Recientemente, el hundimiento de una consulta popular ha llevado al plan legislativo del presidente Gustavo Petro a una fase crítica dentro del Parlamento. Este evento ha dejado al descubierto la fragilidad de ciertos sectores del gobierno que, como caballos de Troya, parecen estar socavando el apoyo parlamentario hacia reformas esenciales, especialmente la reforma laboral, un tema que debería resonar con la aprobación del público. Sin embargo, la mayoría de los parlamentarios se han mantenido cerrados a la posibilidad de dar su visto bueno.
Lo acontecido recientemente en el Senado ha creado un escenario preocupante para otras iniciativas del gobierno, dejando en suspenso su futuro. En los últimos meses, la séptima comisión del Senado también ha enfrentado un desgaste en iniciativas relacionadas con la salud y el trabajo, rodeadas de alertas tanto técnicas como políticas. La situación se ha vuelto compleja, y parece que cada vez hay menos espacio para el diálogo constructivo.
En la misma Comisión, la reforma propuesta por el gobierno de Petro ha recaído en un mar de críticas y desconfianza, lo que no solo refleja un parlamento fracturado, sino también una evidente incapacidad para mantener negociaciones políticas efectivas. Sin los apoyos necesarios, sumado a un panorama de escepticismo ciudadano, el camino hacia la aprobación de estas reformas se ve cada vez más incierto.
Antonio Sanguino, Ministro de Trabajo, en el Parlamento. Foto:Noustor Gómez. Tiempo
Mejora laboral
El 18 de marzo, la Séptima Comisión de la Decisión del Senado decidió archivar la propuesta de mejora laboral con un resultado de ocho votos a favor y seis en contra. Este resultado pone de manifiesto la resistencia que enfrenta la propuesta en el seno del Parlamento.
Aunque las reformas habían sido aprobadas en sus primeras discusiones en la Cámara de Representantes, la resistencia en el Senado ha sido fuerte y bien fundamentada, con críticas que surgen de diversos sectores políticos. Este debate no solo ha ido más allá de una cuestión legislativa; ha reflejado las profundas diferencias en los modelos de salud que necesita el país, mostrando las dificultades que enfrenta la administración para consolidar el apoyo dentro del Parlamento.
Agar Armando Benedetti en el Congreso Foto:Noustor Gómez. Tiempo
El razonamiento para el fracaso:
– La reforma fue duramente criticada por sectores empresariales y tecnológicos, advirtiendo que podría aumentar el desempleo y restringir los incrementos en la mano de obra disponible.
– Se percibe una falta de apoyo entre los miembros del parlamento moderados, quienes a menudo han estado ausentes en reuniones clave sobre estas reformas.
– La Séptima Comisión se ha transformado en un espacio hostil hacia el gobierno, donde sus organizaciones ya no ostentan la mayoría necesaria para seguir adelante con las propuestas.
Compensación
Un mes después de este episodio, en la misma séptima comisión del Senado, se presentó una de las apuestas más importantes del Secretario General. Esta decisión implica la segunda ocasión en la que el proyecto no avanza en la Legislatura.
La iniciativa fue impulsada después de que ocho senadores firmaran un documento negativo el 12 de marzo, resultando en una votación del gobierno que solo logró cinco votos en lugar de los catorce necesarios. A pesar de los esfuerzos para construir alianzas y realizar movimientos estratégicos, la mayoría se ha desvanecido.
El hundimiento de la consulta popular simboliza un agotamiento de la capital política dentro de la Comisión y una incapacidad manifiesta para crear una mayoría sólida en la Legislatura.
El presidente Gustavo Petro fue en contra del Senado por hundir una consulta popular. Foto:Archivo privado
¿Por qué se hundió?
– La oposición actual se caracteriza por una gran resistencia técnica y política. Expertos en salud y miembros de la oposición han señalado, desde un inicio, los riesgos bureaucráticos, inestabilidad financiera del sistema y conflictos en el enfoque a seguir.
– En cuanto a las alianzas políticas, algunos partidos como el liberal y conservador, que inicialmente eran aliados, han manifestado su descontento al no sentirse escuchados en el proceso.
– La debilidad del Ministerio de Salud también ha sido un aspecto crítico; hubo falta de claridad en la narrativa y en los objetivos del proyecto, lo que debilitó su posición en el Parlamento.
Ahora el gobierno enfrenta otros períodos legislativos con más obstáculos que apoyo, lo que obliga a sus cambios estructurales a buscar otros caminos, como decisiones regulatorias, reinicios de micromormas o nuevas asociaciones.