Juan Manuel Galán, a la cabeza de las banderas de su padre con el Nuevo Liberalismo, está abierto a las consultas y sostiene que “la elección del 8 de marzo a Congreso es la primera vuelta presidencial, no en mayo”.
¿Con el paso de los años ha tenido algún segundo pensamiento sobre haberle entregado las banderas de su padre, Luis Carlos Galán Sarmiento, a César Gaviria?
Digámoslo así, fue por intuición. Entendí que permitía, en ese momento, una salida que encarnaba todo ese proceso que adelantó al final mi papá. Estábamos enfrentando el desafío terrible de Pablo Escobar y del poder del narcoterrorismo, los asesinatos y la violencia.
Finalmente la decisión fue solamente suya…
Mía. Incluso la primera sorprendida fue mi mamá. A ella le gusta meditar las cosas, analizarlas, consultar. Consulté mentalmente con mi papá qué podía hacer para que su muerte no fuera en vano. Y en buena parte lo fue, porque de ahí quedó la Constitución del 91, que no es poca cosa, con todo el capítulo de derechos, aporte del Nuevo Liberalismo. Creo que en ese momento fue una salida para el país y permitió, también, modernizar el Estado.
Y rejuvenecerlo. El entonces presidente Gaviria se inventó el famoso ‘kínder’ de jóvenes en el gobierno… Bueno. Le devolvieron la personería jurídica al NL, pero en el 2022 el resucitado partido no alcanzó el umbral para Senado…
Nos entregaron la personería un mes antes del cierre de inscripciones. Y una cosa muy técnica: en el diseño del E-14 (acta de escrutinio de los jurados de votación), el partido quedó escondido como debajo del Pacto Histórico. Los jurados no encontraban dónde estaba la casilla del Nuevo Liberalismo. Entonces, no nos contabilizaban los votos y en un momento dado, totalmente atípico, en el 50 por ciento de las mesas de votación estábamos en cero votos. Además fue fatal la confusión de mucha gente con el logo del Partido Liberal. Calculamos que perdimos alrededor de 50.000 votos por esa confusión.
¿No será que primero había que reestructurar el partido y luego pensar en candidaturas presidenciales?
Estamos trabajando y avanzamos en conformar listas muy buenas para bancadas de Senado y Cámara, en coalición con Dignidad y Compromiso y el Mira. Y trabajamos en la elección de octubre de los consejos de juventud. Como viceministro me tocó organizar la primera elección en aquella época.
Sergio Fajardo y Juan Manuel Galán aspiran a la Presidencia. Foto:Redes sociales
Ahora no se puede ni mencionar Viceministerio de la Juventud. Hoy piensan que con ser solamente joven, aunque se salten las pruebas Saber, se cumplen los requisitos…
(Sonriendo) Eso no puede ser. Entonces hemos puesto en el Nuevo Liberalismo mucho énfasis en esa elección. Logramos inscribir 1.100 candidatos del Nuevo Liberalismo en los 32 departamentos y ese es el semillero de nuevos liderazgos.
¿Y de consultas interpartidistas, qué?
La elección del 8 de marzo a Congreso es la primera vuelta presidencial, no es en mayo.
¿Se refiere a lo que definirán las consultas interpartidistas?
Sí. Es muy probable que haya consultas. (Risas). Estamos tratando de darle forma a una consulta que permita que el centro tenga una opción para salir de los extremos, porque si elegimos un extremo, el año entrante el país será ingobernable los próximos cuatro años.
¿Entonces, hasta marzo no se sabrá qué va a hacer su sector en materia de candidaturas?
Lo que hemos propuesto en reuniones que hemos tenido con varios precandidatos que se están, muchos de ellos, avalando por firmas es trazar un camino de aquí al 15 de noviembre.
Porque hasta esta fecha hay plazo para las inscripciones de Congreso. De los alrededor de 100 candidatos presidenciales, muchos saldrán a eso…
Hay mucha gente valiosa, que eventualmente puede aspirar al Congreso. La propuesta que yo haría y que hemos venido madurando es que, cuando se levante la restricción de la publicación de las encuestas, hagamos una selección de ellas (se ha hablado de seis encuestas, pero pueden ser menos) y que los cinco que vayan adelante clasifiquen para candidatos en la consulta interpartidista del 8 de marzo. Eso nos permitirá ya restringir la cantidad a cinco candidatos, que puedan hacer debates, foros y recorridos por el país.
