El expresidente Iván Duque responde a las duras acusaciones del presidente Petro en sus frecuentes alocuciones televisadas. También al expresidente Santos, por sus dardos. “Duermo ocho horas con tranquilidad, con la conciencia tranquila de haber obrado bien en mi vida”, asegura.
Cada vez que el presidente Petro interrumpe las noticias para hacer una alocución, la emprende contra su gobierno. Se cuida de hacerlo contra el expresidente Santos…
Lleva más de tres años en eso, cuando toda la evidencia muestra el desastre de su gestión. Es el gran reflejo de la mediocridad gerencial y ejecutiva de Gustavo Petro. No solamente estamos ante el déficit fiscal más alto de la historia de Colombia; tenemos el riesgo país disparado, la salud en cuidados intensivos, el sistema energético en incertidumbre, la seguridad absolutamente debilitada. Y hemos retrocedido tres décadas en temas como la descertificación y los magnicidios. Es un mediocre que nunca acepta responsabilidad por sus errores.
Repasemos cifras para contrastarlas con esas estadísticas y que concluyan los expertos. Por ejemplo, el Presidente dice que usted dejó crecer las áreas reales de cultivos de coca en más de 60 %, frente al 9 % bajo su gobierno. Que ha logrado desacelerar el crecimiento de cultivos que se presenta desde el 2013…
Hablemos con la evidencia. Colombia había logrado algo histórico que era bajar, con el Plan Colombia, de 200.000 hectáreas a 50.000. Parar la aspersión aérea fue un acuerdo debajo de la mesa con las Farc en el 2015. Pero entre agosto del 2015 y del 2018, después de la decisión del Gobierno de abolir la aspersión y de lograr en la Corte Constitucional una sentencia que también afianzara esa medida, pues sencillamente pasamos de 50.000 hectáreas a más de 200.000. Así empezó mi gobierno. ¿Qué hicimos? Parar ese crecimiento exponencial, que prácticamente se había cuadruplicado en tan solo tres años.
El expresidente de Colombia, Iván Duque Foto:EFE/RICARDO MALDONADO ROZO
Usted asegura que los grupos de erradicación manual se redujeron a mínimos históricos en tres años de este gobierno. ¿Cuáles son las cifras del suyo?
Nosotros llegamos a tener más de 180 grupos de erradicación manual, después de haberlos recibido en un nivel muy bajo al finalizar el gobierno Santos. En el de Petro se desmontaron prácticamente. Las metas de mi administración, con los grupos de erradicación manual, estuvieron siempre por el orden de más de 80.000 hectáreas anuales, mientras el año pasado la meta de erradicación fue de 10.000 hectáreas, que ni siquiera se cumplió.
Petro alardea de que ha incautado. Pero como porcentaje de la producción potencial, está en el punto más bajo de las últimas tres décadas. Aparte de eso ha tratado con guante de seda a muchos narcotraficantes, nombrándolos gestores de paz. Por eso es que Colombia fue descertificada.
También dice el actual mandatario que usted tiene una “mentalidad sanguinaria”. Que a los jóvenes que salían legítimamente a protestar en ese llamado “estallido social” usted los mandó a la cárcel o los mató. Que los volvió a todos terroristas. Asegura que son crímenes de lesa humanidad que tienen que ser castigados…
Durante tres años se dedicó a atacar con ese tipo de comentarios a Miguel Uribe Turbay. Es un irresponsable. Pero, además, si él me llama adicto a la sangre, le contesto que nunca en mi vida he empuñado un arma para aniquilar a nadie por pensar distinto a mí. Es otra de las grandes mentiras de Gustavo Petro, a la que es bueno responderle con evidencia. El presidente de este país no mete a la cárcel a nadie, eso puede estar en el imaginario de él.
Aquí hay una justicia que requiere, primero, una investigación que hace la Fiscalía, luego, los procedimientos van a un juez de garantías para la legalización de un juez de garantías y después se va a un proceso judicial. Ha respondido entonces la justicia colombiana, no es el capricho de un presidente, como debe suceder ante toda persona condenada por haber atentado contra la vida, honra, bienes y derechos de los colombianos.
Duermo ocho horas con tranquilidad; pongo mi cabeza en la almohada con la conciencia tranquila de haber obrado bien en mi vida. No cargo con el pesar de haber participado en organizaciones que secuestraron, mataron, extorsionaron. Soy una persona de fe, creo en la justicia, y es así como siempre miro a los ojos y con la frente en alto.
