Diseñado como la principal fuente de neutrones del mundo, la European Spallation Source (ESS) se ubica en la instalación europea en Lund, que forma parte de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Mientras que el CERN es más conocido por su Large Hadron Collider (LHC), que colisiona protones para estudiar las partículas fundamentales del universo, la ESS tiene un enfoque orientado hacia la producción de neutrones para una variedad de investigaciones científicas. Aunque ambas infraestructuras utilizan tecnologías avanzadas y tienen un carácter internacional, sus objetivos de investigación son distintos: el LHC busca descifrar los secretos del origen del universo y las propiedades de partículas como el Higgs Bosón, mientras que la ESS se enfoca en aplicaciones prácticas dirigidas a resolver problemas contemporáneos.

El proyecto de la ESS tiene como misión abordar desafíos cruciales de la sociedad moderna en destacados campos de estudio como salud, geología, química y biología. Durante una entrevista, Gerardo Herrer Corral, un destacado físico, enfatizó la importancia de la ESS como un esfuerzo tecnológico que busca generar soluciones innovadoras. Este proyecto comenzó su construcción hace una década en Lund, una ciudad aclamada por su prestigiosa universidad y su activa comunidad científica. Desde su apertura, el centro ha atraído a investigadores de todo el mundo, consolidándose como un núcleo de investigación global en el ámbito de los neutrones.

Un total de trece países europeos colaboran en la realización de este ambicioso proyecto, con la participación de naciones como Suecia, Dinamarca, Alemania, Francia y el Reino Unido. Una de las características distintivas de la ESS, en comparación con centros similares en Estados Unidos o Japón, es su capacidad de generar haces de neutrones con una intensidad que supera en 30 veces la de las fuentes actuales. Esta potente producción de neutrones resulta fundamental para avanzar en el análisis de la estructura y propiedades de materiales a nivel atómico y molecular.

Además, la ESS no solo se identifica por su elevada intensidad de haces de neutrones, sino también por la considerable cantidad de estaciones de investigación que albergará. Según un físico mexicano involucrado en el proyecto, las técnicas y los sistemas de detección disponibles en la ESS son de vanguardia. Con 15 rayos de detección diseñados para el análisis de la dispersión de neutrones en distintos tipos de materiales, la ESS ofrecerá capacidades que permitirán registrar estudios sobre la posición de los átomos en diferentes estructuras. Además, uno de sus enfoques es el estudio de interacciones de neutrones en superficies mediante técnicas de spotlight horizontal, lo cual representa un avance significativo en la investigación de propiedades superficiales.

Herrer destacó que uno de los aspectos más emocionantes de la ESS es la variedad de materiales que podrán ser investigados, desde células y tejidos biológicos hasta una amplia gama de metales, plásticos y líquidos. Su versatilidad de análisis abre puertas a múltiples disciplinas. A diferencia de métodos tradicionales como los rayos X o la luz de sincrotrón, los neutrones permiten examinar materiales no activos y penetrar en la estructura de las muestras sin alterar su condición, facilitando una evaluación precisa y no destructiva.

Los estudios que se llevarán a cabo en la ESS tendrán implicaciones significativas y aplicaciones en diversas disciplinas. Desde la optimización de aleaciones metálicas hasta un mejor entendimiento de las reacciones químicas, la investigación realizada en este innovador centro puede transformar nuestra comprensión y utilización de materiales en el futuro, aumentando así la capacidad de innovación en varios sectores industriales y científicos.

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