Como su padre fue el más joven ministro de Educación para la época, ¿qué opina del actual ministro de Educación y de la cifra de que solo 4 de cada 10 estudiantes terminan sus carreras?
¿Y cuántos llegan a una educación superior de calidad? Menos del 1 por ciento. Hay que entender que ya los jóvenes necesitan competencias y formación de ciclos cortos, técnica y tecnológica. ¿Qué opino? Que se perdió la institucionalidad en el Ministerio de Educación.
Antes de hablar de sus propuestas, una pregunta obligatoria sobre su hermano, el alcalde de Bogotá, un cargo tan supremamente difícil. ¿Entre los dos hermanos ha habido, en el pasado y en el presente, algún cruce de cables políticos?
Cada uno de nosotros ha construido un espacio y una carrera política. Él decidió hacerlo en Bogotá y luego de tres intentos logró llegar a su alcaldía. Yo lo he hecho a nivel nacional, fui tres veces senador. Somos realmente independientes y nos respetamos. No me involucro para nada en las cosas de la alcaldía, él tampoco en mi carrera política ni en mi aspiración. Como decían en el siglo pasado de dos personajes hermanos muy reconocidos del liberalismo, Abdón es Abdón y Augusto es Augusto.
La inteligencia hoy está completamente politizada y absolutamente al servicio de un régimen político, cuando de acuerdo con la ley debe estar enfocarse en las organizaciones criminales.
(Risas) Buen recorderis… Vamos a sus programas. Usted fue autor y ponente de la ley de inteligencia del Estado. ¿Cómo jalonar hoy toda esa estructura para recuperar lo que muchos reclaman, que es recuperar el orden público? Ha habido críticas sobre la falta de contundencia en medio de esta situación…
La inteligencia hoy está completamente politizada y absolutamente al servicio de un régimen político, cuando de acuerdo con la ley debe enfocarse en las organizaciones criminales y estar al servicio del respeto y la garantía de los derechos humanos. Se ha perdido toda la capacidad de inteligencia de las Fuerzas Militares, especialmente del Ejército, pero también se ha perdido en la Policía Nacional, por esa politización de la inteligencia.
¿Qué diferencia hay entre la politización indudable que vemos hoy y la que ha habido en el pasado? Finalmente, la Policía y el Ejército están supeditados a su supremo comandante, que es el Presidente…
Hay un principio fundamental de la inteligencia a nivel mundial y es que tiene que ser políticamente agnóstica, y siempre mantenerse así. Precisamente para que el que toma decisiones lo haga con una información no sesgada, parcializada o enfocada a seguir opositores del gobierno, defensores de derechos humanos, magistrados, periodistas o sindicalistas.
Somos testigos de la persecución que se está dando contra magistrados, concretamente contra el presidente de la Corte Constitucional, por ejemplo…
Ese activo estratégico, como es la inteligencia, hay que recuperarlo, porque es fundamental para el control territorial. Solo lo haremos con una estrategia que no solamente lleve en una lógica de fuerza a las Fuerzas Militares, sino también en una lógica de construcción de Estado territorial, de infraestructura social. Claro, y en una lógica de protección de la población, porque toda esta seguidilla de asonadas que hemos vivido en muchas zonas del país es por el dominio de estas organizaciones criminales sobre la población, para obligarla a accionar contra la Fuerza Pública. Por eso hay que romper esa lógica y esa estrategia de las organizaciones criminales con inteligencia. Y una cosa final sobre la inteligencia del Estado: debemos dirigirla contra las finanzas de las organizaciones criminales. Claro que hay que hacer erradicación, interdicción, pero también inteligencia financiera a las organizaciones criminales, porque ahí es donde más les duele: en la plata, su centro de gravedad, su núcleo. Hoy tenemos a la Uiaf, Unidad de Información y Análisis Financiero, en el Ministerio de Hacienda, que debe hacer la inteligencia financiera del país.
¿Con cuánto presupuesto?
