Madrid. Viernes 16. Mayo de 2025. Años. El uso de herramientas es un fenómeno ampliamente documentado en una vasta variedad de reinos animales, especialmente entre los vertebrados. Sin embargo, recientemente, este concepto ha encontrado una aplicación fascinante en el mundo de los insectos, ofreciéndonos un ejemplo adicional que desafía nuestras ideas preconcebidas sobre la inteligencia animal.

Investigadores de la Universidad Agrícola de China, en colaboración con el Jardín Botánico Tropical de Xishuangbanna (XTBG) de la Academia de Ciencias de China y el Instituto de Zoología, han publicado un estudio innovador que describe cómo los Chinches Killers, específicamente la especie Pahabenggakia pilíceps (P. pilíceps), utilizan los nidos de abeja de resina como una trampa ingeniosa para atraer a sus presas hacia una posición óptima de caza. Este hallazgo representa la primera evidencia sólida de un depredador de invertebrados que emplea herramientas para explotar las defensas colectivas de los insectos sociales, un comportamiento previamente observado en vertebrados, pero que ahora se ha registrado en el mundo de los insectos.

Las abejas Beszless, por su parte, han desarrollado una estrategia defensiva muy efectiva en la que depositan una resina pegajosa y penetrante alrededor de la entrada de sus nidos para disuadir intrusos. Cuando depredadores como hormigas o geckos intentan infiltrarse en el nido, las abejas se agrupan para inmovilizarlos y así proteger su hogar. Sin embargo, lo sorprendente es que el Chinche Killer no solo ignora este mecanismo defensivo, sino que lo utiliza en su propio beneficio al cazar a las abejas.

Los investigadores observaron que el Chinche Killer deliberadamente cubre sus patas delanteras y medias con el material adhesivo de la resina. Esta resina no solo actúa como un camuflaje eficaz, sino que, debido a sus propiedades químicas, emite señales que atraen a las abejas guardianas hacia la posición de caza del Chinche. Así, la resina se convierte en un faro que guía a las abejas a una trampa mortal, en lugar de disuadir al depredador, como estuvo destinado por su función original.

Wang Zhengwei, un investigador del XTBG, afirmó: “Esta es una manipulación sofisticada del comportamiento de defensa. El Chinche Killer no solo expone la vulnerabilidad de las abejas, sino que también crea oportunidades para sus ataques”. Este ingenio ha sido respaldado por experimentos controlados que revelan una tasa de éxito del 75% en la obtención de presas, en comparación con menos del 30% en situaciones donde no se utilizaba resina. Este hallazgo es fundamental, ya que sugiere que incluso cubrir áreas del cuerpo no directamente involucradas en la caza —como el abdomen— puede ofrecer beneficios, reafirmando que la viscosidad de la resina en sí no era el único factor determinante. Un análisis químico adicional reveló que el uso de resina incrementa las emisiones de compuestos volátiles, haciendo que sea aún más irresistible para las abejas guardianas, quienes naturalmente responderán a estas señales químicas.

Como depredador especializado, P. pilíceps depende casi por completo de la imprudencia de las abejas para su supervivencia y reproducción. Esta dependencia indica una conexión evolutiva significativa, sugiriendo que el comportamiento ingenioso del uso de herramientas por parte de estos depredadores ha mejorado notablemente su eficiencia en la caza. La investigación desafía la noción convencional sobre la necesidad de un conocimiento avanzado para el uso de herramientas, resaltando que la especialización ecológica puede manifestarse a través de comportamientos que parecen ser sorprendentemente inteligentes. “A diferencia de los vertebrados, insectos como P. pilíceps ofrecen un sistema fascinante para estudiar la evolución del uso de herramientas en el reino animal”, concluyó Wang.

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