Jonas Vingegaard hizo su esperado regreso a España el pasado domingo, un evento que culminó de manera caótica en la capital, Madrid. La etapa final, la 21, tuvo que ser suspendida debido a la magnitud de los incidentes ocurridos.
A pesar de que se dispuso un gran número de policías, miles de manifestantes lograron tomar las calles de diversas zonas en el centro de la ciudad, incluso mientras los corredores se acercaban a la urbe española.
En el emblemático Gran Vía, en las cercanías de Atocha, donde se sitúa una importante estación ferroviaria, y en la Plaza de Colón, se destruyeron las barreras que habían sido instaladas para proteger el circuito final que los ciclistas debían recorrer varias veces.
Ante esta situación, la policía respondió disparando gases lacrimógenos, intentando dispersar a los manifestantes mientras estos ocupaban las calles. El pelotón se detuvo a unos 56 kilómetros de la meta, pues varios manifestantes se manifestaban contra la presencia del equipo tecnológico de Israel, relacionado con la guerra en Gaza, y bloquearon el paso del recorrido con una pancarta.
Después de unos momentos de confusión, los ciclistas reanudaron la marcha lentamente, escoltados por vehículos rojos que seguían a la dirección de la carrera. Sin embargo, avanzaron solo unas pocas decenas de metros antes de detenerse nuevamente, ante la certeza de que esta última etapa jamás podría completarse.
La noticia de la suspensión definitiva de la competición fue recibida como una victoria por los manifestantes, quienes cantaron: “Este regreso, ella gana Palestina”. La ceremonia protocolaria que estaba programada al final de la competencia también fue cancelada.
– perturbaciones casi diarias –
Desde que el evento llegó al territorio español, tras comenzar la Vuelta hace tres semanas en Italia y atravesar Francia, la carrera, que se considera un emblema del calendario ciclista, se vio interrumpida casi a diario por diversas protestas.
Las manifestaciones afectaron a los corredores, provocando algunas caídas y obligando a los organizadores a acortar varias etapas. El domingo, antes de los incidentes de la tarde, el primer ministro Pedro Sánchez expresó su “orgullo” al respecto, mientras hacía hincapié en el “respeto” que debían tenerse hacia los atletas.
La última etapa, que estaba destinada a los velocistas, no tuvo impactantes accidentes que alteraran la clasificación general. La lucha por el triunfo fue sellada el sábado con el notable éxito de Vingegaard en el pico más alto del recorrido.
Al final, el ciclista danés se impuso con una ventaja de 1 minuto y 16 segundos sobre el portugués Joao Almeida y 2 minutos y 11 segundos sobre el británico Tom Pidcock.
Vingegaard, con 28 años, celebra su tercer gran triunfo tras haber conquistado el Tour de Francia en 2022 y 2023. Esta semana, también expresó su deseo de explorar la posibilidad de participar en el Giro de Italia el siguiente año, completando así su trilogía de competiciones.
Sin la presencia de Tadej Pogacar, el ciclista del equipo Visma se convirtió en el gran favorito y cumplió con las expectativas, aunque no logró superar a todos los rivales como muchos habrían anticipado.
– “No es el mejor” Vingegaard –
Durante la competencia, se vio afectado por problemas de salud y fue superado por Almeida en la cima del Angliru, lo que impidió que abriera una ventaja suficiente en la clasificación general para asegurar su triunfo sin sobresaltos.
Su director deportivo, Grischa Niermann, resume la situación: “No es la mejor versión de Jonas que hemos visto, es justo reconocerlo, pero sigue siendo el mejor ciclista de este retorno”. Esto destaca la distancia entre su desempeño y el de sus competidores.
El ciclista Joao Almeida también tuvo éxito, logrando su segundo podio en una gran vuelta, tras obtener el tercer lugar en el Giro de Italia en 2023. El corredor portugués resultó ser valiente y constante, aunque le faltó el golpe decisivo para dejar atrás a Vingegaard.
Por su parte, Tom Pidcock ascendió al podio por primera vez, lo que representa un logro significativo tras su arduo trabajo como campeón olímpico en BTT. Mostró su firme convicción de que podría destacarse en tres competiciones de tres semanas, a pesar de la percepción de escepticismo generalizado.
El británico celebró: “Es un gran logro para mí”, con miras puestas ahora en las Copas Mundiales, en las que, cabe destacar, Vingegaard no participará.
/ AFP