El candidato Sergio Fajardo dice: ‘Para manejar el próximo gobierno, el más difícil de la historia reciente, yo voy a ser el presidente de Colombia’. Afirma que ‘la seguridad es un derecho para que podamos ser libres, con miedo no podemos vivir’.
Su opinión sobre la situación con Venezuela…
Es típico que bajo el gobierno del presidente Petro no se sepa nada con claridad. La palabra transparencia no existe en su diccionario. Entonces, el presidente Maduro, para mí es un presidente ilegítimo, es el que nos está dando la información, junto con Diosdado Cabello, acerca de lo que, entre comillas, “están haciendo con Colombia”.
Hay confusión permanente, el Presidente habla todo el tiempo de la ‘Junta del Narcotráfico’, no hemos podido saber bien qué es. Todo ese caos puesto allá en esa frontera le hace daño al país. Y, como a tres bandas, hace daño en la relación con los Estados Unidos.
Es culpa en parte de esa enfermedad de la habladera, muy dañina y más en las relaciones internacionales, que deben caracterizarse por la prudencia y la inteligencia, pero fuera de los focos mediáticos.
Estamos en un embrollo. Nadie sabe qué está pasando, todas las alarmas están prendidas, pero siguen las sorpresas.
¿El ‘cartel de los Soles’ existe?
Que existe, existe. Póngale el nombre que quiera. En ese territorio, asociado con el narcotráfico, con las guerrillas, con la presencia del Eln y de las disidencias, eso no está a las espaldas del gobierno del presidente Maduro. El tráfico de coca pasa por Venezuela y que no se hayan enterado de eso… Pues no nos crean tan… No voy a decir la palabra que se utilizaría en mi tierra, ¿cierto?
¿Empieza con hache?
(Risas) O con ge, eso depende.
(Risas). Usted en los últimos meses ha estado, no sé si decir silencioso, o es que está aplicando una estrategia…
No. Voy a decirlo sin ninguna modestia: la mejor campaña hoy en Colombia, por ejemplo, en redes sociales, es la de Sergio Fajardo. He aprendido a hablar y a manifestarme distinto. Vamos muy bien. ¿Cree que toda esa cantidad de insultos que me están lanzando son gratuitos? Nadie le tira al que va debajo, siempre al que va arriba. Esta voz se está escuchando y estoy muy contento.
Es su cuarta campaña, tres presidenciales y una previcepresidencial con Mockus. ¿Qué diferencia existe entre esta y las anteriores?
La diferencia es mucha porque Colombia es muy distinta. La tenemos fracturada en muchos sentidos. Los colombianos tienen miedo, rabia, mucha incertidumbre. Y por eso digo que el próximo gobierno va a ser el más difícil en su historia reciente. Para ese gobierno yo voy a ser el presidente de Colombia. Soy la persona indicada por todo lo que nosotros representamos en términos políticos para conducir al país.
¿Soplan por su lado vientos de unidad?
Todos dicen la frase: vamos a unir a Colombia. La pregunta es: ¿quién puede? Yo. Por el recorrido, la consistencia, la coherencia, la manera como hemos participado en política. Será un gobierno capaz de convocar a la izquierda, al centro y a la derecha; no la convoca quien esté en un extremo. Para esa convocatoria soy el indicado en este momento de la vida.
Sergio Fajardo, candidato a la presidencia de Colombia. Foto:CESAR MELGAREJO / CEET
¿Pero está entre sus planes una unión con algunos aspirantes o se va a ir solo, a lo que muchos atribuyen sus derrotas?
Hago parte de un partido que se llama Dignidad y Compromiso, con Jorge Enrique Robledo, y le tengo ilusión, porque además estamos construyendo una base de jóvenes que empiezan a participar en política. Lo he dicho y repito: somos distintos a otras personas, ya usted hizo la lista: candidato a la vicepresidencia con Antanas y dos candidaturas presidenciales. Esta es la tercera y definitiva.
¿O sea, si no sale, se acabó?
Sí, ya; pero en esta voy a salir, entonces esa hipótesis no la consideremos. Aquí decimos: ¡adelante con Fajardo! Para atrás no nos devolveremos. Nunca insulto a una persona ni me burlo de una campaña. No debemos mirar hacia los lados. No me voy a desconcentrar. Vamos muy bien y entonces digo sobre alianzas: en diciembre hablamos. Y será muy elemental: a ver qué tiene usted, qué tengo yo, quiénes somos. Pero la campaña mía es esta, voy para presidente de Colombia. Mientras tanto trabajemos y hagamos lo que tengamos que hacer.
Mauricio Cárdenas y Juan Daniel Oviedo firmaron un acuerdo de apoyo mutuo… David Luna propuso primero que toda la unidad…
Ya veremos. Yo no firmo nada. Por ahí me preguntan: ¿usted está por la libre empresa? Lo estoy. ¿Está por la democracia? Lo estoy. Pero no tengo que firmar eso. Como tampoco que no voy a insultar. Otros proponen un examen de consumo de drogas. Tampoco me lo haré.
Es que hay cosas obvias… Pero, por ejemplo, ¿con quién sí plantearía alianzas y con cuál sector nunca?
He dicho: en diciembre hablamos. Punto. A veces me preguntan: si en la segunda vuelta está este y esta, ¿qué haría? Mire, si llego a acostarme pensando qué haré si no estoy en la segunda vuelta, al otro día se acabó la campaña.
Me despierto todos los días con la convicción de que vamos muy bien y para adelante. La vida nos va poniendo en ciertas circunstancias y esta es para manejar el gobierno más difícil en la historia reciente de Colombia, lo cual haremos con la mayor responsabilidad con lo que viene. Ahí estamos, concentrados.
Habitualmente dicen, y usted seguro lo ha escuchado: el problema es el ego de Fajardo, cree que es el único bueno en Colombia y que todos son corruptos. Paja. En la realidad política cada uno tiene su camino. Personas valiosas hay en todo el espectro.
No crecí entre los partidos políticos tradicionales. Bajo circunstancias normales hoy tendría que ser profesor emérito de Matemáticas de los Andes y de la Nacional, pero la vida nos puso aquí.
Un momento muy difícil…
Y además el mundo de la política lo es, hay que trabajar mucho. Y no son cualquier cosa los riesgos permanentes de la familia. Nos llegó el momento. Fíjese, a los 70 me voy a posesionar de presidente de Colombia y seré el presidente más viejo del país, calcule…
¿Ya lo está apoyando el expresidente Santos?
A mí no. Además, esa pregunta, pues, como se diría en fútbol, me la mandó con chanfle. La voy a responder: dicen eso porque estoy con María Ángela. Nunca fui santista. Le recuerdo: en el 2010, con Antanas Mockus, nos enfrentamos a Santos y perdimos porque era “el de Uribe”. Pero este capítulo que estamos viendo, de un presidente que no se conecta con las personas, las regiones, los gobernantes, no va a pasar conmigo.
Con el que sea, del partido que sea, con gobernadores y alcaldes, nos sentamos a hacer un plan de trabajo apenas gane las elecciones, no hay que esperar hasta el 7 de agosto.
Apoyé públicamente el proceso de paz, como todo lo que hago. Incluso Santos me ofreció ser ministro, respetuosamente decliné. Pero en términos políticos no ha tenido ni tiene nada que ver conmigo.
“Voy a decirlo sin ninguna modestia:
la mejor campaña hoy en Colombia, por ejemplo, en redes sociales, es la de Sergio Fajardo”.
¿Qué cambiaría con respecto a lo que ha hecho este gobierno en materia de paz?
Todo. He creído siempre en la paz. Pero la ‘paz total’ es un caos total y se está convirtiendo en terror total. Lo que están viviendo en Cali y en otras partes de Colombia es muy dramático porque se cometió el error más grande; en la soberbia del presidente Petro, pensó que, si él llegaba, todo se cambiaba. Estamos negociando desde Belisario Betancur. Y la lección aprendida es que, si no se tiene una Fuerza Pública sólida, no hay posibilidad de construir la paz. El presidente Petro entregó los espacios en lugar de coparlos y debilitó a la Fuerza Pública.
Primera tarea, difícil, es que la Fuerza Pública se fortalezca. Sin ella no se puede enfrentar la criminalidad que tenemos hoy.
Sergio Fajardo promete una candidatura diferente. Foto:X@sergio_fajardo
¿Entonces usted cree que la Fuerza Pública está debilitada?
Totalmente. Como escribió Eduardo Pizarro, hay debilitamiento en el sentido operativo y de lo que se necesita como inteligencia para enfrentar la criminalidad. Más de 100.000 personas se han retirado de la Policía y del Ejército.
O los han retirado… Pero pasan cosas como que capturan a alias Calarcá e inmediatamente lo sueltan porque lo nombran gestor de paz. ¿A cambio de qué?
Todas estas cosas son el montón de contradicciones, de errores, típicos del gobierno Petro. Es un caos. ¿Quién responde por la paz hoy? ¿Hay alguien que explique por qué pasan las cosas? Nadie. Un día dice que están negociando en Catar y después, que declaren al ‘clan del Golfo’ terrorista.
Ese caos hace un daño muy grande y costoso para Colombia, no solo en términos económicos, sino también, hay que decirlo, en la moral de la Fuerza Pública que se necesita.
En la de los colombianos en general…
Tienen miedo. Lo primero que uno escucha es el clamor por la seguridad, contra la extorsión que hay hoy en el mundo urbano. La extorsión significa miedo para las personas. Al mismo tiempo, los más humildes de Colombia están pagando más impuestos que cualquiera porque le cobran extorsiones por un espacio callejero o una caseta. La seguridad es un derecho para poder ser libres, con miedo no podemos vivir.