Con 32.000 millones de pesos. Para comparar, el Ministerio de Igualdad tiene 2 billones de pesos de presupuesto. ¿Cómo vamos a enfrentar organizaciones criminales como el ‘clan del Golfo’, el Eln, las disidencias de las Farc, que tienen cientos de millones de dólares que movilizan y hacen circular en bienes, en lavado de activos, en contrabando, si no tenemos las capacidades de inteligencia financiera? Es que hoy la guerra no solamente se libra a punta de bala, sino de inteligencia financiera. Y como en medio de la ‘paz total’ continúa la negociación política con grupos considerados “guerrilleros”, hay que decirlo: aquí no hay más grupos guerrilleros. Como propone Alfonso Gómez Méndez, no puede haber más beneficios penales para las organizaciones criminales.
No podemos satanizar la participación del sector privado en el sistema de salud, de las alianzas público-privadas.
Vamos al candente tema de la salud, cuya crisis el actual gobierno la achaca siempre a gobiernos anteriores. ¿Qué es lo primero que haría?
Recuperar el modelo de alianza público-privada del sistema de salud, que fue exitoso por más de 30 años como un proyecto de Estado, de país. Garantizó cobertura prácticamente universal y protegió financieramente el bolsillo de las familias más vulnerables. Fui autor de la ley de enfermedades huérfanas, que no tenían esperanza de un diagnóstico, un tratamiento, que enfrentaban medicamentos costosísimos a los que hoy, gracias al sistema de salud, gracias a esa ley, tienen acceso. Pero lo que vemos hoy son las filas de gente a la que no le entregan los medicamentos. Eso hay que acabarlo. No podemos satanizar la participación del sector privado en el sistema de salud, de las alianzas público-privadas. Lo que hay que hacer a partir del 7 de agosto es recuperar la confianza frente a ese modelo que ha sido exitoso y reconocido en el mundo.
Presupuesto desbalanceado, reforma tributaria desbordada, deuda externa por los cielos, inflación incierta con perspectivas al alza… ¿Cómo controlar este escenario fiscal?
Pues ahí entra todo un frente de gobierno que yo quisiera emprender: sentar las bases de unos proyectos de Estado, de país, que no tenemos desde el siglo pasado. Colombia tiene que proyectarse hacia el 2050, como aconseja el exbanquero y filántropo Gabriel Jaramillo. Él habla de las vertientes para materializar la riqueza del país, porque tenemos la nevera llena, pero nos estamos muriendo de hambre. Dice que Colombia puede ser un gran hub de energía, porque acá tenemos gas en la tierra, gas en el mar, tenemos agua, hidrocarburos, podemos hacer hidrógeno verde, hidrógeno azul, geotermia; ¡pero estamos ad portas de un apagón en el 2026 si nos llega un fenómeno de El Niño! Las grúas de los puertos de la Costa no se pueden prender porque sus departamentos se quedan sin luz.
Pero como se robaron también la empresa que surte de energía a la Costa, Air-e…
Falta de regulación y de control. En fin, sí creo que el modelo económico que hemos seguido hasta ahora, de una reforma tributaria cada año, para cargarles más a quienes ya no soportan más carga tributaria, es un modelo a abortar, un modelo que ya debe acabarse. Hay que buscar modelos de transformación económica y de crecimiento; eso del hub energético me llama la atención, y de convertir la altillanura y la Orinoquia en una gran fábrica mundial de alimentos bajo el modelo de Mato Grosso, en el pasado el estado más pobre, atrasado y desigual de Brasil. Hoy es el estado más rico y el que mantiene un crecimiento agrícola de dos dígitos.
¿Pero sin resolver acá temas como el de la seguridad y el de salud, y con esa fobia actual contra la participación privada en actividades económicas, cómo?
Esas son prioridades, como es prioridad el tema energético, en emergencia en este momento, y el tema fiscal. Reforma tributaria para apagar el incendio no tiene sentido. Por eso propongo que en lugar de que el tejido empresarial pague unos impuestos como hoy los paga, los empresarios financien las obras de los batallones de ingenieros militares en pro de las comunidades. Y ya hay experiencias: en el Valle del Cauca ha habido obras por impuestos para construir vías terciarias. Y hay que hacer un recorte radical del gasto improductivo, del empleo militante ideologizado, que además desplazó las capacidades técnicas de las entidades y eso ha minado la confianza en la institucionalidad del país.
No quiero terminar sin preguntarle: ¿cómo está su mamá, la admirable Gloria Pachón de Galán?
Está perfectamente, física y mentalmente; sigue ejerciendo el periodismo.
Magnífico. Eso indica la vitalidad. Por favor, salúdemela de parte de tantos colombianos que la admiran y que la consideran una formidable mujer.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO