El reciente caso de Capturando a Ana Dolores Meza Caballero, el segundo notario público del Círculo de Barranquilla, ha provocó una conmoción considerable en el panorama legal de la región. Su arresto, llevado a cabo por la Sijín, forma parte de una investigación compleja sobre un supuesto esquema de tierras ilícitas que involucra a una red de funcionarios públicos, procesadores, abogados y organizaciones criminales. Este acontecimiento ha arrojado luz sobre la fragilidad del sistema legal y la corrupción que ha proliferado en la institución notarial.
Ana Dolores Meza Caballero, la segunda notaria pública, fue capturada por la policía.
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La detención de la señora Caballero no es un evento aislado. Las investigaciones de la fiscalía han estado en marcha desde hace más de un año, tras el descubrimiento de una red criminal que ha utilizado documentos legales, como escrituras, permisos, y certificados de tradición y libertad, como herramientas para perpetrar lo que se ha descrito como una guerra silenciosa para despojar a cientos de ciudadanos de sus tierras.
Este caso es especialmente significativo dado que la señora Caballero, quien tiene 66 años, fue arrestada en un momento crítico del proceso judicial. La Oficina del Octavo Fiscal contra la Corrupción, que opera desde Bogotá, lidera esta investigación y ha vinculado a por lo menos 33 personas, incluyendo a funcionarios de alto nivel, ex agentes de policía, abogados, registradores y otros notarios, tanto en activo como jubilados.
Estos individuos estarían implicados en una estructura criminal que ha operado bajo el apodo de “marca“, aprovechando las brechas institucionales y las relaciones de poder, así como incluso el derecho a la legitimidad para llevar a cabo un saqueo sistemático.
A lo largo de varias décadas, Meza Caballero se forjó una reputación basada en su dedicación y conocimiento técnico. Ocupó el cargo de primer notario público durante doce años, seguido de otros dieciséis años al frente del segundo notariado público, ubicado en el corazón de Barranquilla. Sin embargo, la acumulación de quejas, irregularidades documentales y antecedentes penales en su entorno profesional han generado cuestiones entre los investigadores sobre si su papel fue meramente pasivo o si, por el contrario, participó activamente en estos delitos.
Las autoridades han manifestado que la funcionaria podría estar involucrada en delitos como la apropiación indebida y la asociación delictiva, sugiriendo que podría haber tenido conocimiento, tolerancia, o incluso cooperación en el uso indebido de su oficina para legitimar maniobras criminales. Según la fiscalía, se estima que muchos de estos crímenes comenzaron en 2018 y alcanzaron un punto crítico entre 2021 y 2023.
El segundo notario del Círculo de Barranquilla.
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Tomado de las redes sociales
La primera gran crisis que afectó al segundo notariado público se produjo en abril de 2024, cuando Augusto Osorio Berdugo, un ex gerente y funcionario retirado, fue implicado. Se le acusó de ser una figura central en un esquema donde se utilizaron documentos falsos y derechos simulados para transferir ilegalmente propiedades a nombres de terceros, algunos de los cuales tenían antecedentes judiciales o estaban vinculados a estructuras criminales.
Según la fiscalía, Osorio operó en coordinación con un abogado llamado Edinson Castro Miranda y Diana Patricia Molina Barraza, quienes desempeñaron roles como intermediarios y procesadores. Su objetivo era facilitar el despojo de propiedades urbanas y rurales de alto valor comercial a favor de miembros del “clan del Golfo” y del grupo de “Los Costaños”.
Las investigaciones encontraron pruebas que relacionan esta red con al menos dos de los criminales más peligrosos en la región caribeña de Colombia: Omar Alexander Ladino Vargas, conocido como el cerebro financiero de la costa y experto en expropiaciones, y Jorge Eliécer Díaz Collazos, apodado ‘Castor’, quien actualmente cumple condena.
Ambos han sido vinculados a documentos notarios emitidos desde el segundo notariado público. Uno de los hallazgos más impresionantes fue la existencia de actos que permitieron la transferencia de propiedades a testaferros de estas organizaciones criminales, muchas veces utilizando identidades falsas o derechos judiciales ya caducados.
La audiencia se continuará el miércoles.
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Prensa de la policía de Barranquilla
Las repercusiones de este caso alcanzan más allá de Barranquilla. En las operaciones que llevaron a la captura de Ana Dolores Meza Caballero, también fueron arrestados Juan Manuel Ucrós, ex registrador de instrumentos públicos de Soledad; Andrés Díazgranados, asesor legal de la Alcaldía de Soledad; y Francisco Mejía, un notario público de Santo Tomás. Además, se ha mencionado a inspectores de policía, presuntos ‘propietarios’ de tierras, abogados y procesadores como parte de esta red.
Durante los interrogatorios, el juez Ángel Monroy legalizó 16 de 17 detenciones y anunció que la segunda fase de las acusaciones se anticipaba. El presidente Gustavo Petro, al referirse a este caso, afirmó que “esta red criminal se desmantelaría por completo” y que el gobierno brindaría el respaldo necesario para enfrentar estos ilícitos que afectan a campesinos y propietarios legítimos.
Se estima que las propiedades afectadas suman aproximadamente 277,000 metros cuadrados, con un valor comercial superior a 22 mil millones de pesos, muchas de las cuales están situadas en áreas de expansión urbana o en sectores estratégicos para el desarrollo inmobiliario.
Augusto Osorio Berdugo (DER), un notario público ahora bajo custodia.
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El escándalo del segundo notariado público en Barranquilla ha encendido alarmas en todo el país. Los expertos en derecho notarial y planificación urbana consultados han señalado que esto no es únicamente un caso aislado de corrupción, sino un reflejo de un problema más profundo: el deterioro institucional y la vulnerabilidad del sistema legal ante las redes criminales que actúan como una mafia autorizada dentro de las estructuras estatales.
La investigación apenas comienza. Lo evidente es que el caso de Ana Dolores Meza Caballero no es únicamente la historia de un despido administrativo. Esta situación pone de manifiesto cómo el poder legal puede ser manipulado y utilizado como un instrumento de despojo. Además, refleja cómo, detrás de cada firma y cada documento, se ocultan los intereses de mafias que amenazan la propiedad, la ley y la justicia.
Las audiencias continuarán esta semana, cuando se espera que la fiscalía avance en la presentación de cargos y que el juez determine el rumbo a seguir para los implicados en este caso.
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