La economía de Colombia no va mal. Eso tampoco va muy bien. La situación actual refleja una situación inesperada, porque cuando comenzó el gobierno de Peter, los pesimistas decían que la economía entraría en una situación recesiva. Algunos incluso dijeron que Colombia continuaría por el camino seguido por Chávez. Y en este oscuro horizonte, se decía que el dólar alcanzaría los 5.000 dólares. Estas predicciones estaban equivocadas. Ahora el dólar está a $3,915.
La situación de la economía es sorprendente porque últimamente el presidente no ha sido amable con la comunidad empresarial. Ha habido una especie de esquizofrenia entre el Gobierno y el sector privado. Por un lado, Petro critica constantemente a los empresarios por ser “rentistas” y “esclavos”. Pero, por otro lado, el Plan de Desarrollo insiste en la necesidad de fusionar los sectores público y privado, y asume que no hay crecimiento sin armonía entre ellos. Volviendo a Mazzucato*, el Plan muestra que grandes misiones, como el desarrollo de la energía nuclear en el Proyecto Manhattan, dirigido por Oppenheimer, o llevar al hombre a la luna, fueron posibles gracias a una inversión pública masiva. El desarrollo de vacunas y diversos medicamentos es resultado de las inversiones gubernamentales en ciencias básicas. Entonces, no tiene sentido que el presidente choque ahora con el sector privado.