Una de las masacres que impactó profundamente a la nación fue el horrendo asesinato de cinco jóvenes en la finca Buga. Este trágico evento ocurrió en enero de 2021, cuando la paz y la esperanza fueron brutalmente interrumpidas por la violencia desenfrenada.
Las víctimas de esta masacre incluían a cinco amigos: Sara María García Rodríguez, Valentina Arias González, Juan Pablo Marín, Nicolás Suárez Valencia y Jacobo Alberto Pérez Vásquez. Cada uno de ellos representaba un futuro lleno de posibilidades, sueños y aspiraciones, que se arrebató de manera violenta y cruel.
Eran jóvenes víctimas de esta masacre. Foto:Archivo privado
El 24 de enero de 2021, temprano en la mañana, los jóvenes se reunieron en Jacobo Estate para disfrutar de un día de diversión. Rieron, jugaron sapo, y se bañaron en la piscina y el jacuzzi, celebrando la vida y la amistad. Este encuentro no era distinto a otros días de descanso que compartieron en su tierra natal, Buga.
Santiago Tascón, amigo de Sara María, se unió a la fiesta. Sin embargo, fue en las primeras horas del 24 de enero que la alegría se tornó en horror. Fue en esa propiedad, a solo media hora del centro municipal de Buga, en el pueblo de Cerro Rico, que se vivió el ataque que segó las vidas de estos cinco amigos, quienes soñaban con el amor, la profesionalización y formar familias.
Entre ellos había cuatro jóvenes de 18 años y un adolescente de 17 años. Santiago Tascón y el mayordomo Ramiro Martínez fueron heridos, pero lograron sobrevivir al ataque. Desafortunadamente, Sara María, Valentina, Juan Pablo y Nicolás murieron en el lugar, mientras que Jacobo sucumbió el 25 de enero en un hospital de San José debido a las heridas sufridas en la cabeza.
Momentos difíciles de parientes hace dos años. Foto:Santiago Saldarriaga. Tiempo de archivo
Una tercera persona supuestamente involucrada
El fiscal general de la nación informó el 14 de mayo que había presentado el control de garantía para William Guerrero Gil, de 55 años, quien es señalado como el supuesto responsable del asesinato colectivo de los cinco estudiantes. Además, resultaron heridas otras dos personas durante el ataque.
Luego de la investigación dirigida por la sección del Valle del Cauca, se formuló el cargo de asesinato, tentativa de asesinato, y posesión ilegal de armas contra Guerrero Gil. Esta operación fue coordinada por el Cuerpo de Investigación Técnica (CTI) y la Policía Nacional, y se desarrolló en áreas rurales de San Pedro, Valle del Cauca.
La masacre tuvo lugar en esta granja en la zona rural de Buga, Valle del Cauca. Foto:Juan Pablo Rueda. Tiempo
La recopilación de evidencia física sugiere que Guerrero Gil facilitó la entrada de miembros de un grupo armado disidente conocido como Adam Izquierdo a la finca, asegurándose así de que se consumara el delito. A solicitud de la fiscalía, se solicitó que el acusado permanezca en una unidad de seguridad en el centro penitenciario. Sin embargo, Guerrero Gil no ha aceptado ninguna de las acusaciones en su contra.
En relación a estos hechos, dos personas han sido condenadas: Jhon Jaime Ramírez, alias “JJ,” y Diego Fernando Rivas Suletha, alias “Simón,” quienes fueron identificados como parte de los perpetradores de esta atrocidad. Ambos enfrentaron condenas que suman 31,5 años de prisión.
Se excluyeron las hipótesis de robo: eran disidentes
La fiscalía concluyó que los hombres condenados pertenecen a la organización disidente “Adam Izquierdo” de las FARC, siendo parte integral de la masacre de los cinco jóvenes. “La evidencia presentada muestra que tanto ‘Simón’ como ‘JJ’ llegaron armados a la propiedad y se acercaron a las víctimas que se estaban disfrutando en la piscina”, mencionó un portavoz de la fiscalía.
Desde el día del ataque, el fiscal general Francisco Barbosa organizó un operativo con más de 50 efectivos, entre ellos investigadores y expertos en distintas áreas. Esta colaboración interinstitucional permitió la recolección de más de 100 piezas de evidencia física y testimonios que vinculan a “Simón” y “JJ” con los crímenes cometidos.
A pesar de las teorías iniciales que insinuaban un intento de robo en la finca Buga, esa línea de investigación fue desistida, ya que la zona no era reconocida como propensa a actividades delictivas de esa naturaleza.
También surgió una hipótesis sobre el posible secuestro de Jacobo Pérez y un intento de extorsión por un monto de 12 millones de pesos. En 2021, se registraron amenazas en la región, y la Personería de Buga emitió advertencias sobre la posibilidad de ataques armados.
Este contexto generó una atmósfera de temor entre los campesinos, quienes recordaron el regreso de grupos armados, como los paramilitares. Hace más de 20 años, estos grupos habían sido responsables de la masacre de 24 campesinos en La Habana, Buga, lo que había desencadenado un éxodo masivo de pobladores.
¿Quiénes eran los cinco amigos asesinados?
Los cinco jóvenes, con edades que oscilaban entre los 17 y 18 años, se conocían desde la infancia, principalmente desde su etapa en el jardín de infancia. La reunión que tuvieron del 23 al 24 de enero de 2021 fue organizada con un motivo especial: celebraron el grado de sus estudios de secundaria.
El evento fue también una despedida para Juan Pablo Marín, quien al día siguiente se trasladaría a Medellín para reunirse con su novia, con quien había mantenido una relación durante dos años y medio.
Aquella era una relación significativa, ya que Juan Pablo tenía aspiraciones de estudiar Derecho. Aunque había comenzado su carrera en la Universidad de Santiago de Cali, esperaba ser admitido en la Universidad de Medellín. Su familia siempre lo alentó a ser el mejor abogado de Colombia, apoyando así su sueño de explorar nuevas tierras académicas.
Los cinco amigos eran hijos de profesionales. Mientras Juan Pablo, hijo de un ingeniero civil, buscaba seguir sus pasos en la carrera de ingeniería, Nicolás también anhelaba convertirse en ingeniero mecánico. Nicolás y Jacobo se graduaron de la misma escuela, el High School de Los Andes, y habían compartido numerosas experiencias de vida, incluyendo viajes al extranjero.
En 2020, Jacobo desarrolló un interés en los mercados financieros y estaba estudiando en Canadá, mientras que Nicolás regresaba de Australia para reconectar con su hogar en Buga. Desde su infancia, compartían la pasión por el patinaje sobre hielo y eran activos en competiciones deportivas.
Por su parte, Sara era amante de los animales y había sido una gran amiga de todos. Nicolás, también hijo de un dentista, estaba íntimamente relacionado con Valentina, la más joven del grupo a la edad de 17 años, quien recientemente había obtenido su título de secundaria.
Valentina soñaba con convertirse en arquitecta y planeaba matricularse en la Universidad de San Buenaventura en Cali. Era sobrina del empresario Nicanor González, fundador de la Compañía Transportes González en 1954. Aunque inicialmente cursaron sus estudios en la misma escuela secundaria, Valentina y Juan Pablo terminaron sus estudios en instituciones diferentes.
El fatídico 23 de enero de 2021, Valentina y Nicolás llegaron a la celebración alrededor de las 19:00, mientras que Jacobo volvería a su hogar en Buga esa misma noche. Sara María García, hija del Dr. César Iván García, tenía planeado iniciar su primer semestre en Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Tecnológica de Pereira en febrero de 2021.
Carolina Boorquez
Corresponsal de
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