El Gobierno afronta una fase crucial en la transición a la vida civil de los dos grupos armados con los que más ha avanzado en el marco de la “paz total”: Comandante Nacional del Ejército Bolivariano (CNEB) y el frente Miembros de Suðurland. Ambos disidentes, con influencia en Putumayo y Nariño, tienen una cosa en común: iniciaron conversaciones de paz luego de romper con estructuras más grandes, la Segunda Marquetalia y el ELN, respectivamente.
Después de que ambos hayan destruido material de guerra (los primeros grupos en hacerlo para mostrar confianza en mantener vivas las tabletas), el gobierno espera avanzar con la creación de Zonas de Interdicción Temporal (ZUT).
La destrucción se hizo en tres momentos. El primero tuvo lugar en Piñuña Negra (Putumayo). Imagen:El Consejo de la Paz.
El 5 de noviembre pasadoLa delegación gubernamental en la mesa con la CNEB informó que se completó la destrucción de 14,5 toneladas de material bélico. entregado por la estructura bajo la dirección de José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza. Este paso se suma a otros compromisos asumidos en rondas anteriores, como la participación electoral en las zonas de influencia de la CNEB y el desarrollo de pilotos para sustituir las economías ilegales.
Una vez cumplida esta etapa, la meta es que el 50% de los integrantes de la CNEB ingresen al Área de Despliegue Integral Temporal y Entrenamiento en marzo del próximo año, es decir aproximadamente 1.000 guerrilleros. Hasta finales de año, el objetivo es instalar temporalmente 120 de ellos, previa consulta con la organización de reestructuración y normalización.
Según la delegación gubernamental en la mesa, este trámite incluye 11 protocolos que ya comenzaron a discutirse en Puerto Asís, Putumayo.
El presidente Gustavo Petro y José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza. Imagen:El Consejo de Paz
Para Armando Novoa, jefe de la delegación, la posibilidad de llegar a un acuerdo final para dejar las armas con este grupo es real. “Si hay voluntad política creo que el tiempo es suficiente, pero no depende sólo del gobierno. Depende también de cómo se posicione el actor armado en el territorio. Yo diría que 10 meses son suficientes para un acuerdo final”, afirmó.
La Fundación Ideas para la Paz (FIP) señaló que la entrega y destrucción de este material puede ser un paso táctico más que estructural, útil para reactivar el diálogo o mejorar la imagen pública, pero insuficiente para cambiar la situación de seguridad en las zonas afectadas. “El verdadero desafío será determinar si este gesto abre el camino al desarme progresivo o si es simplemente parte del repertorio político de las negociaciones”, dijo la FIP.
Por su parte, la delegación gubernamental en conversaciones con los Comuneros del Sur, encabezada por Carlos Erazo, inició la primera consulta previa sobre la creación del ZUT, donde se reunirán casi 100 personas de esa disidencia.
El proceso de consulta se desarrolla en la Reserva Indígena Gran Mallama, donde la comunidad, junto con las autoridades de conservación, decidirán si permiten o no la instalación de ZUT en su territorio.
Material de guerra de Comuneros del Sur. Imagen:Cortesía de OCCP
Los días 6, 7 y 8 de noviembre se llevaron a cabo las tres primeras reuniones de consulta de un total de seis previstas, con la participación de más de 600 participantes, entre autoridades indígenas de la reserva y pobladores de los poblados de El Arco, Pususquer y San Miguel. En estos espacios se avanzó en la negociación y entendimiento de caminos, analizando posibles impactos y medidas de protección para el territorio.
“Para el Gobierno nacional, esta consulta tiene un enorme valor, porque confirma que los compromisos y acuerdos se construyen de la mano con las autoridades y comunidades del territorio. La zona de ubicación temporal permitirá a los integrantes de los Comuneros del Sur iniciar su transición a la vida civil y seguir cumpliendo con los acuerdos alcanzados, relacionados con la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, aportes a la humanidad, reposiciones y aportes al crimen. Pero más allá del desarme, lo verdaderamente importante es la transformación de la región y el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes”, dijo Erazo.
La zona de ubicación tendrá una vigencia de un año a partir de la ley administrativa que le dé vigencia. Este es uno de los 11 acuerdos que las delegaciones han suscrito hasta el momento.
miembros de la comunidad Carlos Erazo en el sur Imagen:El Consejo de Paz
Según el Ministerio de Paz, Mallama fue elegido por su “posición estratégica, fuerte gobierno indígena y la cohesión del Consejo Gran Mallama, que garantiza condiciones de respeto, autonomía y diversidad cultural”.
Al firmar este acuerdo, en el marco de la Ley 2272 de 2022, el gobierno indicó que entendía que se suspenderán las órdenes de aprehensión, incluidas las de extradición, de integrantes de los Comuneros del Sur que ingresen a la zona o se dirijan a ella. Sin embargo, esto está sujeto a la aprobación del Fiscal General.
Para Germán Valencia, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, el principal desafío del gobierno será garantizar la seguridad en estos espacios, tanto para las estructuras como para los ciudadanos de a pie. “El desafío es que la policía, el ejército y la fuerza pública protejan estas áreas para que no sean invadidas o atacadas”, afirmó el experto.
Armando Novoa y Otty Patiño. Imagen:El Consejo de Paz
La Agencia Paz y Reconciliación (Pares) confirmó que, además de la disidencia de Walter Mendoza, en el mismo territorio del Putumayo operan el General General (EMC) y el Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF), una de las principales fuerzas cocaleras del país.
El único precedente de una zona de concentración temporal en total paz ocurrió con el Frente 33 de las disidencias de las Farc en el Bloque Magdalena Medio, estructura que forma parte del autodenominado Estado Mayor de los Bloques y Frentes. Con esta asociación se firmó en mayo la resolución que autoriza la creación de la región. Sin embargo, hubo problemas en torno a la interpretación del área, y los grupos armados dejaron en claro que el ZUT no representaba el fin del fortalecimiento guerrillero.
El 14 de julio, la delegación de paz del gobierno anunció un retraso en el establecimiento de la zona debido a la presencia de minas en la zona acordada, aunque ya había transcurrido el plazo de 45 días para su implementación.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Escritura política