


Las últimas previsiones trimestrales de Fondo Monetario Internacional (FMI) lugar Venezuela como la principal excepción en América Latina, con perspectivas económicas negativas para los próximos años y una inflación que se espera sea la más alta del mundo.
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Mientras la región muestra una inflación de un solo dígito y un crecimiento moderado, el país productor de petróleo enfrenta una cadena de malos resultados que amenazan con desatar una nueva ola migratoria y profundizar la crisis que enfrentan los venezolanos cada día.
Manifestación en Caracas. Foto:AFP
El FMI espera una inflación del 548 por ciento para Venezuela a finales de 2025 y un crecimiento económico del 0,5 por ciento. Mientras que la inflación en 2026 podría ser del 628 por ciento, la más alta del mundo y desproporcionada en comparación con el promedio latinoamericano, que ronda un solo dígito (4 a 6 por ciento).. A esto se suma una recesión económica del -3 por ciento.
El economista José Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), calificó la situación de “abrumadora”. especialmente para un país que experimentó un colapso macroeconómico entre 2014 y 2020 y una hiperinflación entre 2017 y 2020.
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En entrevista con el locutor venezolano César Miguel Rondón, Puente -también profesor asociado del IE Business School de Madrid- dijo que a pesar de salir formalmente de la hiperinflación (definida teóricamente por superar el 50 por ciento de inflación mes a mes), la inflación proyectada es “300 veces el promedio de América Latina” y sus devastadores efectos sociales.
Según el informe del FMI, Guyana espera el mayor crecimiento de la región, un 33,8 por ciento en 2023. 43,6 por ciento en 2024, 10,3 por ciento en 2025 y 23 por ciento en 2026.
Brasil, por su parte, mantendrá un crecimiento constante de alrededor del 2,4 por ciento en 2025 y del 1,9 por ciento en 2026.
Colombia, por su parte, proyecta un 2,5 por ciento para este año y un 2,3 por ciento para el próximo, mientras que Argentina muestra una fuerte recuperación para 2025 de un 4,5 por ciento y un 4 por ciento para el año siguiente.
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La nueva ola migratoria como consecuencia
El experto advirtió que las proyecciones para 2025 generan una “nueva ola migratoria” de venezolanos, en respuesta a la difícil que es necesario pagar las necesidades básicas todos los días y la aceleración del tipo de cambio, que hoy se sitúa en 212,48 bolívares por dólar, mientras que a inicios de mes era de 177,61 bolívares por dólar.
Actualmente Venezuela cuenta con más de 8 millones de migrantes, y se estima que para finales de 2026 la cifra podría llegar a los 10 millones de venezolanos fuera de sus fronteras.
La población más vulnerable sufre las consecuencias, especialmente los niños y los ancianos, cuyas pensiones sociales se ha devaluado hasta una cantidad cercana a “medio dólar” mensual.
Venezolanos desplazados en Arauquita, Arauca Foto:Jorge Meléndez
En los supermercados el impacto de la crisis se siente, no porque falten insumos, sino por el coste de obtenerlos, además de pagar servicios básicos o transporte, sin olvidar los medicamentos o los seguros médicos.
“Una pensión de 130 bolívares más 50 dólares de bono extra es lo que recibimos los viejos de este país. ¿Qué podemos comprar con eso?” Carmen Castillo, una jubilada de 72 años, dijo a EL TIEMPO que cubre tratamientos médicos mensuales que superan los $40.
Según cifras del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), el costo de la canasta básica era de US$ 526,83 en marzo de 2025.
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Factores que reavivan la crisis venezolana
Puente atribuyó el regreso a estos niveles de inflación a una “tormenta perfecta” de factores:
- Incertidumbre Política: El debate generado por los resultados de las elecciones del 28 de julio, en las que Maduro se declaró ganador sin mostrar pruebas, Esto hizo que unos 80 países cuestionaran su veracidad.
- Sanciones internacionales: política contra el gobierno de Nicolás Maduro.
- Mala gestión macroeconómica: Principalmente “la pérdida de control sobre la política cambiaria”. El tipo de cambio oficial, administrado por el banco central, se cuadruplicó durante el año pasado, lo que explica la alta inflación esperada.
Venezuela no tiene financiamiento internacional
A diferencia de países como Argentina, que han recibido apoyo financiero internacional a pesar de su alta inflación, Venezuela no ha “No viene ni un dólar del exterior” ni se vislumbra un cambio de gobierno para corregir el rumbo económico, recordó Puente.
Esto hace que la magnitud de los problemas financieros sea “desproporcionada”. Por ejemplo, la deuda vencida e impaga (en default desde 2017) es de casi 100 mil millones de dólares, una cifra que eclipsa toda la posible ayuda exterior.
Nicolás Maduro, líder del régimen chavista. Foto:Vtv
El experto enfatizó que para abrir los mercados y recibir apoyo de organismos multilaterales, el país requeriría entre 80.000 y 100.000 millones de dólares.
“La economía con el peor desempeño macro del mundo, perdiendo el 73% de su PIB entre 2014 y 2020. Si no hay cambio político, no habrá cambio económico”, y no habrá cambio ni bienestar social para los venezolanos”, afirmó el profesor Puente.
Ana María Rodríguez Brazón – Corresponsal de EL TIEMPO en Caracas