14 de octubre de 2025 Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un método innovador que busca superar uno de los obstáculos más complejos en el camino hacia la energía de fusión nuclear: controlar el plasma durante una parada controlada del reactor.

Esta nueva técnica combina modelos físicos tradicionales con algoritmos de aprendizaje automático, lo que permite una predicción precisa del comportamiento del plasma en diversas condiciones operativas.

La fusión nuclear, considerada la fuente de energía del futuro por su potencial para producir electricidad prácticamente ilimitada, intenta repetir los procesos que tienen lugar en el núcleo del Sol.

A diferencia de la fisión nuclear, utiliza isótopos de hidrógeno (deuterio y tritio) que abundan en la Tierra. Sin embargo, el principal desafío tecnológico radica en crear y mantener las condiciones extremas necesarias para que se produzca la reacción, donde el combustible debe alcanzar el estado de plasma a temperaturas de alrededor de 100 millones de grados centígrados.

El dispositivo más avanzado para confinar este plasma supercaliente es el tokamak, una cámara de vacío con forma de rosquilla que utiliza potentes campos magnéticos. Sin embargo, las operaciones de apagado controlado, que implican una disminución gradual de la corriente, la temperatura y la densidad del plasma, son fundamentales.

Cualquier inestabilidad durante este proceso puede dañar gravemente la estructura interna del reactor, problema que ha impedido el funcionamiento continuo y a largo plazo de estas plantas.

La investigación del MIT aborda directamente este desafío. Los expertos entrenaron y probaron su nuevo modelo predictivo utilizando datos de un tokamak experimental ubicado en Suiza.

El sistema demostró una alta precisión y velocidad de aprendizaje, lo cual es un logro significativo considerando que los datos de los experimentos con tokamak son escasos y extremadamente costosos de obtener.

Además, el equipo desarrolló un algoritmo complementario que convierte las predicciones del modelo en instrucciones prácticas, lo que permite que el sistema de control del tokamak ajuste automáticamente parámetros como los imanes o la temperatura para mantener la estabilidad del plasma.

Allen Wang, investigador principal del estudio, explicó la urgencia de solucionar este problema: “Las interrupciones incontroladas del plasma, incluso durante una reducción gradual, pueden generar intensos flujos de calor que dañan las paredes internas”.

Wang señaló que si bien se presta cada vez más atención a la gestión de estas inestabilidades, “Ha habido relativamente pocos estudios sobre cómo hacerlo bien”.

En cuanto al futuro de su trabajo, dijo: “Estamos tratando de abordar las cuestiones científicas para que la fusión sea útil de forma regular. Lo que hemos hecho aquí es sólo el comienzo de un largo camino. Pero creo que hemos logrado avances importantes”.

Compartir: