Irán y los Estados Unidos han comenzado un nuevo capítulo en las negociaciones sobre el programa de energía nuclear iraní, dando inicio a una segunda ronda de conversaciones este sábado en Roma. Esta actividad diplomática se produce tan solo una semana después de que anteriormete se desarrollara una primera reunión, que tanto Irán como Estados Unidos calificaron de constructiva, en la capital de Omán. La agencia de noticias iraní ha confirmado este desarrollo, subrayando el compromiso de Teherán con el proceso.

Las negociaciones se están llevando a cabo de manera indirecta entre el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abás Araqchí, y el enviado especial de Estados Unidos para el Medio Oriente, Steve Witkoff. Esta interacción está mediada por diplomáticos omaníes en una oficina situada en la capital italiana. El uso de este enfoque indirecto refleja la delicada situación entre las dos naciones y su búsqueda de un terreno común para discutir temas complejos.

Antes de esta segunda ronda de negociaciones, el funcionario iraní Araqchí tuvo la oportunidad de reunirse con su contraparte italiano, Antonio Tajani, quien expresó su gratitud por el papel desempeñado por Irán en la continuidad del proceso de diálogo. Este tipo de apoyo internacional podría ser crucial para facilitar un avance hacia un entendimiento más amplio y sostenible entre las partes involucradas.

Teherán y Washington han declarado que la primera reunión fue constructiva, pero también es evidente que persisten diferencias significativas respecto al contenido y el alcance de las negociaciones. En particular, Irán ha expresado su intención de centrarse únicamente en las limitaciones de su programa nuclear, y ha insistido en que no desea incluir en estas conversaciones cuestiones relacionadas con su programa de misiles o apoyo a grupos regionales como los hutíes en Yemen, o Hezbollah en Líbano.

Por el contrario, Estados Unidos está buscando un enfoque más integral, que abarque tanto el desmantelamiento del programa nuclear como el control de los misiles iraníes y el apoyo a aliados en la región. Este desacuerdo fundamental en el enfoque está causando tensiones entre ambas partes y puede dificultar la posibilidad de alcanzar un acuerdo.

“Los requisitos (por parte de los Estados Unidos) que no son realistas solo reducirán la oportunidad de llegar a un acuerdo”, manifestó Araqchí en una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, mientras se encontraba en Moscú. Araqchí también criticó la falta de claridad de Washington al enviar mensajes contradictorios sobre el acuerdo nuclear, lo que ha aumentado las incertidumbres en el proceso.

En el plano político, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha persisted in making threats directed at Irán should an agreement not be reached. He made a statement the previous Thursday indicating that he has not ruled out a plan by Israel to strike Iran’s nuclear facilities.

Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha reactivado su política de “máxima presión” sobre Irán, implementando al menos seis rondas de sanciones para interrumpir las ventas de petróleo iraní. Durante su primer semestre en el cargo, Trump decidió retirarse del acuerdo nuclear de 2015, que fue firmado entre Irán y seis potencias mundiales, y que limitaba el programa nuclear iraní a cambio de un alivio de las sanciones.

Todos estos eventos subrayan la complejidad de la situación actual y la creciente importancia de un enfoque diplomático que considere las preocupaciones de ambas partes, en un esfuerzo por encontrar una solución duradera a esta prolongada crisis.


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