Esto no tiene nada que ver con izquierda o con derecha, sino con una condición elemental para poder tener una democracia, crecer y avanzar. Lo tengo clarísimo. Lo que pasa es que yo no salgo a gritar, a insultar, a decir que les voy a dar y a perseguir a estas ratas hasta que desaparezcan… Nunca he hablado así ni lo haré. La experiencia no se improvisa, la capacidad de entender lo que ocurre sobre los territorios no la regalan. Sin Fuerza Pública sólida, no hay posibilidad en Colombia de avanzar bien. Punto.
¿Estaría dispuesto a reducir el gasto público, aun cuando implique ajustar subsidios?
Los sectores que están más emproblemados son, además del de seguridad, el de salud, el energético y el fiscal. En este último está claro que hay que hacer recortes del gasto, que en particular bajo este gobierno es improductivo.
Está muy asociado con órdenes de prestación de servicios para utilizar gente en la campaña electoral. Ahora, el déficit es un problema muy serio.
Los intereses que estamos pagando por la deuda nos están quitando la plata para la inversión social. Hay que focalizar bien los subsidios porque entonces no creceremos, nos quedamos aquí hablando de reformas.
Hoy el crecimiento es muy mediocre, no está asociado con factores como la minería, la construcción y la infraestructura, que el Presidente ha despreciado y que necesitamos recuperar.
Debemos fortalecer las APP. Ser responsables con las vigencias futuras, que es deuda pública. Llegaremos con medidas urgentes para estabilizar. Por ejemplo, en salud, en los 100 primeros días. Hoy no hay medicamentos, muchas clínicas y servicios están cerrados, se pondrán a funcionar, como sea.
Y esto puede empeorar…
Puede deteriorarse mucho más, porque vamos hasta el 7 de agosto. Ojalá no sea así. Aquí nunca hubo política de reactivación como se prometió, en medio de la habladera tan tremenda del presidente Petro. Esto no se transformó. Hay mucha gente con necesidades, que no ha tenido oportunidades, que está resentida. Esos malestares hay que entenderlos.
Muchos le dicen a uno que Petro tiene como el 30% de aprobación, que no puede ser y les digo: no se equivoquen, hay quienes se sienten interpretados por el presidente Petro, lo consideran la persona que los hizo ver.
A ese sector hay que reconocerlo, entenderlo y respetarlo. Por eso cuando digo que vamos a unir a Colombia, en ello no son incompatibles izquierda, centro y derecha. Nadie va a unir desde un extremo. La mayoría de las personas están, por usar una palabra que habitualmente no utilizo, “mamadas” de la polarización. Es una fuerza política silenciosa de muchos que no participa en las redes porque la maltratan y se cohíbe. Pero están empezando a hablar y a eso los invito. Por eso estamos creciendo.
En la próxima entrevista hablaremos más a fondo del tema económico.
Espero que me la haga antes del 7 de agosto del año entrante.
(Risas). ¿Qué es lo primero que hará con la crisis de la salud?
Haré consensos, por ejemplo. Nos vamos a sentar todos; vengan clínicas, hospitales, EPS, farmacéuticas, por supuesto la Superintendencia, la Contraloría, todos los que tenemos que ver con esto y les diré que no nos levantaremos hasta que sepamos cuál es la plata, dónde está y qué se debe, porque aquí han robado dinero.
La corrupción es un tema que, en este gobierno, a pesar de lo que hemos visto, lo están haciendo a un lado como si nada. No voy a llegar como gobierno a decir: miren, aquí les traje la plata para arreglar el problema. No, vamos a ver qué corresponsabilidad tiene cada uno. Toda mi vida he luchado contra la corrupción.
Reforma tributaria: ¿si no la aprueba el Congreso ahora, su gobierno la presentará si es presidente?
Consensos. A mí me gusta eso. Estamos en una crisis muy grande y todos vamos a tener que poner. Será duro, pero lo haremos con reglas claras, fundamentales para una palabra abstracta en términos políticos, pero muy importante, que es confianza.
¿Cómo? Haciendo lo que no se ha hecho en este gobierno: ponerse de acuerdo con todos los sectores en una reforma tributaria que atienda tantas necesidades. Por eso estoy contento de ser el presidente de Colombia, aunque haya gente que me dice: pero ¿usted para qué se mete en eso tan difícil? Respondo: para eso nos metimos.
Por fortuna cuenta con asesores como Juan José Echavarría… Fue su compañero de colegio, pero para sorpresas, también Álvaro Uribe y Uribe Londoño…
Juan José es gran persona. Lo aprecio mucho. Sí, era un colegio de curas catalanes. Así es la vida (risas). Pero este es el momento que me tocó a mí, nunca imaginé que iba a ser este, pero este va a ser.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO