El exdirector del Dane Juan Daniel Oviedo, hoy precandidato presidencial, dice que cuando termine de recoger firmas, se unirá a una propuesta de centro que represente una posición política sensata. Explica por qué cree que la izquierda está perdiendo voto urbano.
¿Qué reflexiones le dejan los resultados de la consulta del Pacto Histórico?
Para ellos fueron buenos. En un periodo no electoral, haber obtenido 2’753.000 votos, pues, es un resultado que hay que reconocer. Lo que sí es importante es darse cuenta de que la mayoría de esos votos se obtuvieron a partir de estructuras proselitistas y maquinarias políticas que ha consolidado el Pacto Histórico en la periferia, por ejemplo, en el departamento del Atlántico o de Nariño. Pero cuando usted compara el peso que tienen los departamentos dentro del censo electoral y el peso que tuvieron dentro de las votaciones de la Cámara, pues se da cuenta de que, en lugares como Norte de Santander, Santander o Antioquia hubo un voto castigo, mientras que en otros departamentos, como en Sucre, Atlántico o Nariño, hubo una participación dentro del total de votación de la consulta que supera casi siempre el doble del peso que tienen esos departamentos en el censo electoral.
No entiendo qué significa…
Significa que aquí hubo una movilización de maquinaria para garantizar una visibilidad en esa votación de la consulta del Pacto Histórico. Tal vez ellos no van a querer ver eso, pero sí hay una alerta y es que el voto urbano lo están perdiendo significativamente.
O sea que sus dos conclusiones grandes son: uno, que, en el voto urbano, esta izquierda está castigada en las ciudades grandes; y dos, que hubo, no podemos utilizar la palabra fraude, pero sí trasteo de votos…
Hubo una movilización de las maquinarias proselitistas que ellos tienen en la periferia. Se vio en los escándalos que hubo en Atlántico, en Nariño, en Sucre, y, al mismo tiempo, pues hubo un cambio drástico en el mapa electoral en departamentos como Santander y Norte de Santander.
Eso en cuanto al resultado electoral del Pacto Histórico. Ahora vamos a sus circunstancias políticas. Usted es precandidato, en proceso de recolección de firmas. Aún no ha manifestado interés de unirse a alguna coalición. Dibujemos el siguiente mapa: en busca de una unión, va a haber una consulta de derecha, una de izquierda y probablemente una del centro, lo que sea que eso signifique, porque centro puro, pues no hay. ¿Es posible que usted participe en alguna de ellas?
Desde el comienzo de esta aspiración he escuchado diferentes conversaciones alrededor de una unión, pero todavía no hay ninguna que tenga claros sus propósitos específicos. No queremos estar en un escenario de unión que se fundamente, simplemente, en ir en contra de algo; o en sacar a Petro, o en que Petro permanezca en el poder.
Desde el comienzo de esta aspiración he escuchado diferentes conversaciones alrededor de una unión, pero todavía no hay ninguna que tenga claros sus propósitos específicos.
JUAN DANIEL OVIDEOPrecandidato presidencial.
¿Específicamente, de la izquierda lo han buscado?
Que yo pueda decir que haya habido alguna invitación para hablar con representantes de la izquierda, no. Lo que en este momento observo a partir del análisis digital y de redes sociales es que yo les caigo supergordo. Hay bodegas de izquierda atacándome de forma permanente.
¿Pero aceptaría oír una propuesta de izquierda?
Personalmente no me siento cómodo con esa posición política.
Juan Daniel Oviedo, Precandidato presidencial. Foto:SERGIO ACERO YATE / CEET
¿Aceptaría oír una propuesta de derecha?
También me parece muy difícil, porque hoy está concentrada simplemente en atacar a Petro.
Bueno, una corriente está concentrada en que se prorrogue el petrismo en el poder, y la otra, en parar a Petro. Entonces, le queda el centro, del que no sabemos ni quién lo va a representar ni qué va a representar. Pero de lo que se vislumbra como ese sector sí ha recibido invitaciones y se ha abstenido de estar ahí. ¿Y ahí va a terminar?
Para que quede claro, yo quiero ser coherente. A esta hora estoy en una pausa, respondiendo esta entrevista, pero todavía sigo recogiendo firmas, hoy aquí, en la plaza principal de Cúcuta, y le estoy diciendo a la gente que somos una fuerza honesta e independiente. Entonces, pues para mí es muy difícil salir en la foto de una valla cuando no he terminado de recoger firmas.