Iván Duque en la presentación del libro ‘Fuerza y Verdad’. Foto:Redes sociales
Vamos a la salud. Asegura el Presidente que, en el empalme, le entregaron documentos que evidenciaban la insolvencia patrimonial de las EPS. Concluye que “prácticamente ahí ya estaba quebrado el sistema en 2018, gobierno que empieza de Duque”. ¿Fue así?
Los empalmes se hicieron con documentos técnicos y rigurosos. Pero, además, fue grabada la entrega de las actas de empalme por orden mía, como se les informó a todos los participantes. Miente una vez más. Pero hay otro elemento. Durante nuestro gobierno logramos con todo ese sistema de salud manejar una pandemia que tardó 30 meses de los 48 de gobierno.
El Presidente asegura que en ese manejo terminamos con la sexta tasa de mortalidad de América Latina…
El índice de resiliencia de Bloomberg muestra que Colombia fue el primer país de América Latina en la gestión de la pandemia. En ello Colombia fue aplaudida y premiada entre otras cosas por la Organización Panamericana de la Salud. Además, le dimos soporte a todo el sistema para poder pagar deudas acumuladas desde antes del 2018. Una vez más vemos la mediocridad de Petro. El querer apropiarse de los recursos de la salud. Se escuda echando responsabilidades que solamente le corresponden a él.
Temas energéticos. Expertos echan de menos de su gobierno que no se dio la pela por disminuir suficientemente los subsidios de la gasolina y del diésel…
Primero déjeme decirle que entregamos a Ecopetrol con las mejores cifras de su historia en términos de rentabilidad, producción y capacidad. Que multiplicamos las alternativas energéticas no convencionales como solar y eólica por cien veces; pasamos del 0,2 % de la matriz energética en esas energías a más del 14 %. Y mantuvimos aumentos progresivos de las tarifas de gasolina y de diésel, pero como nos tocó enfrentar una pandemia y garantizar la cadena de suministro, tuvimos una reducción sustancial en esos precios, que también se fueron pagando paulatinamente con nuevos incrementos.
En el mes de marzo del 2022 se habían pagado más de 7 billones de pesos de lo que correspondía a esos subsidios. La torpeza de Petro fue que él salió a decir que iba a subir supuestamente los precios, se puso a jugar con la gasolina, pero por su populismo, no tocó el diésel, no lo aumentó en la misma proporción de la gasolina. Hoy tiene un déficit mucho más grande, luego él mismo generó ese inmenso desbalance.
Ahora dice que quiere llevar los precios a niveles internacionales, pues hay muchos países que lo hacen; mientras hay otros países que consideran que ese subsidio a la cadena de suministro y a la logística es fundamental para incentivar el crecimiento y la actividad económica. Entonces, esas cosas se manejan con gerencia y sin populismo. Ahora está pagando las consecuencias de no haber tocado el diésel durante prácticamente todo su gobierno.
El expresidente Iván Duque. Foto:Presidencia
También el expresidente Santos lo menciona a usted en su paquete de críticas. A raíz del reciente fallo de la JEP, muy controvertido, sobre los secuestros de las Farc, Santos salió a culpar a su gobierno y al de Petro de no haber implementado el acuerdo de paz y de no haber ocupado los espacios que dejaba la desmovilización de la guerrilla.
Lo que Santos se quedó añorando es que yo llegara a destruir el proceso y nosotros lo implementamos, asumiendo las reformas que también se requerían. Ellos tomaron la decisión de no reconocer nunca lo que hicimos. Durante nuestro gobierno hubo una misión de observación de Naciones Unidas que sometió dos veces al año el proceso a evaluación ante el Consejo de Seguridad. Adicionalmente, tuvimos al Instituto Kroc haciendo una evaluación, y al propio secretario Guterres de la ONU, que vino a finales del año 2021 a nuestro país con ocasión de los cinco años de la firma de ese acuerdo.
Destacaron todos esos observadores el esfuerzo que se había hecho, también en nuestro gobierno y bajo el liderazgo de Emilio Archila, para hacer una implementación, en medio de un procedo frágil, como lo calificó Jean Arnault, jefe de la Misión de la ONU en Colombia.
Creamos los planes de desarrollo con enfoque territorial; aumentamos el banco de tierras; les dimos capacidad también a las agencias del Estado para desplegar la mayor inversión en las zonas afectadas por la violencia; mantuvimos la desmovilización y el desarme, pero también hicimos las reformas necesarias, como la de la Constitución que prohíbe que el narcotráfico y el secuestro sean delitos conexos al delito político.
Entonces, cuando quiera, como quiera y donde quiera, estoy listo para tener un debate, con datos, con evidencia. Que ahora tampoco venga Juan Manuel Santos a lucir de pacifista, cuando él nos dejó tres Farc: firmó con una, pero dejó una en el Congreso y dejó otra en el sur del país, llamada disidencia. Y todos los cabecillas en Venezuela. Que no venga a vender la ilusión de la paz, cuando lo que dejó fue a unas Farc en una combinación de todas las formas de lucha.
¡Qué bueno sería ver ese debate entre Santos y usted!
Creo que vale la pena reafirmar que el petro-santismo existe, y ha estado vivo durante este gobierno. Varios de los grandes alfiles de Santos han estado ejerciendo posiciones de gran influencia en el gobierno Petro, como Murillo, Prada, Cristo, Roy Barreras, Armando Benedetti, Mauricio Lizcano…
Pero muchos de ellos tienen es fama de andar acomodándose de gobierno en gobierno…
Sí, pero son particularmente destacados por todos los privilegios de los cuales gozaron en el gobierno Santos. Uno puede tener derecho a opiniones, pero no a inventarse las cifras, los hechos y los datos.
El expresidente Iván Duque hizo un balance de la pandemia Foto:@fimasd_org – Archivo EL TIEMPO
Pasemos al tema electoral. ¿Qué está opinando sobre lo que sucede en el Centro Democrático con las distintas cabezas en pugna?
Cuando los partidos están en los procesos de selección de candidatos pasan por momentos de traumatismo, de polémica, de batalla. Esta semana, en una clase que estoy dando en la Universidad de Yale, me hicieron una pregunta parecida y les respondí que en EE. UU., Barack Obama y Hillary Clinton, en el año 2008, se sacaron los ojos, se dijeron de todo. Y cuando Obama ganó la nominación, terminaron unidos, ella fue su secretaria de Estado, y aspiró a la presidencia con su aval, ocho años después.
En el Partido Republicano basta con ver cómo hace 7 u 8 años se atacaban Marco Rubio y Donald Trump, y mírelos hoy trabajando en equipo. Entonces, siempre miro el panorama más con optimismo en lugar de tratar de echarle gasolina a la hoguera. Creo que hay personas con capacidad, que tienen un liderazgo que han ido construyendo y que en este momento están en una emulación por la candidatura.
Ahí están María Fernanda, Paloma, el doctor Uribe Londoño, la doctora Paola Holguín, el doctor Guerra. En estas emulaciones siempre habrá momentos difíciles, pero espero que de aquí salga una vez más un partido sólido, unido y con vocación de poder.
¿Qué opina de Vicky, De la Espriella, Juan Carlos Pinzón?
Hay mucha otra gente que está por firmas. Espero que el proceso concluya, para finalizar el año, con un partido unido, que pueda enfrentar también la elección de marzo para aumentar su representación en el Congreso.
Le tengo que hacer una pregunta que hace tiempo quería hacerle. ¿Por qué en parte del sector del uribismo lo consideran a usted un traidor?
Así es la política. Nunca he rechazado mis orígenes liberales. Hay principios que defiendo como la seguridad, como la austeridad fiscal, como la responsabilidad, pero también hago un énfasis muy grande en la política social. Hay sectores que siempre me controvirtieron por eso. Les ganamos en justa lid la nominación en el año 2017, goberné con mi programa de gobierno y quizás eso sea lo que no me perdonan.
Pero, como lo he dicho públicamente, no estoy para dividir. Colombia necesita unidad, no reconozco enemigos dentro de mi partido, bienvenida la controversia ideológica donde sea, pero me reafirmaré siempre en mi carácter de ser una persona de centro. Nunca me he considerado de extrema derecha, ni siquiera de derecha.
Y el Centro Democrático tiene un principio fundacional que es justamente reconocer que existe un centro, al punto de que cuando yo entré al partido, había unos sectores que, como yo, veníamos del liberalismo; otros venían del conservatismo.
Para terminar: ¿cree que el país, o una parte de él, ha sido injusto con usted y con su obra de gobierno?
Uno tiene que entender con mucha humildad y tranquilidad que los gobiernos se van decantando con el pasar de los años. Me ha parecido interesante que cada vez son más las personas con las que me encuentro que, cuando ven hoy el desastre, la falta de gerencia, la corrupción, la inexperiencia, cuando ven que los ministros no duran nada, valoran a un gobierno que fue gerencial, técnico, que se basó en un programa de gobierno, que le permitió al país pasar por la mayor crisis de su historia, migratoria, energética, pandemia y además con un proceso de paz frágil. Entonces, vivo con tranquilidad.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO