El 8 de mayo de 2025, la figura de Robert Francis Prevost Martínez emergió ante el mundo, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica, al ser nombrado como el Papa Leo XIV. Su intervención marcó un momento de significativa trascendencia, logrando captar la atención internacional inmediatamente tras el anuncio realizado por Mamberti, el Protodiácono de la Santa Iglesia.
En esos instantes iniciales, se reveló que este nuevo Papa no solo representaba a América, sino que su misión pastoral se había desarrollado en gran medida como líder espiritual en Perú.
La primera aparición del Papa Leo XIV. Foto:AFP
Travesuras del Papa en Medellín
Originario de Perú y nacionalizado estadounidense, Prevost cultivó una conexión profunda con diversas naciones de América Latina, una relación que se fortaleció a través de encontrarse en distintas ocasiones como miembro de la Orden Agustiniana, donde tuvo la oportunidad de visitar varios lugares significativos antes de asumir el rol de Papa 267 en la historia de la religión católica.
Colombia formó parte de su itinerario, siendo uno de los destinos cruciales para el nuevo pontífice. En específico, pasó por Barranquilla, Bogotá y Medellín.
Prevost experimentó por primera vez la calidez del pueblo colombiano en su visita a Medellín en 2007.
El 24 de enero de 2007, Robert Prevost, en su entonces función como representante de la Orden Agustiniana, llegó a Colombia y estableció su primer contacto en Medellín. En esa visita, Leo XIV se reunió con la comunidad académica y pastoral en el Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo, situado en Castilla, en la comuna 5 de la ciudad.
Dicha institución educativa está relacionada con la Orden de San Agustín, donde Prevost se sintió sumamente bien recibido y valorado. Durante su estancia, quien respondía a la invitación oficial de la provincia de Nuestra Señora de Gracia de Colombia, sopesó la visita y realizó excursiones a varias parroquias de la mencionada orden.
Foto de la visita del Papa Leo XIV en la parroquia de San Nicolás de Tolentino en 2007. Foto:Cortesía.
En aquel primer viaje, el nuevo Papa destacó por su humildad y sencillez. Quienes lo acompañaron en ese momento notaron su deseo de ver a Colombia como un país con potencial para la nueva evangelización.
Según relatos del periódico Colombianos, Prevost dejó un manuscrito que encapsulaba su agradecimiento por la experiencia vivida en Medellín, demostrando un especial afecto hacia la institución educativa que lo acogió durante su visita, la cual le dejó una huella imborrable.
Escritos y experiencias compartidas
En su escrito que dejó como recuerdo, el nuevo Papa comentó: “Tuve la oportunidad de conocer la Universidad Parroquial de Nuestra Señora del Buen Consejo, y aunque no use muchas palabras, expreso mi especial consideración hacia esta institución educativa, en la que celebro la fervorosa experiencia de la comunidad educativa. Mis mejores deseos se extienden a todos, desde el padre Lucio C. hasta los más pequeños alumnos.”
Papa Leo XIV participando en la Eucaristía durante su visita a Medellín en 2007. Foto:Cortesía
Durante su estancia en la ciudad, Prevost tuvo la ocasión de presidir una Eucaristía junto a la comunidad local, donde compartió auténticas enseñanzas con los feligreses.
A su regreso a Colombia en 2011, el Papa hizo una segunda visita más breve, la cual solo duró un par de días. A pesar de la corta duración de su estadía, se dedicaron a maximizar el tiempo realizando su labor misionera, interactuando con niños y otras comunidades, así como ofreciendo orientaciones espirituales a quienes necesitaban su guía.
Nicolás Tamayo Escalante
Periodista nacional, residente en Medellín.
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