Según el último informe del Proyecto de Examen Electoral (MOE) publicado el 27 de junio, entre el 1 de enero y el 8 de mayo de 2025, hubo 134 violencia contra el liderazgo político, social y social. Esta cifra es notada por 58 registros contra el liderazgo político (43.28 por ciento), de los cuales 32 personas afectadas que participaron en el proceso electoral de 2023.
En este panorama y cómo el proceso electoral de 2026 afecta al subdirector de Moe, Frey Alejandro Muñoz.
¿Qué informa que la mayoría de las víctimas de violencia en el liderazgo político participan en las elecciones locales 2023?
Inmediatamente de la Fundación Santa Fe, en Bogotá. Foto:César Melgarejo/ Tiempo
Esto muestra a jugadores violentos que reconocen el valor estratégico de las posiciones electorales populares y el sector público como un poder local. La amenaza de sus titulares busca debilitar la administración, influir en las instituciones en el territorio y facilitar el control de los actores armados ilegales. El monitoreo de Mooe confirma que esta violencia no está dirigida contra el sector político particular, sino obedeciendo la lógica de dominación, sin separación ideológica o de partidos.
¿Cómo afectan esta agresión el cargo público?
Estos ataques tienen un impacto grave en el trabajo de los municipios y los miembros de las empresas públicas, donde en muchos casos buscan prevenir la utilización independiente de sus prácticas o debilitar la gestión al mantenerlos en una situación de ansiedad constante por razones de seguridad. Este riesgo permanente limita su presencia en áreas y contacto con las comunidades, puede detener la implementación de políticas públicas y causar miedo a expresar libremente o tomar decisiones. Además, a la luz de futuros procesos electorales, envía un mensaje con descuento que consideran aplicarAl presentar los riesgos personales de prestar una campaña y utilizar representantes, especialmente en áreas con la presencia de actores armados ilegales.
¿Por qué es este un riesgo del proceso electoral 2026?
A las 4 de la tarde, las encuestas de opinión estarán cerradas. Foto:Registro
El liderazgo social, social y político son jugadores básicos en cualquier proceso electoral, ya que juegan roles clave en sus áreas como representantes, defensores y miembros entre las comunidades y el estado. Cuando este liderazgo está sujeto a la violencia, se demuestra un riesgo de planificación que afecta el derecho de los ciudadanos a participar en política libremente y sin coerción. A la luz de las elecciones de 2026, el informe, que Moe, presentó a MOE, que se presentó, tendrá un significado especial, ya que advierte que las áreas con mayor incidencia de violencia fatal, derechos humanos y medidas armadas entre grupos ilegales serán elegidas para las áreas donde los representantes serán reeleccionados. Además, se celebrarán elecciones presidenciales, un proceso con alta visibilidad y polarización que podría afectar el fortalecimiento del control costero de los actores armados. Esto podría traducirse a presión directa sobre los votantes, el suministro y la dinámica política en el sitio. Enfrentando este panorama, las acciones estatales y estatales oportunas son necesarias, destinadas a prevenir estos efectos y garantizar las condiciones reales de participación democrática.
¿Qué factores explican que a pesar de la reducción de la agresión en comparación con los años anteriores, el alto mantenimiento fatal es?
Tras la firma del Tratado de Paz y la abolición del FARC-PE, el surgimiento de nuevas estructuras armadas y la ampliación y enfrentamientos entre los grupos ilegales actuales de crecimiento persistente contra la violencia contra el liderazgo político, social y social entre 2017 y 2022. Se desarrolló este fenómeno. Desde 2023, y para el período inteligente (del 1 de enero al 8 de mayo de 2025), hay una reducción en el número total de agresión, que podría explicarse por el control costero más consolidado, donde los actores armados no necesitan una gran cantidad de violencia, sino acciones especializadas. En este nuevo contexto, el asesinato y los ataques tienden a ser más atacados y re -establecidos, como el secuestro, utilizado para crear miedo, fortalecer la vigilancia social y aplicar presión sobre la ley regional y el liderazgo.
¿Qué sugiere Moe que el gobierno y las instituciones costeras se enfrentan a esta violencia de desarrollo, a la luz del proceso electoral de 2026?
El ejército está presente en Tuluá. Foto:Juan Pablo Rueda Tiempo
Desde finales del año pasado, en el marco del primer Comité Nacional de Cooperación y Supervisión y las elecciones presidenciales en 2026, así como el lanzamiento oficial de la inspección electoral en marzo de este año, y repetidamente en dos reguladores posteriores, MOE ha sido fuerte en la necesidad de formular la seguridad de la garantía electrónica. En esta división, se destaca el papel del Jefe de Paz, con el hecho del hecho de que en las áreas con la fuerte presencia de grupos armados ilegales, existen acuerdos mínimos que garantizan la participación política sin restricciones sobre la movilidad o la presión innecesaria sobre los votantes. Del mismo modo, en el último Comité de Supervisión, MOE propuso la instalación inmediata del Comité de Coordinación y las recomendaciones del Proceso de Protección Electoral (Cormpe), con un enfoque político que permite tablas especiales para la oposición y la industria independiente. Esta propuesta también incluye el fortalecimiento del papel preventivo de los municipios y la implementación de medidas de protección conjunta con aguas territoriales y métodos comunitarios. Estas propuestas, que se reiteran en el informe sobre la violencia contra los líderes sociales y políticos, también enfatizan que es urgente activar un sistema de seguridad regional para la política (SISEP), con planes adaptados dinámicos y riesgos especiales de cada región.
Juan Pablo Penagos Ramírez
Político