Su victoria en las legislativas canadienses, que fue orquestada en un breve período de solo cinco meses, será recordada como un hito histórico en la política del país.
Hemos superado la conmoción de la política estadounidense, pero nunca debemos olvidar las lecciones.
Tras conocer los resultados, el nuevo “estreno” de Canadá declaró que el país jamás debería “olvidar las lecciones” de la crisis política estadounidense.
“Vamos a ganar esta guerra comercial,” dijo Carney ante una multitud en Ottawa, donde expresó su preocupación por los días “difíciles” que se aproximan debido a las políticas aduaneras de Trump y la amenaza de anexión. “Hemos pasado por la turbulencia originada en Estados Unidos, pero nunca debemos dejar de aprender de esa experiencia,” añadió.
En diciembre, cuando el Partido Liberal se levantó contra su líder, el primer ministro Justin Trudeau, el nombre Carney era prácticamente desconocido para muchos, ya que nació en una de las regiones menos reconocidas del país, los remotos territorios del noroeste, y fue criado en la dura y distante ciudad de Edmonton.
Las encuestas apuntaban a que Pierre Poilievre, líder del opositor Partido Conservador, se convertiría en el próximo primer ministro de Canadá.
Mark Carney, primer ministro de Canadá, y Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Foto:Tiempo de archivo / agencias
A pesar de estas predicciones, Carney se lanzó a la contienda para liderar el Partido Liberal y reemplazar a Trudeau. El antiguo gobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020) logró la victoria, convirtiéndose automáticamente en primer ministro al no necesitar pasar por elecciones previas y convocó elecciones anticipadas.
Las amenazas para Canadá
Unas pocas semanas después, y gracias a la amenaza de Trump hacia Canadá y su política comercial agresiva, Carney logró superar a Poilievre, quien había estado trabajando para desbancar a los liberales durante casi tres años. Transformó lo que parecía una derrota inminente en la cuarta victoria consecutiva de su partido.
En las primeras horas del martes, durante un discurso ante sus seguidores tras confirmar su victoria, Carney emitió un mensaje de esperanza, pero también subrayó los retos que enfrenta el país.
“La humildad también implica reconocer que una de las responsabilidades del gobierno es prepararse para lo peor, no esperar lo mejor. Desde hace meses he advertido que Estados Unidos ambiciona nuestro país, nuestros recursos y nuestra agua. No son meras amenazas vacías. El presidente Trump busca dividirnos para que Estados Unidos nos controle,” dijo.
Análisis sobre las políticas de Trump. Foto:
Trump, el primer gran reto de Carney
Su primera tarea será sentarse a la mesa con Trump y negociar “entre dos naciones soberanas” una nueva relación económica y de seguridad, aspecto crucial en los tiempos que se avecinan.
El 27 de marzo, después de semanas de ataques verbales por parte de Trump, Carney expresó: “La antigua relación que teníamos con Estados Unidos… se ha visto alterada. No está claro qué será lo siguiente que haga el país vecino, pero lo que queda claro es que los canadienses tienen control sobre su propio destino,” enfatizó Carney.
La humildad también es darse cuenta de que una de las responsabilidades del gobierno es prepararse para lo peor, no esperar lo mejor.
Este tipo de declaraciones le han valido a Carney el respeto inmediato de muchos canadienses que, en un período de gran ansiedad, buscan un líder firme en medio del caos que supone la llegada de Trump nuevamente al panorama político.
Carney pronunció un emotivo discurso luego de la victoria del Partido Liberal. Foto:Getty Images a través de AFP
“Él está decidido a asegurar que los canadienses sobrevivan a los depredadores que representa Donald Trump… Muchos se han sorprendido de que un banquero moderado pueda articular posiciones tan nacionalistas con una discreta autoconciencia,” explicó el profesor de estudios españoles y latinoamericanos en la Universidad de Guelph.
Trump es, sin duda, el desafío más significativo, pero no el único al que Carney deberá enfrentarse como economista, un católico practicante que, a pesar de no hacerlo ostentoso, tiene 60 años, está casado y tiene cuatro hijos.
¡Noticias rotas!
En un gran revés para Donald Trump, el candidato liberal Mark Carney acaba de ganar en Canadá.
Los expertos dicen que es una señal de lo que vendrá en los EEUU.
– Llame al activismo (@calloactivismo) 29 de abril de 2025
Insatisfacción canadiense, otro enorme reto
Carney también debe atender la creciente insatisfacción de la ciudadanía canadiense en relación a numerosas políticas de sus predecesores, que han resultado en un drástico aumento del costo de la vida, amenazando la estabilidad económica de muchas familias, provocando que millones enfrenten problemas de vivienda y que exista una inmigración desbordante.
Asimismo, enfrenta la imagen de un país dividido en semanas recientes, lo que podría frenar tendencias centrífugas en Alberta, en el oeste, y Quebec, en el este, que amenazan la unidad nacional de Canadá.
Desde hace meses he advertido que Estados Unidos desea nuestro país, nuestros recursos y nuestro agua. Estas amenazas no son vacías.
Todo esto sin tiempo para aprender a ser un político. Sin embargo, Carney asevera que está preparado para asumir el reto.
“Sé cómo manejar una crisis y estoy listo para liderar,” comentó su esposa, la economista Diana Fox Carney, quien agregó: “Es una de las cualidades que define a este gran líder. Su actitud serena y tranquila bajo presión lo hace particularmente apto para este momento complicado”.
Carney toma las riendas con un parlamento fragmentado
Cuando Carney pronunció su discurso, casi cinco horas después del cierre de las urnas en Ontario y Quebec, donde el resultado siempre puede decidR considerando la población y la ubicación de los electores, se pronosticaba que el Partido Liberal conseguiría 167 escaños, donde la mayoría absoluta se sitúa en 172, mientras que los conservadores obtendrían 145 escaños.
A pesar de que la ventaja se mantuvo durante toda la noche para los liberales, el Partido Conservador logró un mejor rendimiento del que se esperaba.
El Partido Liberal se quedó en un escaso margen de la mayoría absoluta, y el resultado final dependerá de varios distritos.
Mark Carney llega al poder en un parlamento fragmentado. Foto:Efusión
El bloque soberanista quebequés (BQ) se estima que obtenga 23 escaños, 10 menos que en la legislatura anterior, pero apenas logrando evitar el debate de algunos pronósticos desfavorables.
El presidente Trump pretende dividirnos para que Estados Unidos nos controle.
La situación es igualmente desfavorable para el nuevo Partido Socialdemócrata (NPD), ya que de los 25 asientos que ocupaba, apenas podrá retener siete, después de sufrir pérdidas en Vancouver, donde tradicionalmente tenía un fuerte respaldo.
Con tales resultados, ningún partido puede celebrar a plenitud: los liberales, aún lejos de la victoria que las encuestas prometían; los conservadores, que no han podido frenar la cuarta victoria consecutiva de los liberales; y los partidos minoritarios, que pierden apoyo por igual.
Donald Trump se enfrenta a la nueva situación del primer ministro canadiense Mark Carney. Se ha rumoreado que Carney amenazó con vender los bonos de Canadá en Estados Unidos si Trump no cesaba sus amenazas hacia el país.
Aparentemente, esto fue lo que se requería. pic.twitter.com/xnc9wzxrmo
– Jake Broe (@Realjakebroe) 28 de abril de 2025
Los liberales, si se confirman las proyecciones, mejorarán su resultado en comparación a las últimas elecciones (de 160 a 167 escaños), mientras que los conservadores también incrementarán sus 119 escaños anteriores, aunque sin alcanzar el poder y poniendo fin a una era de 10 años de gobiernos liberales.
Los analistas políticos ya se refieren a la victoria de Carney como “un regalo envenenado”, ya que un gobierno en minoría podría no ser suficiente para negociar con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, especialmente en un contexto en que este último ataca a Canadá casi a diario, ya sea a través de sanciones arancelarias o con amenazas de deteriorar la soberanía canadiense.