El viernes, 2 de mayo de 2025, el profesor asociado en Astrophysics de la Universidad de Portsmouth, O Graour, realizó un descubrimiento que ha capturado la atención de la comunidad científica y el público en general. Él cree que podría haber hallado una representación visual egipcia de la Vía Láctea, un concepto fascinante que abre nuevas puertas al entendimiento de la antigua astronomía egipcia.
En la rica cosmovisión egipcia, muchos dioses se asocian con objetos celestiales, actuando como símbolos o encarnaciones de estos elementos del universo. En su detallada investigación, el Dr. Graour ha revisado un total de 125 imágenes que representan a la diosa del cielo, las cuales se encuentran en 555 ataúdes egipcios antiguos que datan de hace casi 5,000 años. Este análisis exhaustivo combina la astronomía con la egiptología, lo que le ha permitido explorar la posible conexión entre las imágenes de la diosa y fenómenos astronómicos como la Vía Láctea.
Los resultados de su estudio fueron publicados en el Journal of Astronomical History and Heritage, donde argumenta que en diversas escenas que reflejan tanto el cielo diurno como el nocturno, la figura de la nuez se presenta como una mujer desnuda y arqueada, a menudo adornada con estrellas o discos solares que le otorgan un carácter etéreo y celestial.
La posición de esta Matica evoca su asociación con el cielo y su papel protector sobre el país, lo que sugiere una conexión profunda entre la mitología egipcia y la propia estructura del cosmos. Como diosa del cielo, generalmente es representada como una figura estrellada, curva en relación con su hermano Geb, el dios de la tierra. Sus funciones abarcan desde la protección contra aguas invasoras hasta la participación activa en el ciclo solar, absorbiendo los rayos del sol al amanecer para irradiar luz hacia el mundo.
No obstante, el ataúd exterior de Nesitaudjatakhet, un cantante de mmo-ra que vivió hace aproximadamente 3,000 años, presenta una variante intrigante de esta iconografía. En su caso, una curva oscura y característica se desplaza sobre su cuerpo desde los pies hasta las manos, con estrellas distribuidas de manera casi equilibrada tanto por encima como por debajo de esta línea sinuosa.
El Dr. Graour comenta: “Creo que esta curva ondulada podría simbolizar un camino lácteo y servir como una representación de las grandes grietas, tiras oscuras de polvo que contrastan con la franja brillante de luz difusa. Este patrón es comparable a una fotografía de la Vía Láctea.” Además, menciona que guardias similares pueden encontrarse en los diferentes códigos del valle de Kraljevo. Observa que, por ejemplo, el techo de la cámara funeraria se divide entre el libro del día y los libros de la noche, separados por densos arbustos curvos de oro.
El Dr. Graour añade: “No he observado una curva de esta naturaleza en otras representaciones cosmológicas de la nuez. La claridad de esta curva se acentúa al considerar textos antiguos y un camino de millones de estrellas, lo que puede embellecer a Mattho en su rol de cielos”. Su estudio, publicado el año pasado en abril de 2024, se sustentó en una rica colección de fuentes antiguas, incluyendo textos de las pirámides y textos del sarcófago, comparándolos con sofisticadas simulaciones del cielo nocturno egipcio para establecer si la Vía Láctea podría haber jugado un papel importante en la iconografía egipcia.
Sugirió que durante el invierno, la Vía Láctea representaba el espíritu de una mano extendida, mientras que en verano solía encontrarse a lo largo de la columna vertebral del cielo. Las conclusiones del Dr. Graour enfatizan la relación entre la nuez y la Vía Láctea, desarrollándose a partir de ese análisis inicial.
Concluyó: “Los textos en sí mismos sugieren una forma de pensar que vincula la nuez y el camino lácteo. Analizar sus representaciones en tumbas y frescos incrustados ha agregado una nueva dimensión que está, literalmente, coloreada con una imagen distinta”. Estos trabajos recientes forman parte de un proyecto más ambicioso que busca catalogar y estudiar la mitología multicultural vinculada a la Vía Láctea. “Me encontré con la diosa del cielo cuando escribía un libro sobre la galaxia e investigaba mi mitología relacionada con la Vía Láctea. Mi interés se avivó tras una visita a mis hijas, quienes estaban fascinadas por la imagen de la mujer arqueada”, compartió el Dr. Graour.