¿Se refiere a que usted es el gran ausente de la valla que pusieron juntos Mauricio Cárdenas, David Luna y Juan Manuel Galán?
Ellos se pueden dar el lujo de eso, porque podrían ir ya a entregar firmas y ser avalados por la Registraduría.
¿Pero ese grupito le gusta?
Desde febrero he venido teniendo conversaciones con Cárdenas y con Luna, pero lo que no me gusta es el desespero de salir en una foto. Y tampoco me gustan actitudes tan populistas como la de Mauricio, que la semana pasada salió en un trino a invitar a la gente a que diera sus datos para otorgar 400.000 subsidios de vivienda cuando fuese presidente.
Sí, eso le quedó mal, pero ya lo corrigió…
Sí. Pero entonces ese desespero me parece que no da buen resultado. Esa valla que quedó completamente opacada por la coyuntura nacional. Alcancé a comentarlo con Mauricio y con David: el país que vamos a recibir a comienzos del 2026 puede ser completamente distinto al que dejemos antes de vacaciones. El panorama político va a cambiar, porque hoy el Presidente es el que lo define. Y nos va a despedir el 15 de noviembre con un Dane diciendo que crecemos al 3 por ciento. Nos va a poner las fotos de las playas llenas, de los centros comerciales llenos, de los trancones del país a la salida de las principales ciudades con la gente yéndose a vacaciones. Y va a decir: ¿qué es lo que no les gusta de mi modelo económico, si todos están disfrutando su fin de año?
Sí, eso es lo que ya está diciendo.
Entonces, ser el aguafiestas de ese proceso no va a ser nada rentable políticamente. Ya, por ejemplo, Mauricio Cárdenas dijo en una entrevista a la que me invitaron que el grupo de ellos será de centroderecha. Usted sabe que yo respeto al presidente Uribe. Con el presidente Petro no me entiendo, porque me parece una persona egoísta y caprichosa. Pero hoy Colombia se merece que uno resista hasta cuando el panorama político esté más claro. Quiero recoger mis firmas, llegar al 17 de diciembre y tener mi aval. Quiero cumplir con la promesa que les hice a las personas en las calles, y es evaluar entre el 17 de diciembre y el 31 de enero cómo participar en un escenario de convergencia. Porque también hay que tener un mapa claro. Y es que, en marzo, si llega a haber tres consultas, “toteamos” todo el proceso, sobre todo porque en la consulta de centro es en la que menos va a querer participar la gente.
No quiero unirme a alianzas que solo busquen sacar a Petro o mantenerlo; el país merece
una propuesta equilibrada.
JUAN DANIEL OVIEDOPrecandidato presidencial.
Pero sí habrá tres consultas, por lo menos…
Entonces, lo que hay que definir es quiénes van a ser las caras de ese tarjetón de las tres consultas. Yo, en la consulta del Frente Amplio, no me siento cómodo. En la consulta de la derecha, tampoco. Por consiguiente, espero un escenario de depuración del centro, que es mi identidad política, lo que a mucha gente le da pena decir de frente, pero yo me considero de un centro político que tenga una propuesta sensata. Si hay la oportunidad de que haya un filtro, bien sea una encuesta o un proceso de consenso para definir quién llevará esas banderas del centro, obviamente voy a participar. Hoy tenemos un escenario digital que mueve votos. Ya la consulta del Pacto demostró cómo los ‘influencers’ no solo generan ‘likes’, sino también votos.
¿Y eso cómo cambia el escenario político?
Pues, que ese escenario digital solo premia los contenidos violentos, es decir, los de los extremos. Los contenidos sensatos no son premiados por el algoritmo de redes sociales, y eso es muy importante para tener en cuenta en este proceso electoral; uno no puede ignorarlo. Por eso, como le explicaba atrás, mi propósito y mi compromiso con el país es que, entre el 17 de diciembre, que entrego mis firmas, y el 31 de enero dejaré claro cuál será el mecanismo de convergencia en el cual voy a participar; que sea identitario con esa propuesta sensata que nosotros queremos ofrecerle al país.
