Italia llega a la última jornada de las Eliminatorias con una tarea extremadamente complicada, pero aún sigue en la lucha: necesita ganar por una diferencia de nueve goles contra Noruega para asegurar su clasificación directa al Mundial de 2026, evitando de esta forma el indeseado drama de unos playoffs.
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El escenario es claro. Los nórdicos tienen ventaja sobre la Azzurra en puntos y, lo que es más crucial, en la diferencia de goles. Italia ya no puede depender de otros resultados, su único futuro depende del resultado que logre en San Siro. La única vía para la Azzurra es conseguir una victoria histórica que cambie el rumbo de la clasificación.
¿Por qué se requiere ganar por nueve goles? La razón es que Italia no solo tiene que igualar en puntos a Noruega, sino que también debe revertir un déficit de 17 goles en la diferencia global de goles. Una victoria por este margen de nueve goles generaría un giro total de 18 goles en la tabla: Italia sumaría nueve tantos, mientras que Noruega restaría nueve de su cuenta. Este cambio permite que Italia asuma la delantera en su grupo y obtenga su billete para el Mundial.
Cualquier marcador que presente nueve goles de diferencia o más colocará a Italia en la cima del grupo, garantizándole así una entrada directa al Mundial. Resultados como un 9-0, 10-1 o un marcador similar serían necesarios para alcanzar este objetivo. Por el contrario, cualquier triunfo con una diferencia menor será totalmente insuficiente para cumplir con el cometido esperado.
En caso de no conseguir esa victoria holgada, Italia se verá forzada a participar en los playoffs europeos. Este camino presenta a los subcampeones de cada grupo y a algunos campeones de grupo de la Nations League, donde cada partido es una batalla crucial.
Formato de playoffs
En esta fase de repesca, La Azzurra se enfrentará en una semifinal y, si logra avanzar, disputará una final a partido único en una sede que aún está por definir, contra rivales que también están en busca de un lugar en el mundial.
Para Italia, entonces, el mensaje es doble: utilizar todas sus fuerzas para buscar el milagro de la victoria… y prepararse mentalmente para un repechaje en el cual no tienen margen de error.
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