


La intensa política migratoria que impulsa Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca en Estados Unidos ha llevado a la deportación de 23.045 colombianos en lo que va del año, cifra que ya iguala al total de expulsiones registradas durante todo el 2024, cuando se registraron 21.056.
Sin embargo, más allá de la histórica cifra de colombianos expulsados bajo la administración Trump, el caso del país es un reflejo de una tendencia global: el resto de las nacionalidades también han visto un aumento exponencial en las cifras de deportación.
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Según datos del Centro de Intercambio de Información sobre Registros Transaccionales (conocido como Trac Report, por sus siglas en inglés), este número de expulsiones es inédito desde que se tienen registros, que datan desde 1997. Y es que, si la tendencia continúa, se podría llegar a duplicar con amplia ventaja al acumulado de colombianos expulsados desde 2020, que según cifras de Trac Report es de 37.800 casos.
Con un promedio de 140 personas deportadas cada día desde el 20 de enero de 2020 (fecha en la que Trump asumió la presidencia) hasta el mes de junio, los colombianos continúan en el quinto lugar como una de las nacionalidades con más expulsiones del territorio norteamericano, superado por Venezuela (26.578), Guatemala (51.886), Honduras (53.604) y, en el primer lugar con 77.925 expulsiones en lo corrido del 2025, México.
Colombianos deportados desde EE. UU. Foto:Cancillería
En esa misma línea, junio se convirtió en el mes con más colombianos deportados de Estados Unidos desde que se tienen registros: 3.059. Y la tendencia desde el regreso de Trump ha sido un nuevo récord con cada mes que pasa. En enero fue de 2.153, cifra que rozó con el anterior récord histórico de agosto de 2024 (2.303); sin embargo, en febrero se registraron 2.396 y para marzo las expulsiones ya superaban los 3.000.
Por ello, es muy probable que este nuevo récord sea batido con el pasar de los meses de una administración que ni siquiera ha cumplido su primer año de gobierno y está aún lejos de lograr sus más ambiciosas metas, como lograr los 3.000 arrestos de migrantes por día que actualmente promedia los 1.000, cifra que de por sí triplica a las registradas antes del regreso de Trump
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Una tendencia que se replica en los demás países
A nivel general, en lo corrido del año fiscal hasta junio un total de 344.096 personas han sido expulsadas de Estados Unidos, cifra que ya supera a los 316.216 que se registraron a lo largo del año fiscal 2024, por lo que, de continuar la tendencia, el número de expulsiones podría llegar a ser hasta un 20 % mayor a la de años anteriores.
De hecho, para algunas nacionalidades el número de deportaciones en lo corrido del 2025 ya está próximo a duplicar al total registrado el año pasado. Es el caso de México, que con 73.275 a junio, ya supera por cerca de 30.000 a las expulsiones de 2024. Sin embargo, para el caso del país centroamericano, esta cifra no supera a su récord histórico, actualmente de 90.500 en el año 2009, durante el primer año de la presidencia de Barack Obama (2009-2017).
Desde el regreso de Trump al poder, las deportaciones han aumentado exponencialmente. Foto:Archivo
Pero, a no ser que el republicano detenga su política migratoria de la noche a la mañana, la tendencia de deportaciones indica que México, al igual que nuestro país, superará con ventaja a su anterior récord histórico de nacionales deportados. Algo que aplica para el resto de países, la mayoría de las cuales igualan -o están próximas a- el número total de deportaciones del 2024.
El factor Trump, un parteaguas en la política migratoria de Estados Unidos
Este aumento de deportaciones, así como las cifras de migrantes arrestados, que a finales de julio era de 56.545 (20.000 más que en 2024) tienen su causa directa en el regreso de Donald Trump a la presidencia, que desde que asumió la presidencia y firmó una orden ejecutiva declarando la emergencia fronteriza, marcó el inicio de una administración que amenaza a los más de 11 millones de indocumentados que están en el país.
Desde entonces, con la eliminación de permisos especiales como el Estatus de Protección Temporal (TPS), mayores límites a los trámites y solicitudes de visas, la reactivación de políticas de detención prolongada, el aumento de operativos de redadas en lugares de trabajo y comunidades, y otras medidas, la Casa Blanca ha configurado un marco migratorio que no solo apunta a indocumentados, sino que ha llegado a amenazar a personas con residencia legal, migrantes naturalizados e incluso ciudadanos estadounidenses por nacimiento.
El endurecimiento de estas medidas ya deja efectos tangibles. Un análisis publicado este jueves estima que alrededor de 1,2 millones de trabajadores inmigrantes han desaparecido de la fuerza laboral estadounidense desde enero de 2025, generando un impacto directo en sectores clave de la economía.
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El reporte ‘Señales de advertencia sobre los daños económicos causados por las deportaciones’, señala que el golpe más fuerte se ha producido en el sector agrícola, donde el empleo se desplomó un 6,5% entre marzo y julio de este año, revirtiendo dos años de crecimiento sostenido.
Donald Trump abordando el avión Air Force One Foto:Getty Images via AFP
La tendencia, advierte el informe, podría intensificarse conforme se amplíen las operaciones de expulsión masiva y se mantengan las restricciones para nuevos trabajadores temporales.
A esto se suma que países como México, Venezuela, Haití, Cuba, República Dominicana o Colombia —que registran las tasas más altas de deportaciones— son también los mismos que han encabezado en los últimos mess los picos de arrestos, lo que facilita su expulsión inmediata al tratarse, en gran parte, de personas recientemente detenidas.
En paralelo, el gobierno ha sellado virtualmente la frontera sur, enviado 1.500 militares adicionales a la zona y promovido el uso de la aplicación móvil CBP Home, que invita a los migrantes a “autodeportarse” como vía para evitar detenciones más prolongadas.
El estado retiene a los migrantes en distintos centros de procesamiento Foto:ICE/New York
También ha reforzado el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) con la contratación de 10.000 nuevos agentes, medida que según la Casa Blanca ha permitido arrestar en seis meses a más de 300.000 migrantes con antecedentes penales o condenas previas.
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Sin embargo, estudios como el mismo Trac Report indican todo lo contrario: actualmente, el 71,1 por ciento de los cerca de 60.000 detenidos por ICE no presentan antecedentes criminales.
En un primer año de mandato marcado por la meta de triplicar arrestos y deportaciones, la política migratoria de Donald Trump ya muestra un alcance que va más allá de sus objetivos declarados, y que podría endurecerse aún más en los próximos meses, amenazando no solo a quienes acaban de cruzar la frontera, sino a toda una comunidad migrante que ahora vive bajo un riesgo creciente de expulsión.