El destacado ciclista belga Jasper Philipsen logró capturar su segunda victoria en este regreso a España, al imponerse en un emocionante y reñido esprint en la octava etapa que tuvo lugar entre Monzón Templario y Zaragoza, cubriendo una distancia de 163.5 kilómetros. A raíz de este triunfo, el equipo noruego Torstein mantiene la valiosa camiseta roja de líder, un reconocimiento que se ha vuelto emblemático en La Vuelta a España.
Philipsen, quien previamente había conquistado la primera etapa de esta edición de La Vuelta, finalizando en Novara, al noroeste de Italia, esta vez se adjudicó la victoria superando a competidores de renombre como el italiano Elia Viviani y el británico Ethan Vernon en un emocionante esprint final que mantuvo a todos al borde de sus asientos.
Tras su victoria, el belga expresó su felicidad: “Pero logré ganar, así que estoy muy feliz, y el esfuerzo del equipo no ha sido en vano,” asegurando así que la dedicación y trabajo en conjunto de su equipo son cruciales para alcanzar este significativo objetivo.
A nivel general, su equipo continúa liderando la clasificación con una ventaja de 2:33 sobre el danés Jonas Vingegaard y 2:41 sobre el portugués Joao Almeida, lo que subraya el impresionante rendimiento del equipo en esta competencia.
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El día del evento comenzó con una escapada notable que tuvo matices claramente españoles: Joan Bou, Sergio Samitier y José Luis Faura lanzaron un audaz ataque tras apenas tres kilómetros desde la salida de la carrera.
Antes de que se concretara esta escapada inicial, el pelotón mantuvo un ritmo relativamente tranquilo hasta llegar a la mitad de la carrera, en el kilómetro 80, cuando comenzaron a movilizarse para cerrar el hueco con los tres ciclistas que habían logrado adelantar y gozar de hasta cuatro minutos de ventaja.
Con solo 24 kilómetros restantes hasta la línea de meta, Faura decidió abandonar la escapada, dejando a Bou y Samitier como los únicos que continuaban, aunque la aventura de estos últimos solo duró siete kilómetros más antes de que el pelotón finalmente recuperara el control.
Declaraciones
En una entrevista posterior, Samitier, el oriundo de Barbastro, comentó: “No planeé entrar en la escapada, solo quería pedirle al pelotón que me dejara pasar, ya que se acercaban las festividades. A pesar de que me tomé una bufanda, me emocioné y terminé metiéndome en la escapada. Disfruté más de lo que se puede imaginar,” antes de admitir que era prácticamente imposible ganar la etapa desde su posición.
A medida que se acercaba el final de la carrera, los equipos comenzaron a posicionar estratégicamente a sus mejores velocistas, preparándose para una intensa batalla en el esprint final.
Este domingo, los ciclistas enfrentarán la novena etapa, que representa un desafío serio con un recorrido largo de 195.5 kilómetros que culminará en la estación de esquí Valdezcaray, un puerto de primera clase. Esta etapa cerrará la primera semana de la emocionante ronda española, prometiendo aún más sorpresas y competiciones reñidas.
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