




A la par de la crisis más importante en las relaciones diplomáticas con la administración de Donald Trump, el presidente Gustavo Petro volvió a levantar la bandera para convocar a una convención constitucional. No es un tema al que volvió, pues nunca lo ha sacado a relucir en sus declaraciones en el escenario y algunos trinos, pero esta vez incluso se materializó convocando la plaza pública a su favor y presentando un proyecto de ley sobre la convocatoria a este espacio que buscaría reformar la actual Carta Magna.
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“Estoy esperando a toda Bogotá el viernes a las 16:00 en la Plaza de Bolívar. Persigamos la soberanía nacional. dice las invitaciones para las ceremonias del pasado viernes en la Plaza de Bolívar. Aunque la llamada se planteó originalmente como una muestra de apoyo al presidente ante el nuevo conflicto con Trump, luego evolucionó para hablar de una eventual reforma constitucional.
Idéntico desarrollo se produjo en su discurso en la Plaza de Bolívar. Comenzó rechazando la decisión de ponerlo en la lista de la OFAC y luego pasó a hablar de la convocatoria a la Convención Constitucional. En su discurso dejó entrever sus intenciones con este llamamiento a la reforma constitucional. “Decimos ya basta, la respuesta correcta de una nación no es mendigar, ya rogamos demasiado. La respuesta correcta es su propio poder (…) ¿Cómo se ejerce la soberanía del pueblo si no es por el ejercicio de la autoridad”señaló.
En ese mensaje incluso dio marcha atrás en la propuesta que su ministro de Justicia saliente, Eduardo Montealegre, presentó un día antes. Desde Shanghai, China, reveló cuál sería un proyecto que se presentaría al Congreso y que tendría como objetivo establecer una Asamblea Constituyente.
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El texto que estudiarían los parlamentarios supone que el espacio en cuestión estará compuesto por 71 representantes -44 en cada circunscripción y el resto en representación de diferentes sectores como población afro, indígena, LGTBI- y podrá cambiar toda la constitución, con la condición de no tocarla. “Los compromisos previos en materia de tratados internacionales en materia de derechos humanos, los criterios del Ius Cogens, la prohibición de retroceso en materia de derechos fundamentales, así como el respeto al principio de no retroceso en derechos sociales.” El proyecto también otorgaría al presidente en ejercicio poderes extraordinarios para definir los criterios para ser un distrito electoral.
El presidente de Colombia se desmarcó de la propuesta y destacó que el origen de la propuesta es “el pueblo”. Señaló, sin embargo, que sería una base para que las organizaciones sociales hagan los cambios pertinentes.
Recepción del proyecto.
El proyecto presentado la mañana del jueves no fue bien recibido por buena parte del sector político en Colombia. Además de recordarle al presidente su compromiso “de mármol”, asumido antes de la campaña electoral de 2018, de no convocar una Asamblea Constituyente, señalaron que tratar de mantenerse en el poder era una medida dictatorial.
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“Este es un intento más de destruir el sistema de vigilancia del gobierno, pero estamos aquí para impedirlo, mucho más cuando el país exige soluciones reales en materia de orden público, salud y vivienda”dijo el senador opositor Carlos Fernando Motoa de Cambio Radical.
Una lectura similar tuvo la senadora Angélica Lozano, aunque señaló que había interés por parte del Presidente de regresar al poder después de 4 años. “El Congreso Electoral tiene un solo propósito, que el presidente Petro pueda ser candidato en el año 2030”. Otros incluso sugirieron que se trataba de un intento inmediato de mantenerse en el poder, especialmente dada la dispensa de los delegados y los poderes extraordinarios que se le darían al presidente para imponer condiciones para ser parte del Congreso.
La senadora Paloma Valencia pidió que 27 de los integrantes fueran elegidos con un enfoque diferente en la votación y que esos criterios fueran definidos por el presidente Petro. “Desde el principio, el gobierno controlaría el 38% del parlamento. El petrismo sólo necesitaría destituir a 11 de los 44 representantes elegidos en elecciones ordinarias para tener una mayoría clara. Esto es lo que hicieron en Venezuela para asegurar la dictadura del chavismo”, afirmó. Dijo también el candidato presidencial.
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Sin embargo, hay algunos sectores que han señalado que la propuesta constitucional, especialmente el proyecto de Eduardo Montealegre, no es más que un globo para tener otro tema que mueva la contienda electoral de 2026.
En particular, varios señalaron la idea del Observatorio Electoral (MOE), que indicó que sería imposible convocar la comisión en un futuro próximo: “este es un proceso largo que no se puede lograr en menos de un año y medio”. Además. Ya sea que el camino elegido sea recolectar firmas o presentar un proyecto iniciado por el gobierno, los tiempos y requisitos dificultan llegar a la etapa de reforma constitucional.
Cualquiera de las dos maneras implica un proceso legislativo, donde el ambiente no es favorable; revisión de la constitución en el Tribunal Constitucional; un referéndum para convocar o no, que debe involucrar al menos a 1/3 del padrón electoral; la elección de representantes y sólo si se cumplen todas estas condiciones se convocará una asamblea constitucional.
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“El presidente sabe que la asamblea constitucional tiene muy pocas posibilidades de ser aprobada”, dijo el profesor y experto Jorge Iván Cuervo. Señaló que lo que buscaba el presidente era “Terminará su mandato sacudiendo sus cimientos y cimentando la idea de que el marco institucional y las reglas del juego no le permitían hacer reformas sociales”.
A esta idea se sumó el columnista Gabriel Cifuentes, quien señaló que el presidente Petro se encamina “tener una bandera de campaña, un motivo para movilizar sus bases, para movilizar marchas y agitación social. Precisamente, el presidente Gustavo Petro dejó claro este objetivo en su discurso del viernes.
Primero, confirmó que esta iniciativa era para el próximo gobierno y que no podría desarrollarse en el actual. Asimismo, señaló su objetivo de movilizar las bases militares. “Debemos elegir un comité nacional de fuerzas sociales que organice la recolección de firmas para fijar los lugares donde los vecinos deben recolectar el número requerido de firmas”dijo Petro, quien agregó: “Entregaré estas firmas al parlamento.
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Además, también coincidió con algunos, como la senadora Angélica Lozano, quienes han comentado que este es un sistema que el presidente buscará permanecer en el debate público en los próximos años: “No habrá pequeñas cosas que hacer a mi favor, estaré en otro lugar. Para mí no será el poder del electorado y, si usted lo decide, estaré allí como elector”.
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Escritura política