Juan Daniel Oviedo, precandidato presidencial. Foto:SERGIO ACERO YATE / CEET
Se queda uno pensando, para cuando tengamos que bajar de la nube la realidad económica del país, quién va a ser el berraco que se atreva… Porque todos los indicadores, aparentemente, están bien, pero no es la verdad. La gente anda relativamente tranquila con lo del empleo, con la inflación, con el precio del dólar, pero lo de fondo, que no está notando la gente tan al rompe, no está bien…
No está bien.
Y le tengo que decir algo a su favor: la última vez que le creímos al Dane fue con usted de director.
Ese es el activo… Pero usted sabe que Colombia detesta a los aguafiestas. La gente no quiere malas noticias, y por ahora está tranquila porque le están diciendo que las cosas van bien. Pero la realidad es que este es un gobierno con un déficit fiscal insostenible. Y le voy a decir qué me dice al respecto la gente en la calle: que, si todo el mundo vive alcanzado en este país, si a nadie le alcanza la plata para vivir, ¿por qué le dan tan duro a Petro, si es que tampoco le alcanza la plata para mantener el Gobierno, y más cuando él gasta plata a favor de nosotros? (risas)
Está bueno el argumento…
La gente del pueblo no entiende el tema déficit fiscal. Lo otro es que aquí sentado al frente de la plaza principal de Cúcuta estoy viendo la invasión de camisetas, pijamas, chancletas, todo eso es contrabando que está sirviendo de lavadero de la plata de los delincuentes. Tristemente, por esa actitud romántica del Presidente con la economía popular, él ve todo a través de unas gafas; apaga la Dian y la Uiaf y no ve que la mejor manera de lavar la plata del narcotráfico es con las carretas llenas de cosas que se venden en las calles y que generan empleo, porque a cada una la tiene que atender una persona y hasta una familia. Esta lógica es muy difícil de digerir en este momento. Pero comenzando el próximo año, cuando tengamos la resaca de este boom de consumo tan importante, y empecemos a ver que el empleo ya no se porta tan bien, que la inflación no cede tan rápido, pues la gente se va a empezar a preguntar qué vamos a hacer. Cuando empiecen los riesgos del déficit energético y las consecuencias de la baja en la calificación de riesgo de Colombia, se va a necesitar una voz clara que diga: aquí tenemos un problema y necesitamos un rumbo claro en materia económica. Ahí es donde queremos participar, dentro de ese centro sensato que queremos representar.
¿No será que en la lógica del gobierno Petro existe el plan de aplazar a cualquier costo la sinceración de la economía para que todo le reviente en el próximo gobierno?
¡Ah no, pero si eso está claro! El día en que yo sea presidente le pongo las gafas a la Dian, a la Uiaf; y cuando se corten esas mangueras de la coca y de la minería ilegal en el contrabando, nos vamos a tirar el empleo informal y van a decir: ay, miren al Oviedo, el del Dane, dizque tan buen economista, a él sí le sube el desempleo y a Petro no le subía… Ese es el campo de minas antipersona que nos está dejando este gobierno. Ellos se están preparando para que en estos puntos suspensivos en que nos están manteniendo, al que llegue, si no son ellos, le explota. Y si ellos continúan, organizan una constituyente para acabar con la autonomía del Banco de la República y poner a funcionar la máquina de emitir plata, porque plata es lo que necesitamos para resolver la pobreza de Colombia: Ese es el discurso de ellos.
Peligrosísimo el panorama…
Es peligrosísimo. Por eso mucha gente me dice: ¿pero usted qué hace metido en eso?
Pues se la repito: ¿usted qué hace metido en esto?
Reconozco que el acertijo más difícil de resolver es el de cómo manejar el país en esa situación. Pero estoy convencido de que una apuesta sensata, que en el camino muestre que no pisa las cáscaras de banano ni de la derecha ni de la izquierda, sino que, al contrario, invita a que haya vertientes moderadas de esas ideologías políticas para que se sienten en el camino a pensar en el futuro de Colombia, puede ser una forma de darle gobernabilidad al país. Al que pise la cáscara de banano, yéndose a la izquierda o a la derecha, le van a hacer la vida imposible. Bien sea que siga el progresismo o que pasemos a una visión de derecha mucho más radical, como la que teníamos cuando estaba el presidente Iván Duque en el poder.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO