comenzaron a circular entre los vecinos que se preguntaban si el sonido provenía de un objeto inanimado o de algo más inquietante. Mientras la plaza se iluminaba tenuemente, la verdad se reveló: el cuerpo sin vida de una joven mujer yacía tendido en el suelo, lo que provocó que las autoridades locales fueran notificadas de inmediato para que investigaran el caso en esta zona urbana de la comuna 14 en Medellín.
El cuerpo fue rápidamente trasladado al control forense, donde la policía metropolitana del valle de Aburrá, junto con representantes de la fiscalía, comenzaron a realizar las indagaciones necesarias para esclarecer los hechos que rodearon este oscuro episodio ocurrido la mañana del 10 de marzo. Los primeros indicios sugirieron que la mujer había sucumbido tras caer desde una altura de más de 40 metros, lo que causó perplejidad entre los investigadores.
Sin embargo, al inspeccionar el apartamento desde el que supuestamente había caído, las autoridades comenzaron a encontrar evidencias que contradijeron la teoría inicial. Se identificó a la fallecida como Geicimara de Almeida Gomes, una mujer brasileña de 21 años, quien al parecer había estado residiendo allí por varios meses, según testimonios de los vecinos. En sus indagaciones, los investigadores encontraron que, además de Geicimara, había otros dos hombres brasileños que no se encontraban en casa en ese momento.
Uno de los elementos que comenzaron a despertar la sospecha fue la ausencia del teléfono móvil de la mujer en el apartamento. Esto llevó a los investigadores a recolectar declaraciones de otros inquilinos del edificio, quienes informaron haber escuchado una fuerte discusión momentos antes de la caída. De acuerdo con algunos vecinos, después de la pelea, observaron a un hombre, que podría ser la pareja de Geicimara, salir apresuradamente del edificio.
La veracidad de esta versión fue confirmada tras revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad del complejo. Los datos mostraron que el hombre había abandonado el área en un vehículo privado, indicando que se había solicitado un servicio de transporte en el momento. Este comportamiento incrementó la sospecha de los investigadores, quienes empezaron a contemplar la posibilidad de que el incidente no se tratara de un suicidio, sino de un acto más siniestro surgido del conflicto entre la joven y su pareja.
Causa de muerte y presunto responsable
Las indagaciones fueron continuadas hasta que, después de un periodo de dos meses, el 11 de mayo, se determinó que la muerte de Geicimara fue clasificada como un asesinato, un desenlace trágico que conllevó a la Oficina del Fiscal General a preparar las evidencias necesarias para solicitar una orden de arresto contra su pareja, quien había desaparecido tras los eventos de marzo.
Los informes judiciales sugirieron que Geicimara había sido empujada o sometida de alguna manera antes de caer, lo que llevó a las autoridades a investigar más a fondo el pasado de su relación con el presunto agresor, identificado como Gabriel, un hombre de 32 años que había llegado de Manaos en Amazonas. A medida que se desarrollaban los hechos, se supo que Gabriel había estado presente en el apartamento en el momento de los incidentes fatales, apuntando a su posible implicación en la muerte de Geicimara.
Nicolás Tamayo Escalante
Periodista nacional, en Medellín.
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