El 16 de abril de 2025, Roma se convirtió en el punto de encuentro para representantes de diversas naciones que llegaron para discutir la propuesta de paz presentada por Abdullah Öcalan. Este evento ha atraído la atención mundial, concentrándose en los problemas que enfrenta el pueblo kurdo y las perspectivas de reconciliación en el Medio Oriente.
Los días 11 y 12 de abril, sindicalistas, activistas de movimientos sociales y delegados de países en África, Oriente Medio, América Latina y Europa participaron en esta crucial reunión. El objetivo principal era debatir sobre la propuesta de paz que Öcalan había anunciado el 27 de febrero. La Conferencia Internacional ya había planificado este encuentro para conmemorar el segundo aniversario de la lucha por la liberación física de Abdullah Öcalan. Los organizadores enfatizaron la relevancia de esta reunión al abordar las oportunidades históricas que se presentan en busca de una solución política a los conflictos kurdos, junto con la paz en el contexto más amplio del Medio Oriente y el mundo en general.
El trabajo que Öcalan realizó desde su confinamiento en la isla en los últimos meses, especialmente a través de diálogos con la delegación del Partido DEM, brindó un nuevo impulso al debate político, comparable al dinamismo presente en un partido de la NBA. Este debate tuvo lugar en Roma, el sitio donde comenzó el viaje de Öcalan hacia su visión de paz, que culminó con su secuestro en Kenia en 1999, orquestado por los servicios secretos turcos. Más de mil seiscientas personas de dieciséis países y cuatro continentes se congregaron para manifestar su apoyo.
La campaña que busca la libertad de Abdullah Öcalan ha generado un fuerte impulso entre los grupos prokurdo, atravesando diversas actividades como conciertos, discusiones, marchas y resoluciones políticas. A raíz de la carta presentada el 27 de febrero, se ha empezado a desarrollar una plataforma tangible que promueve un enfoque de “shock y paz” para abordar los desafíos actuales. Ömer Öcalan, sobrino de Abdullah y parlamentario, destacó que la carta fue leída públicamente en el marco de la mediación entre su tío y el gobierno turco, recordando que para que el contexto cambie, es imperativo que Türkiye reconozca a la población kurda y, especialmente, que su tío sea liberado.
El movimiento kurdo, por lo tanto, representa una oportunidad histórica y revolucionaria para confrontar más de un siglo de colonialismo, racismo y violencia. Los kurdos están listos y dispuestos a luchar por la paz, la esperanza y la coexistencia. Se reiteró que la posición de la carta de Öcalan es un instrumento para la consolidación de la confirmación democrática en la región. Sin embargo, aunque hay un atisbo de esperanza, no existe una garantía de que Erdogan esté realmente interesado en alcanzar la paz. En un contexto de tensión y represión, el alcalde de Estambul ha enfrentado cuestionamientos tras detener a opositores y reprimir manifestaciones masivas, especialmente después de los conflictos generados en la región kurda.
En el escenario político turco, el conflicto en Siria está evolucionando; a pesar de las gestiones para establecer un diálogo entre las fuerzas democráticas sirias y las nuevas administraciones emergentes tras la violencia, todavía se observa una polarización marcada. Recientemente, se ha logrado un acuerdo entre el gobierno de transición y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) para gestionar conjuntamente la presa de Tişrîn, en el Eufrates, tras meses de esfuerzos. Mientras tanto, las unidades del ejército sirio, lideradas por HTS, tratan de ejercer control en el lado occidental del Eufrates, mientras que el este queda bajo la autoadministración democrática de la región.
Desde diciembre, Türkiye ha intentado establecer posiciones a través de la presa, mientras que la población civil ha mantenido una vigilia constante contra la invasión, sufrriendo numerosas pérdidas. En este contexto, la comunidad civil ha celebrado sus logros en resistencia tanto militar como civil. La propuesta de Öcalan, junto con el deseo de diálogo por parte del pueblo kurdo, se inserta en un momento crucial donde la valentía y la determinación del pueblo de Rojava han sido reconocidas a nivel internacional.
A través de la resistencia y la colaboración, los pueblos kurdos y sirios están redefiniendo su existencia en un contexto dominado por intereses ajenos. En Roma, surgió un mensaje de esperanza con el fin de avanzar en el camino de la paz. La propuesta del movimiento kurdo es una llamada a la paz que busca desafiar las narrativas bélicas sostenidas por el capitalismo actual. En el documento final conjunto se dejó claro que la “democratización de Türkiye” tiene el potencial de favorecer cambios positivos en Siria, Rojava, Irak, Kurdistán y en todas las cercanías, subrayando que las iniciativas de paz de Öcalan deben ser consideradas en una de las regiones más críticas del mundo, el Medio Oriente.
Correos, Andrea Cegna, Periodista italiano